SALMO 22. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?
Al
verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza: "Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto le quiere."
Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Me
acorrala una jauría de mastines,
me
cerca una banda de malhechores;
me
taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?
Se
reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes
lejos;
fuerza
mía, ven corriendo a ayudarme.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?
Contaré
tu fama a mis hermanos,
en
medio de la asamblea te alabaré.
Fieles
del Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo, linaje de Israel.
Dios mío, Dios mío, ¿por qué
me has abandonado?
Señor
¡escucha mi voz!
ACCIÓN DE GRACIAS.
Somos humanos, Señor.
perdónanos:
por no saber decirte nada,
por ser avaros de nuestro tiempo
y no tenerlo para encontrarnos contigo.
por no saber decirte nada,
por ser avaros de nuestro tiempo
y no tenerlo para encontrarnos contigo.
Somos humanos, Señor, perdónanos:
por esconder la claridad del Evangelio,
por nuestras cobardías
y nuestros compromisos con el pecado.
por esconder la claridad del Evangelio,
por nuestras cobardías
y nuestros compromisos con el pecado.
Perdónanos, Señor, por nuestras
faltas de amor,
nuestros arrebatos, nuestros prejuicios,
nuestra indiferencia, y todo lo que mata el amor.
nuestros arrebatos, nuestros prejuicios,
nuestra indiferencia, y todo lo que mata el amor.
Perdónanos, Señor,
por no saber perdonar,
por no saber reconciliarnos
con nosotros mismos,
y, menos aún, con los otros.
por no saber perdonar,
por no saber reconciliarnos
con nosotros mismos,
y, menos aún, con los otros.
Perdona la fealdad de nuestra
mirada.
Somos humanos, Señor, perdónanos.
Somos humanos, Señor, perdónanos.
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