domingo, 21 de enero de 2018

SEMANA III

VIERNES

26 DE ENERO


Marcos 4,26-34
26Y decía: El Reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. 27Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. 28La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. 29Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
30Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, 32pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra.
33Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. 34Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

COMENTARIO
26Y decía: El Reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. 27Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. 28La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. 29Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.
Jesús se dirige de nuevo a la multitud, y expone en dos parábolas el secreto del Reino, los dos aspectos o etapas del Reino de Dios.

En la primera parábola propone el aspecto individual: el hombre se realiza mediante un proceso interno de asimilación del mensaje, que culmina en la disposición a la entrega total:
-          El fruto es el hombre que se entrega.
-          La siembra se hace en la tierra, indicando la universalidad, y el que siembra debe respetar ese proceso interior, sin que él sepa cómo.
-          La siega significa el momento en que el individuo se integra plenamente en la comunidad, tanto en su fase terrestre como en su fase final.

30Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, 32pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra.
En la segunda parábola expone el aspecto social del Reino: a partir de mínimos comienzos ha de extenderse por todo el mundo, pero sin el esplendor ni magnificencia que son los emblemas del poder dominador y que el judaísmo, basándose, entre otros textos, en Ez 17,22-24, el cedro frondoso esperaba para el futuro de Israel.
-          No hay continuidad con el pasado: es una semilla nueva, no esqueje del antiguo cedro, como en Ezequiel.
-          Tampoco se planta en un monte alto como en el texto profético, sino en la tierra, indicando universalidad.
-          El resultado será una realidad de apariencia modesta, pero que ofrecerá acogida a todo hombre que busca libertad, los pájaros del cielo.
El Reino, por tanto, excluye la ambición de triunfo personal y de esplendor social.

33Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. 34Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado
Jesús trabaja pacientemente con la multitud y continúa exponiéndole el mensaje con otras parábolas. El grupo de discípulos, los Doce, que no abandona la ideología del judaísmo, sigue sin entender, está a la altura de los de fuera. Jesús no lo abandona, les explica el significado de las parábolas que habrían debido comprender por sí mismos.
El otro grupo ya no aparece: después de la exposición anterior de Jesús ha entendido el secreto del Reino y se ha independizado ideológicamente de los Doce.

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