DOMINGO
Mateo 4,12-23
12
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se
retiró a Galilea.
13
Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al
mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, 14 para
que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
15
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del
mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
16
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz
grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
17
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
COMENTARIO
12Al enterarse Jesús de que
habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. 13Dejando Nazaret se
estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, 14para
que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: 15Tierra de
Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea
de los gentiles. 16 El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz
grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.
Jesús no va a Jerusalén, centro de poder político y religioso. Deja su
pueblo, ya no vuelve a su casa (es lo privado), se establece en Cafarnaúm (es
lo público). Ciudad constituida como cruce de caminos, enclave de caravanas,
punto de encuentro de muchos pueblos, situada junto al lago. La margen
izquierda era judía, la derecha, pagana. Jesús está en el límite.
Mateo nombra dos territorios, Zabulón
y Neftalí, pertenecientes a las Doce tribus de Israel, según los doce hijos
de Jacob, en los que se dividió el país al regreso del éxodo de Egipto. Estos
dos territorios eran de los más pobres y explotados por el dominio extranjero.
Galilea, en general, era mal vista desde el panorama religioso-político y
social. Estaba alejada de la capital, abierta al mundo pagano.
Mateo, que escribe a cristianos procedentes del judaísmo, continuamente
hace alusiones a Jesús como la persona en la que se cumple el Antiguo
Testamento, lo anunciado por los profetas. Jesús es la plenitud de las
esperanzas judías. La liberación de Dios prometida por Isaías se realiza hoy,
expresada a través de las siguientes imágenes:
·
Camino del mar. El camino que unía Egipto con Mesopotamia.
·
Galilea de los gentiles. Es decir, de los paganos. Galilea era el país
de la población mezclada, “no pura”.
·
Las tinieblas. Son símbolos del caos, de la muerte, de
injusticia, a nivel social y religioso; y a nivel personal: miedo, ansiedad,
angustia, culpa…
·
Una luz. Es símbolo de la vida. En el caos, en las tinieblas, como una nueva
creación, surge la luz. En la esclavitud de las tinieblas surge un nuevo
Moisés, un nuevo Libertador.
17Desde entonces comenzó Jesús a
predicar diciendo: Convertíos, porque está cerca el reino de
los cielos.
La predicación de Jesús se parece a la de Juan Bautista (Mt 3,2):
·
Convertíos. Enmendaos, cambiad la mentalidad, la manera
de interpretar la vida… salid de vuestros errores que os están conduciendo al
sufrimiento. La conversión/enmienda no se impone, sino que supone un cambio
profundo de uno mismo. El Reino de Dios no es algo espectacular, exitoso. Dios
actúa en el interior de las personas. La conversión es fruto y
consecuencia del anuncio de la Buena noticia. Lo primero no es el esfuerzo, es
acoger la Noticia. La conversión es fruto de la atracción/fascinación por la
persona de Jesús.
¿Por qué razón, cual es el motivo? Por qué…
·
Esta cerca. Ha llegado, está a tu alcance. El Reino no
llega como esperaban. Es un Mesías humano para que seamos humanos, para que
seamos Mesías para los demás
·
El reino de los cielos, de Dios.
Mateo tiene en cuenta sus destinatarios que provienen de la tradición
judaica de no nombrar a Dios, es el “innombrable”. Sustituye a Dios por los cielos. La liberación de Dios es
efectiva. La predicación, el anuncio del Reino de Dios es el centro de la
predicación y acción de Jesús: con palabras y hechos. Este Reino es universal,
es para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario