LA CULPA Y EL PERDÓN (II)
3. LA PSICOLOGÍA.
Nos acercamos al sentimiento de la culpa desde la psicología.
Lo primero que hay que decir es que es un sentimiento/emoción producido por el choque o distancia que hay entre el "yo ideal" y el "yo real", entre lo ideal y lo real.
Es una de las grandes fuentes de sufrimiento: vivir afrontando las cosas, las personas o nosotros mismos no son como nos habíamos imaginado. No son como "deberían" ser. Cuando esto se produce, y esto sucede continuamente, la persona entra en una espiral de culpa con el consiguiente sufrimiento.
Hay expresiones que son habituales en nuestro lenguaje y comunicación: "debo, tengo que, debería, ..." Podemos conjugarlas en todas las personas y tiempos verbales. Implican una obligación o necesidad, de tal manera que si no se cumplen generan ansiedad, nerviosismo, angustia. Cuando creemos que algo es necesario y no se produce, entonces comenzamos cierta frustración que nos lleva al juicio del que saldrá la sentencia: culpable. Y todo culpable merece castigo. Así, de una manera natural, sin forzar mucho las cosas...
Habrá que decir, desde ahora, que todo esto se puede manejar, tratar. La culpa, el sentimiento de culpabilidad, proviene de la misma limitación humana. Hasta ahora, no hemos dicho que sea malo, sino que puede producir efectos nocivos para la salud de la persona. El sentimiento de culpa es propio de la persona, como el miedo, la alegría, el entusiasmo, la ilusión. Otra cosa es nuestra vivencia o experiencia de esta realidad o ¿cómo enfrentarnos a nuestra culpa?
Hay psicólogos que mantienen que nos hacemos culpables cuando los seres humanos nos negamos a mirar a la cara nuestra propia verdad. Casi siempre rechazamos nuestra verdad. Posiblemente nuestra realidad no sea tan maravillosa como nuestra "idealidad"/ideas. Preferimos lo ideal a lo real. El no querer ver nuestra verdad nos lleva precisamente a la culpa. Esto queda gráficamente descrito en el libro del Génesis, cuando después del pecado de Adán y Eva, lo primero que hacen es ... esconderse. Después vendrán as excusas, las acusaciones de uno a otro hasta llegar ala serpiente.
Perder la perspectiva de la culpa implica, en definitiva, una perdida de la humanidad. La culpa tiene que ver con los límites, con la finitud. Otra cosa es como reaccionamos: con remordimiento o con perdón. El perdón supone la aceptación, la reconciliación con uno mismo, con los demás, con la creación. Cuando perdemos la posibilidad de hacernos culpables, creo, que perdemos profundidad, libertad, responsabilidad. Habrá que ser cuidadoso: ¿nuestras culpas son reales o imaginarias, basadas en los hechos o en las interpretaciones de esos hechos? Es preferible revisar nuestras expectativas: "yo esperaba, yo creía, pensaba que..." El problema no viene tanto de lo que nos pasa, sino de cómo lo interpretamos, desde donde lo interpretamos. Solo un inconsciente puede imaginarse que es capaz de evitar la culpa. La culpa puede ser una oportunidad para la propia verdad, de mirar en profundidad el propio corazón.
Un ejemplo psicológico lo teneos claramente en el evangelio: Judas y Pedro.Ambos dos negaron, traicionaron a Jesús. El primero acabo lleno de remordimiento; el segundo se encontró con la mirada de Jesús, se arrepintió.
Posiblemente, tu que lees estos apuntes puedas poner tus propios ejemplos.
Busca un tiempo para entrar en ti mismo/a.
Busca un tiempo para entrar en ti mismo/a.
Déjate perdonar.
Acoge la vida como un don, no como una carga.
La culpa no tiene la ultima palabra.
Ojala sea el camino para descubrir tu valor.
Muy buen blog.Enhorabuena por tu trabajo.
ResponderEliminarGracias por tus Buenas Noticias
ResponderEliminarGracias al blog he podido parar, leer despacio, tener momentos sin ruido, de PAZ. Gracias por las BUENAS NOTICIAS. Gracias por compartir un nuevo enfoque de la VIDA.
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