MIÉRCOLES
12Muchas
cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; 13cuando
venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no
hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo
que está por venir. 14Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y
os lo anunciará. 15Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he
dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.
COMENTARIO
12Muchas
cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; 13cuando
venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no
hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo
que está por venir.
El mensaje de Jesús tiene
consecuencias que los discípulos aun no sacan y horizontes que no
pueden vislumbrar. Todavía no saben cómo va a morir Jesús ni comprenden el sentido último de su muerte. Tampoco perciben los efectos que tendrá en la
forma de contemplar e interpretar la realidad.
Hay mucho terreno
inexplorado en la verdad de Jesús, y sólo irá siendo conocido a medida que la
vida coloque a la comunidad ante nuevos hechos o circunstancias. El Espíritu de la verdad será el guía.
No transmitirá una doctrina suya propia:
él será la voz de Jesús, y en la verdad de Jesús les irá
descubriendo a los discípulos posibilidades antes inadvertidas.
Al mismo tiempo, interpretará los acontecimientos de la historia como dialéctica entre el mundo y el proyecto de Dios. Así irá guiando a los discípulos en su actividad en
favor del hombre. Para acertar en lo que conviene, los discípulos han de estar atentos,
por una parte, a lo que va ocurriendo en la sociedad y, por otra, a la voz del
Espíritu que lo interpreta.
14Él
me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Para descubrir a los discípulos el
significado de los acontecimientos históricos, el Espíritu manifestará la
gloria de Jesús, es decir, pondrá en evidencia el amor que inspiró su vida
y culminó en su muerte; porque sólo a través del amor se puede conocer el ser
del hombre, interpretar sus acciones y poner las bases de la sociedad humana.
15Todo
lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo
mío y os lo anunciará.
Jesús posee en común con el Padre, en
primer lugar, la gloria-amor que le ha comunicado, la plenitud del Espíritu. No
ha de concebirse como posesión estática, sino como relación dinámica de Jesús
con el Padre, relación incesante y mutua, que hace de los dos uno e identifica su
actividad. Jesús realiza así las obras del Padre, su designio creador.
El criterio, por tanto, para interpretar
los acontecimientos se concreta en su carácter favorable o desfavorable para la realización del ser
humano, pues tal es el designio del Padre y la expresión de su amor.
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