LUNES, 17 DE SEPTIEMBRE
Mateo 1,1-17
1Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán:
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2Abrahán fue padre de Isaac; Isaac de Jacob; Jacob de Judá y
sus hermanos;
3Judá tuvo de Tamar a Fares y a Zéraj; Fares fue padre de Jesrón; Jesrón de Arán;
4Arán de Aminadab; Aminadab de Naasón; Naasón de Salmón;
5Salmón tuvo de Rajab a Booz; Booz tuvo de Rut a Obed; Obed fue padre de Jesé;
6Jesé, del rey David. David, de la mujer de Urías, tuvo a Salomón.
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3Judá tuvo de Tamar a Fares y a Zéraj; Fares fue padre de Jesrón; Jesrón de Arán;
4Arán de Aminadab; Aminadab de Naasón; Naasón de Salmón;
5Salmón tuvo de Rajab a Booz; Booz tuvo de Rut a Obed; Obed fue padre de Jesé;
6Jesé, del rey David. David, de la mujer de Urías, tuvo a Salomón.
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7Salomón fue padre de Roboán; Roboán de Abías; Abías de Asá;
8Asá de Josafat; Josafat de Jorán; Jorán de Ozías;
9Ozías de Joatán; Joatán de Acaz; Acaz de Ezequías;
10Ezequías de Manasés; Manasés de Amón; Amón de Josías;
11Josías de Jeconías y sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
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8Asá de Josafat; Josafat de Jorán; Jorán de Ozías;
9Ozías de Joatán; Joatán de Acaz; Acaz de Ezequías;
10Ezequías de Manasés; Manasés de Amón; Amón de Josías;
11Josías de Jeconías y sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
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12Después de la deportación, Jeconías fue padre de Salatiel;
Salatiel de Zorobabel;
13Zorobabel de Abiud; Abiud de Eliaquín; Eliaquín de Azor;
14Azor de Sadoc; Sadoc de Aquín; Aquín de Eliud;
15Eliud de Eleazar; Eleazar de Matán; Matán de Jacob;
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13Zorobabel de Abiud; Abiud de Eliaquín; Eliaquín de Azor;
14Azor de Sadoc; Sadoc de Aquín; Aquín de Eliud;
15Eliud de Eleazar; Eleazar de Matán; Matán de Jacob;
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16Jacob de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús,
que es el mesías.
17Por tanto, las generaciones desde Abrahán hasta David son
en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce, y
desde la deportación hasta el mesías, catorce.
1. COMENTARIO
Mateo,
como buen oriental que escribe para orientales, comienza la historia como se
comenzaban siempre la genealogía del personaje central. Genealogía era como un
carnet de identidad, curriculum actual.
El evangelista presenta una amalgama, un conjunto de nombres realmente
desconcertantes. Para nosotros son
personajes desconocidos: Ocias, Ioatam, etc, no nos dicen nada. Pero intentemos
por un momento ponernos en la piel de un hebreo que escuchase recitar esta
lista de nombres. Ciertamente, se le pondrían los pelos de punta. Es como si
hoy día, en una lista de tanta envergadura, escuchásemos mencionar el nombre de
personas de mala fama, personajes públicos de pésima reputación. Este era
precisamente el efecto que producía en el mundo hebreo: un desgarrador suspiro
de desaprobación e incredulidad, ante las connotaciones fuertemente negativas
que algunos nombres suscitaban, connotaciones tan lamentables –para la
mentalidad de la época-, que no dejaban indiferentes a nadie.
Siguiendo
su artificio, Mateo, divide la genealogía en 3 grupos de 14; en 3, porque 3
eran los períodos de la historia de Israel según la concebían entonces:
Patriarcas, Monarquía y después del exilio. Lo que quiere decir es
sencillamente que la historia del pueblo culmina y tiene sentido en Jesús. Por
otro lado, son 6 septenarios, con Cristo comienza el 7º, es decir, la plenitud.
¿Por
qué 14 en cada período? Hay quien recurre a la cábala argumentando que 14 es el
número de DVD (David) 4+6+4, quizás esté en el trasfondo Jesús mesías,
descendiente de DVD.
Todo
para llegar al v.16, que es el punto culmen de la genealogía donde concluye que
Jesús es, 1) hijo de Abrahán; 2) de sangre real; y 3) sin embargo, es
diferente. El omnipotente verbo engendrar
no aparece (39 veces aparece el verbo), se rompe con el nacimiento de Cristo.
Para
llegar a una conclusión inesperada es preciso que la fuerza de la tradición
anterior a Mateo fuera muy grande. Una tradición que, por un lado, cree
firmemente que es un hombre, un descendiente de David según la carne, y, por
otro lado, aún con peligro de contradecirse, dice que su nacimiento es un
misterio.
Una
curiosidad: aparecen 4 mujeres. No es corriente la mención de mujeres en las
genealogías, pero tampoco es imposible. Pero, ¿por qué estas 4 mujeres y no las
santas mujeres: Sara, Rebeca, Lea…?
Puede
que Mateo las mencione por ser pecadoras y extranjeras:
Tamar-------- incestuosa---------------------cananea Gen
38,14
Rahalo--------
prostituta -----------------------cananea Jos 2,1
Bersabe------
adúltera------------------------- hitita 2 Sam 11
Rut----
relaciones prematrimoniales---------moabita Rut 3,7
-
En
cuanto al pecado así se significa la
misión salvadora de Jesús, salido de una raza de pecadores para rescatar a los
pecadores.
-
En
cuanto extranjeras, el universalismo
de la salvación va a ser uno de los temas preferidos de Mateo.
Todas
estas mujeres, incluida María, dan a luz irregularmente un auténtico hijo de
David. Dios interviene en estas mujeres para cambiar el curso normal de la
historia y Mateo las cita porque fueron introducidas en la línea mesiánica
gracias a un acto gratuito de Dios, eliminando para ello un obstáculo
insuperable a primera vista[1].
Desde el primer momento, el
evangelista Mateo anuncia la peculiaridad del nacimiento de Jesús, cuya
procedencia directa de un padre humano no se menciona. Jesús proviene por
entero de Dios, idea que se subraya de diversas maneras: La criatura que
lleva en su seno viene del Espíritu Santo Mt 1,20; la virgen concebirá y dará a luz un hijo Mt 1,23; sin
haber tenido relación con él, María dio a luz un hijo Mt 1,25.
Para el evangelista, Jesús no es el fruto de José,
porque el padre, además de la vida, transmitía también la tradición, los
valores del pueblo. Pues bien, toda la tradición de Israel queda truncada en
José. De él, Jesús no recibe nada. En Jesús, la tradición y los valores no
serán heredados del padre, de José, sino del Padre de los cielos, Dios. Es por
ello que Jesús podrá relacionarse con Dios de una manera inédita, completamente
nueva.
El texto nos dice: de la cual nació. El evangelista excluye categóricamente la intervención de José
en la generación del hijo. Jesús es generado de María. María es puesta por
Mateo al mismo nivel de los hombres. No solo los hombres engendran, también
María lo hace. Dice Mateo que Jesús nació. Ya esta expresión supone una interrupción que permite intuir la
novedad extraordinaria que constituye Jesús. Jesús no es un profeta del pueblo.
¿Quiénes son los profetas? Los profetas son personas destacadas desde el punto
de vista espiritual, personas que viven en plena sintonía con Dios, y que
comunican al pueblo los deseos y la voluntad divina. Puestos a la cabeza del
pueblo, plantean a este una imagen, una teología, una idea a fin de que el
pueblo la pueda perseguir y alcanzar. Sin embargo, por regla general, los
profetas son incomprendidos y se convierten en objeto de persecución y rechazo.
.
¡No es este el caso de Jesús! Jesús no es un
profeta, no es el hijo de José, no es el hijo de David. Jesús es el hijo de
Dios, aquél que asume la acción creadora del Padre, la formula de manera
inédita y nueva, y abre así un camino nuevo en la relación con Dios. Así pues,
mientras que el profeta vive y actúa siempre dentro del ámbito de su religión,
Jesús opta por salir fuera de las fronteras de la misma y muestra las
verdaderas raíces de la nueva religión. Jesús tuvo la capacidad de actuar de
este modo porque, no habiendo sido engendrado por José, en su sangre no tenía
los cromosomas de David ni de Abraham. Él es una creación completamente nueva.
[1] De forma muy resumida presentamos las vicisitudes de
estas mujeres que pueden encontrase más ampliamente en el artículo de A.Maggi, Los evangelios de la Infancia en
www.studiibiblici.it. La primera mujer: “Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara”. Tamar
significa palma, y cuya
historia aparece narrada en el capítulo 38 del Génesis. ¿Quién es Tamar? Se
trata de una mujer Cananea, no judía, que Judá toma para mujer de su hijo Er.
Este se hizo odioso a Yahvé y Yahvé le hizo perecer. Pero uno se pregunta por
qué motivo se había ganado el odio de Yahvé. Cuando a una mujer casada se le
moría el marido sin tener descendencia, el hermano del marido tenía la
obligación de fecundarla, porque de ese modo el patrimonio permanecía dentro
del clan familiar. De acuerdo con la ley del levirato, a la muerte de este
hombre, su cuñado, un personaje importante llamado Onan, debía encargarse de
darle descendencia. Pero Onan no desea que esta mujer tenga un hijo suyo, porque
después se verá obligado a dividir con
ella la propiedad. Quiere evitarse la obligación de tener que compartir la
riqueza.
La segunda mujer, Rajab, ejercía la
prostitución como profesión, una mujer de armas tomar. Rajab es un término un
tanto vulgar y poco refinado, como correspondía a la dueña del burdel de
Jericó. Rajab tenía el burdel pegado a la muralla de Jericó, y los israelitas
la habían salvado de la masacre en el momento de la conquista de la ciudad. El
evangelista ha buceado en los acontecimientos oscuros y en las páginas turbias
de la historia de Israel para preparar el golpe que se dispone a asestarle a la
comunidad. Su comunidad debe aceptar a Jesús, nacido en circunstancias por lo
menos irregulares. La tercera mujer. “Rajab
engendró a Booz”, “Booz engendró, de Rut, a Obed”. Rut
era una moabita, pertenecía, por consiguiente, a un pueblo nacido a partir de
un incesto. Rut era viuda. Había también un rico anciano hacendado y entre
ambos se urde una trama que el libro de Rut describe de forma muy desenfadada.
El caso es que Rut queda embarazada y engendra a Jesé.
Y la cuarta ni se la nombra. En este
momento de la genealogía, el pudor puede con el evangelista, que escribe “Jesé engendro a David, David engendró a
Salomón de la de Urías”. A la mujer
ni tan siquiera la nombra, y usa además una construcción lingüística con un
claro matiz despreciativo. Dado que evita nombrarla, todo hace pensar que esa
mujer no debe haberle caído muy bien al evangelista. Previamente, ha nombrado a
Tamar, ha mencionado a Rajab, pero de esta solo dice “la de Urías”.
Pero ¿quién es “la de Urías”?. Se trata
de Bersabe, una mujer ambiciosa y amiga de intrigas. Consciente del prestigio
de David, lo seduce y concibe un hijo suyo. David, entonces, manda llamar al
marido que estaba en el frente y le pide que yazca con su mujer Bersabe. Urías
comprende la intención de David, intuye que su mujer espera un hijo del rey y
rechaza tercamente la invitación que David le hace para acostarse con ella.
David, entonces, se las ingenia para hacerlo perecer en el frente. Y de esta
forma viene al mundo Salomón, hijo de Bersabe, mujer que el evangelista evita
nombrar.
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