MIÉRCOLES, 9 DE ENERO
Marcos 6,45-52
45Enseguida apremió a los discípulos a que subieran a la
barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a
la gente. 46 Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a
orar. 47Llegada la noche, la barca estaba en mitad del mar y Jesús,
solo, en tierra. 48Viéndolos fatigados de remar, porque tenían
viento contrario, a eso de la cuarta vigilia de la madrugada, fue hacia ellos
andando sobre el mar, e hizo ademán de pasar de largo. 49Ellos,
viéndolo andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, 50porque
todos lo vieron y se asustaron. Pero él habló enseguida con ellos y les dijo:
Animo, soy yo, no tengáis miedo. 51Entró en la barca con ellos y
amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, 52pues no
habían comprendido lo de los panes, porque tenían la mente embotada.
1. COMENTARIO
Teniendo en cuenta la actitud de la gente,
Jesús aleja a los discípulos de ella y los fuerza a embarcar en dirección a
país pagano.
Es la segunda vez que Jesús ora; como en Mc 1,35,
los discípulos corren peligro de ceder al deseo de hacer de Jesús un líder de
masas.
El viento
contrario es también ahora Mc 4,37 símbolo del mal espíritu que mueve a los
discípulos: se resisten a desaprovechar la ocasión de triunfo popular y a
dirigirse a tierra pagana, según la indicación de Jesús.
Cuarta Vigilia: los judíos dividían la
noche en tres partes, los paganos, en cuatro; como la mención de Betsaida,
alude a la misión; andar sobre
el mar, propio de Dios; pasar/os, manifestación divina.
Los discípulos no pueden admitir la realidad
del Hombre-Dios y lo consideran un fantasma. El episodio de los panes no les ha
enseñado la calidad del mesianismo de Jesús, antes al contrario, la esperanza
de triunfo los ha fijado aún más en las categorías del falso mesianismo. La
obcecación corresponde al viento contrario. De hecho, no llegan a Betsaida,
sino a Genesaret, en territorio judío.
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