miércoles, 28 de marzo de 2018

Resultado de imagen de resurrección de cristoDOMINGO 
DE 
RESURRECCIÓN


Juan 20,1-9

1.      TEXTO
20, 1El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
2Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y les dijo: - Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
3Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 4Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; 5y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
6Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y 7el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.8Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
9Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. 10Los discípulos se volvieron a su casa.       

2.      COMENTARIO.
Comienzan las reacciones ante el acontecimiento de la Resurrección.
La primera en aparecer es María Magdalena, que va con su idea preconcebida de quién va a mover la piedra. Cuando ve que está quitada, se vuelve corriendo y hace su propia interpretación: se han llevado al Señor. El evangelista nonos dice que entrara en el sepulcro. ¿Por qué imaginar ydecir que selo han llevado?
Como reacción a esta sorprendente noticia, Pedro y el otro discípulo, tradicionalmente se ha interpretado como el mismo evangelista Juan, echan a correr hacia el sepulcro.
Al final del relato, Juan hace un apunte importante: hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre de los muertos. Es decir, hasta que no interpretan desde la fe lo que están viendo con sus ojos físicos, que el cadáver de Jesús no está allí, no creen.
Ya sabemos que la prueba del sepulcro vacío no es una prueba determinante para creer en la Resurrección de Jesús. Pero es que no hay ninguna prueba evidente de esto. El sepulcro vacío prepara el camino para, después de tener una experiencia del Resucitado, poder afirmar, creer y anunciar: HA RESUCITADO.

Los relatos de la resurrección en los evangelios, nos narran el "descubrimiento" de la resurrección de Jesús como un proceso. No es algo instantáneo ni inmediato. Hay todo un camino por recorrer hasta afirmar que el Crucificado ha Resucitado. Lo que han vivido durante los últimos días con Jesús, especialmente el hecho de morir en la cruz, les conmocionó de tal manera que no pensemos que el acceso al misterio de la Resurrección fue cuestión de un instante.

Estos relatos no nos describen encuentros físicos, apariciones de Jesús en carne y hueso. No. Son experiencias de fe transmitidas a través de un lenguaje simbólico y catequético que es preciso descifrar.  
No fue fácil entonces, y tampoco lo es ahora, pensar y arriesgarse a creer que la vida no termina con la muerte. Había, y sigue habiendo, cierta incapacidad para admitir la Resurrección. Por eso afirmamos que es cuestión de fe, y al mismo tiempo, decimos que tenemos razones para creer. La fe no es algo irracional, sino que va más allá de la razón o que es una fe razonable.

A partir de aquella mañana, poco a poco, los discípulos, hombres y mujeres como nosotros, fueron cambiando, trasformando su interpretación de lo que estaban viviendo, hasta llegar adiscernir la vida y la muerte de Jesús desde unas coordenadas distintas. Habrá que pasar por decepciones, dudas, sospechas, frustraciones, hasta llegar a la realidad del Resucitado. Realidad que trasciende el espacio y el tiempo, pero no por eso es menos real.
Lo quela tarde del Viernes parecía fracaso, asesinato, muerte y luto, externo y emocional, aquella mañana se comienza a transformar, a convertir en esperanza y confianza, en blanco de Resucitado. El destino ciego de la historia de la humanidad cambió para siempre. Comenzaba una nueva historia.

3.      PARA LA ORACIÓN
¿Buscáis a Jesús el nazareno? No está aquí. Ha resucitado.
Sí, Jesús, seguimos buscándote entre los sepulcros,
cuando tú estás en la vida.
Continuamos  inundados de tedio y tristeza,
de soledad y abatimiento,
de depresión  y absurdo.
No acabamos de creer que Tú has resucitado.

Vemos pero no entendemos la Escritura,
porque somos más de tradiciones que de Palabra,
somos más de Viernes que de Domingo.

Te nombramos pero no creemos en ti,
te escuchamos pero tu voz no resuena en nuestro interior,
te comulgamos  pero no sabemos si eres una idea
o solo una costumbre,
te sacamos en procesión pero no nos afecta mucho,
la emoción no llega a nuestros estilos de vida y prioridades.
Pero a pesar de todo te seguimos buscando,
porque TÚ HAS RESUCITADO.

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