lunes, 10 de junio de 2019

TIEMPO ORDINARIO. SEMANA X


SÁBADO , 15 DE JUNIO

Mateo 5,33-37
33También habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor". 34Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; 35ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. 36Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. 37Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.

COMENTARIO
33También habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor". 34Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; 35ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. 36Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. 37Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
El motor de todo este cambio es la dignidad de ser hijos. Que nada distraiga (moralismos…) del mensaje básico de este texto: la radicalidad de la exigencia: Es decir, Jesús habla de la urgente necesidad a entregarse a construir el Reino como respuesta a la Buena Noticia. No se habla aquí del Juicio ni del terror, sino del sentido de la vida de aquellos que han descubierto a Jesús y el Reino anunciado por Él como el fundamento de su vida. De aquí viene la radicalidad: tienen valor lo que conduce a la Vida, lo que produce Vida. Lo que estorba la Vida, es radicalmente rechazado.

Las palabras de Jesús, su mensaje, se mueve entre dos extremos: El ser humano puede echarse a perder, puede no conseguir el fin para el que Dios los ha pensado; y que Dios trabaja intensamente para que esto no suceda: que da vida para que el ser humano se realice. Decía K. Kahner: Es humano pensar que el ser humano puede condenarse, porque es libre. Es cristiano esperar que esto no suceda, porque Dios es Padre Todopoderoso, Omnipotente.

Todo esto afecta a la imagen de Dios. Decir que Dios es omnipotente, todopoderoso, no es sobre todo, efecto de su creación, sino que se manifiesta en Jesús, el hombre al que vemos comportarse como Hijo. Es la compasión de Jesús, la capacidad de vivir para los otros, la consecuencia hasta el final, la capacidad de arriesgar su vida por una insignificante y condenada adúltera… lo que manifiesta la Omnipotencia divina. En Jesús vemos la capacidad de la persona humana cuando está llena del Espíritu Santo.

Estas palabras son también una invitación a tomarse en serio el evangelio. Hemos pasado de una época de amenazas a otra de tranquilizantes, de todo era pecado a nada es pecado, de Dios como Juez a Dios “bonachón”. Pues bien, en el evangelio no aparece Dios como Juez ni como Bonachón. En ninguna texto aparece que el pecado no sea importante, o que de lo mismo actuar bien que mal, o que de todo igual.  En el evangelio lo que aparece es una lucha dramática entre Jesús contra el mal, contra lo que hace sufrir. El ser humano elige bien o mal, se realiza o se destruye. Y de este mensaje básico nadie puede prescindir. EL evangelio es Buena Noticia: sitúa a Dios no como juez sino como parte, es Aliado, es Salvador, es Liberador. No podemos ni debemos seguir interpretando el evangelio desde categorías legales, jurídicas. Hay que devolver a Dios a su lugar. Él es la Luz, saca adelante a sus hijos, da vida, repara las heridas, quiere que todos se salven, que todo ser humano viva en plenitud.

Las "exigencias del Reino" son la respuesta al don de la Buena Noticia. Si esto no se tiene en cuenta puede suceder que vivamos la fe cristiana de manera lamentable como puede ser interpretar la vida y la fe de manera legalista.  Hay sectores en la Iglesia que interpretan estos textos del Evangelio diciendo que esta es la “Ley de Cristo”, una nueva Ley, mucho más exigente que la antigua Alianza, pero , al fin y al cabo, Ley. Si lo vemos así, el evangelio lo viviremos como cumplir preceptos, tan severos que nadie o casi nadie los puede cumplir. Vivir así es para santos, perfectos, puros, pocos, raros, separados. ¿Quién puede vivir así? Nadie, pero es como una meta a conseguir. Es como si todo el sermón del monte, y todo el evangelio, es mostrar un camino correcto, proponer una forma de vivir, animar a que aspiremos a los mejor….aunque nunca se alcance.
Estas concepciones, ¿no son más propias de los fariseos? ¿No se parte de una concepción negativa del ser humano que debe alcanzar una meta imposible? Escribe J. Jeremías (exegeta protestante):
El Sermón del Monte, no es ley, es evangelio. La ley deja al hombre abandonado a sus propias fuerzas y le pide ejercitarlas al máximo; el evangelio coloca al ser humano ante el don de Dios y le pide que haga de ese don inagotable (porque su fuente es divina) la verdad fundamental de su vida. Habría que evitar expresiones como "ética cristiana", "moral cristiana". Este vocabulario es inadecuado, confuso. Sería mejor hablar de “fe vivida” y expresar que el don de Dios ha precedido a su exigencia. El Sermón del Monte no pretende hacer pensar a sus discípulos en un yugo legalista, ni siquiera hacer en el sentido de afirmar “debes hacer esto, tienes que hacer esto…para ser feliz…” El Sermón del Monte describe la fe vivida: “Estás perdonado, eres hijo/a Dios, perteneces a su Reino”.  



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