domingo, 22 de abril de 2018

SEMANA V DE PASCUA
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DOMINGO

Juan 15, 1-8

1.      TEXTO
15 1Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. 2A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. 3Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; 4permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. 6Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. 7Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. 8Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

2.      COMENTARIO
Continuamos enel evangelio de Juan. Jesús vuelve a utilizar la expresión Yo soy, lo cualnos está indicando algo esencial: Él esla referencia vital.
Juan continua usando imágenesdel AT (el pueblo es la viña del Señor, Sal 80,9; Is 5,1-7; Jr 2,21; Ez 19,10-12),para hablar de la relaciónque existe entreel Resucitado y la comunidad. Son palabras recogidas por Juan en el largo discurso después de la cena de despedida –la Última Cena-. Jesús hace testamento de su persona y de su misión. De aquí la radicalidad e importancia de sus palabras.
Veamos algunas expresiones:
·         Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. El Padre es el labrador que tiene una viña. Esta es de su propiedad, por tanto, invertirá todos los cuidados para que la vid y los sarmientos se llenen de vida, den frutos.
·         La vid ha engendrado sarmientos. La misión de los sarmientos esdar uvas, dar frutos. Jesús es la vid. No es una vidmás, sino la vid. La vid era la planta que representaba simbólicamente el pueblo de Israel. Pues bien, Jesús proclama una Nueva Alianza. Si la antigua alianza estaba reservada al pueblo de Israel, la Nueva Alianzade Jesús tiene un alcance universal. Su horizonte se extiende y abarca toda la humanidad. Por consiguiente, pertenecer al pueblo de Dios no depende de una raza o una religión, sino de la aceptación de Jesús.
·         Nosotros, la comunidad, somos los sarmientos. ¿De dónde le viene a los sarmientos la savia, la vida para producir uvas? De la vid. El sarmiento no produce fruto desgajado de la vid, sino unido vitalmente a ella. Y de esa unión surgen los frutos para que la humanidad pueda saborear el buen vino que calma la sed yalegra el corazón.
·         Para dar buen vino es preciso permanecer en la vid. Nadie puede dar lo que no tiene. Es imposible. Por eso, solo unidos a Cristo podemos dar fruto. ¿Cómo? A través dela confianza en la Palabra, enelmensaje de Jesús. Sin esto, el sarmiento se seca, el Padre lo poda, pero no por una acción externa del Padre, sino como la consecuencia del sarmiento de no seguir unido a la vid.
·         El sarmiento no tiene vida propia y, por tanto, no puede dar fruto por sí mismo. Necesita permanecer unido a la vid para que por sus venas circule la savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús. Interrumpir la relación con él significa cortarla fuente de la vida y quedar reducido a la esterilidad. El objetivo dela permanencia es la fecundidad, la vida en abundancia (Jn 10,10). Y esta vida es la mayor gloria a Dios que la humanidad puede ofrecer. “Glorificar” significa “manifestar visiblemente”. ¿Dónde se manifiesta Dios visiblemente? Allí donde hay un crecimiento desbordante de amor y vida. No en el lujo ni en la grandeza, que son proyecciones de las ambiciones y frustraciones de los seres humanos.Esto es reflejo de cada página del evangelio donde vemos como Jesús cura, sana, devuelve a la vida, restablece la dignidad, rompe reglas y barreras con tal de que las personas puedan vivir en condiciones humanas: con esto recibe gloria mi Padre.

3.      PARA LA ORACIÓN
Señor, tú eres nuestra vid-a,
quiero ser tu sarmiento que permanece
unido a ti para dar fruto.
Que por mis venas corra la savia de tu Espíritu
paraproducir vino de buena cosecha
para que todo el que se acerque pueda oler
y paladear el sabor de un buen vino.

Haznos ser y vivir como viña,
siendo conscientes de que tu Padre es el labrador,
el que poda,
arranca,
corta...
no por miedo
sino por la abundancia de la vida.

Haznos conscientes que somos sarmientos,
no somos la vid,
no somos el labrador. 
O damos frutos porque estamos unidos a ti
o somos inútiles.
Sin ti no podemos nada.
Bueno una cosa sí: ¡convertirnos en vinagre!

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