DOMINGO
Juan 15, 1-8
1. TEXTO
15 1Yo soy la verdadera vid, y mi Padre
es el labrador. 2A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca,
y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. 3Vosotros
ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; 4permaneced en
mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da
fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. 6Al que no
permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen
y los echan al fuego, y arden. 7Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen
en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. 8Con esto recibe
gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.
2. COMENTARIO
Continuamos enel evangelio de Juan.
Jesús vuelve a utilizar la expresión Yo
soy, lo cualnos está indicando algo esencial: Él esla referencia vital.
Juan continua usando imágenesdel AT (el
pueblo es la viña del Señor, Sal
80,9; Is 5,1-7; Jr 2,21; Ez 19,10-12),para hablar de la relaciónque existe entreel
Resucitado y la comunidad. Son palabras recogidas por Juan en el largo discurso
después de la cena de despedida –la Última Cena-. Jesús hace testamento de su persona
y de su misión. De aquí la radicalidad e importancia de sus palabras.
Veamos algunas expresiones:
·
Yo soy la
verdadera vid, y mi Padre es el labrador. El Padre es el
labrador que tiene una viña. Esta es de su propiedad, por tanto, invertirá
todos los cuidados para que la vid y los sarmientos se llenen de vida, den
frutos.
·
La vid ha
engendrado sarmientos. La misión de los sarmientos esdar uvas, dar frutos. Jesús es la vid. No es una
vidmás, sino la vid. La vid era la
planta que representaba simbólicamente el pueblo de Israel. Pues bien, Jesús
proclama una Nueva Alianza. Si la antigua alianza estaba reservada al pueblo de
Israel, la Nueva Alianzade Jesús tiene un alcance universal. Su horizonte se
extiende y abarca toda la humanidad. Por consiguiente, pertenecer al pueblo de
Dios no depende de una raza o una religión, sino de la aceptación de Jesús.
·
Nosotros,
la comunidad, somos los sarmientos. ¿De
dónde le viene a los sarmientos la savia, la vida para producir uvas? De la
vid. El sarmiento no produce fruto desgajado de la vid, sino unido vitalmente a
ella. Y de esa unión surgen los frutos para que la humanidad pueda saborear el
buen vino que calma la sed yalegra el corazón.
·
Para
dar buen vino es preciso permanecer en la
vid. Nadie puede dar lo que no tiene. Es imposible. Por eso, solo unidos a
Cristo podemos dar fruto. ¿Cómo? A través dela confianza en la Palabra, enelmensaje
de Jesús. Sin esto, el sarmiento se seca, el Padre lo poda, pero no por una acción externa del Padre, sino como la consecuencia
del sarmiento de no seguir unido a la vid.
·
El sarmiento no tiene vida
propia y, por tanto, no puede dar fruto por sí mismo. Necesita permanecer unido
a la vid para que por sus venas circule la
savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús. Interrumpir la relación
con él significa cortarla fuente de la vida y quedar reducido a la esterilidad.
El objetivo dela permanencia es la fecundidad,
la vida en abundancia (Jn 10,10). Y esta vida es la mayor gloria a Dios que la humanidad puede ofrecer. “Glorificar”
significa “manifestar visiblemente”. ¿Dónde se manifiesta Dios visiblemente?
Allí donde hay un crecimiento desbordante de amor y vida. No en el lujo ni en
la grandeza, que son proyecciones de las ambiciones y frustraciones de los
seres humanos.Esto
es reflejo de cada página del evangelio donde vemos como Jesús cura, sana, devuelve
a la vida, restablece la dignidad, rompe reglas y barreras con tal de que las
personas puedan vivir en condiciones humanas: con esto recibe gloria mi Padre.
3.
PARA LA
ORACIÓN
Señor, tú eres
nuestra vid-a,
quiero ser tu
sarmiento que permanece
unido a ti
para dar fruto.
Que por mis
venas corra la savia de tu Espíritu
paraproducir
vino de buena cosecha
para que todo
el que se acerque pueda oler
y paladear el
sabor de un buen vino.
Haznos ser y
vivir como viña,
siendo
conscientes de que tu Padre es el labrador,
el que poda,
arranca,
corta...
no por miedo
sino por la
abundancia de la vida.
Haznos
conscientes que somos sarmientos,
no somos la
vid,
no somos el
labrador.
O damos frutos
porque estamos unidos a ti
o somos
inútiles.
Sin ti no
podemos nada.
Bueno una cosa
sí: ¡convertirnos en vinagre!
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