jueves, 27 de diciembre de 2018

Resultado de imagen de FANO, SAGRADA FAMILIATIEMPO DE NAVIDAD

DOMINGO. SAGRADA FAMILIA


Lectura del santo evangelio según san Lucas 2,41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
- Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.
Él les contestó:
- ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la cosas de mi Padre?
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.


Palabra del Señor
SUBIR Y BAJAR A… JERUSALÉN
El evangelista Lucas nos pone este relato/catequesis en el cual podemos descubrir varios mensajes o significados. Lo primero es una advertencia ya repetida muchas veces: no interpretar el relato al pie de la letra, creer que esto pasó así tal y como nos los describe el evangelista. Es más importante averiguar: ¿Cuál es la intención con la que el evangelista escribió este relato? ¿Qué mensaje se esconde a través de este relato, más allá de las puras palabras? Por ejemplo, es bastante inverosímil que Jesús se colase en el templo y se pusiera a discutir con los doctores cuando a un mozalbete, el que fuera, le estaba totalmente prohibido acceder al contacto con los doctores. No seamos ingenuos.

Este episodio tiene base histórica, que es la peregrinación de todo judío a Jerusalén con motivo de las fiestas de la Pascua. Pero sobre esa base histórica se ha montado toda una teología en función de un plan catequético concreto, el del evangelio de Lucas.

Aunque lo encuadramos en los relatos de infancia, porque literariamente y catequéticamente Lucas así lo concibió, es a la vez un pasaje de transición que inaugura el ministerio público de Jesús. Desde el mismo momento que llega a su mayoría de edad, queda claro quién es, la conciencia que tiene de sí y la anticipación  de su choque con la tradición (padres) y con la institución–ley (doctores).

Más importante que esas posibles anécdotas es que el evangelista nos coloca el episodio en Jerusalén por las fiestas de Pascua. ¿No nos estará adelantando, ya, Lucas cual va a ser el final de Jesús y de donde va a proceder la causa de su condena? ¿De la discusión y malentendidos con los doctores de la ley?

En la contestación que Jesús da a sus padres, una vez encontrado, ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?, Lucas nos prevé cuál va a ser la misión futura de Jesús. No es estar en la casa de su padre José, sino de su Padre del Reino.  Las palabras de Jesús son contundentes y hay que entenderlas a la luz de este meollo catequético/teológico que hay de trasfondo. Son las primeras palabras  de Jesús según Lucas y es la primera declaración solemne de este evangelio.
Sus palabras son la manifestación de su verdadera personalidad. Afirma que entre él y el Padre hay una vinculación muy especial; y como dato significativo, esta declaración se produce en el mismo templo de Jerusalén.
Jesús se extraña de que lo busquen, porque ya van teniendo elementos de juicio para ir abriéndose un poco y entendiendo. Es como decirles, “¡Vamos María y José que ya os han pasado bastantes cosas a lo largo del evangelio de la infancia y a lo largo de estos 12 años como para que vayáis renovando un poquito la mentalidad!”

Debo estar en las cosas de mi Padre. Es el resumen de la vida de Jesús y de la nuestra. Ser conscientes de la filiación, soy hijo de Dios, y, en consecuencia, he de vivir como hijo, parecerme al Padre, cumplir su voluntad, las cosas de mi Padre.

El relato termina con que Jesús vuelve con sus padres a Nazaret, y crece, les obedece…. Pero que no entendieron. Es decir, comienza la búsqueda del entendimiento que consiste en conservar todo pero dando vueltas en el corazón, no encerrándolo en el arcón para que se apolille. Toda la vida del ser humano se desarrolla entre
-       una subida constante para romper y afirmarme
-       y una bajada constante para vivir unido familiarmente y diluirme en un servicio anónimo.
Por eso, en contraste con el impertinente adolescente, se subraya ahora el aspecto de continuidad obediente.

ORAR EN NAVIDAD. SAGRADA FAMILIA
Señor hoy quiero pedirte,
poner en tus manos,
pedir tu bendición para todas las familias del mundo,
sean como sean,
estén como estén,
vivan lo que vivan,

Quiero poner en tus manos a los que no tienen familia,
a los que han destruido la familia,
a los que atacan la familia,
a los que son indiferentes a la familia,
a los que rompen la familia,
a los que abusan de la familia,
a los que desprecian o infravaloran a la familia.
A todos.

Quiero pedir tu bendición
por todos los matrimonios y sus hijos,
y los abuelos, y los parientes,
los que permanecen unidos,
los que aguantan contra viento y marea,
los que hacen todo lo posible para sacar adelante a la familia,
a los que se dejan la piel por la familia,
a los que renuncian y aceptan a su familia,
aunque no sea perfecta.

Pido tu apoyo, tu fuerza, tu presencia,
para las familias rotas,
las familias abandonadas,
las familias pobres,
las familias destruidas,
las familias que no se hablan ni se tratan…

Pido tu ternura para las familias.
Tu bondad descienda sobre las familias.
Tu misericordia se derrame sobre las familias.
Tu perdón sea fuente de paz en las familias.
Tu vida sea fuente de vida en las familias.
Tu amor cubra a las familias,
las protega,
las guarde,
se sientan amadas, valoradas, y aceptadas. 

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