domingo, 17 de febrero de 2019

Resultado de imagen de FANO AMAD A VUESTROS ENEMIGOSSEMANA VII. TIEMPO ORDINARIO

DOMINGO


Lucas 6,27-38
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
27  A vosotros los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, 28bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. 29Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. 30A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

31 Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. 32Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

35Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.

36Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; 37no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; 38dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros.
Palabra del Señor
COMENTARIO
Las palabras del evangelio de este domingo son continuación de las del domingo anterior. Jesús sigue con su mensaje centrado en la propuesta de la felicidad a todo ser humano según los nuevos valores del Reino que él ha venido a inaugurar. Como siempre, y esto es muy bueno que pase, lo primera reacción al leer estos versículos es que nos choquen, pongan en crisis nuestras convicciones. Es muy buena señal pues quiere decir que las palabras de Jesús provocan en los lectores y en los oyentes la posibilidad de que las cosas pueden ser de otro modo.

He puesto en negrita los verbos que aparecen en forma imperativa. No se trata de imponer sino de proponer. Es el cristiano e que tiene que cuestionarse, reflexionar y discernir qué camino quiere elegir y seguir. De entre ellas destacamos: Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. Es la calve para entender el relato. Perdonar, amar a los enemigos, no juzgar ni condenar…  no provienen de un esfuerzo de la voluntad para obligarse a cumplir unas normas supuestamente dictadas por Cristo, sino que son actitudes que brotan cuando alguien ha tenido la experiencia del amor incondicional de Dios.   

La propuesta de Jesús proviene de su experiencia del Padre y que él propone para hacer una sociedad donde las relaciones sean buenas y nuevas, humanas, evangélicas. Jesús se siente amado incondicionalmente por el Padre y por esto anuncia que es preferible amar y perdonar que odiar. Ese amor del Padre es la fuente de la que se puede beber para poder vivir el perdón, sin juzgar, sin culpar a los demás, sin odiar, sin venganza, sin resentimiento.

Puede dar la impresión de que esto es imposible o solo para unos pocos, cuando contrastamos las palabras de Jesús con lo que vivimos en nuestra sociedad. Pero el mensaje de Jesús no es un imposible, sino la propuesta de un hombre que se siente libre y amado. Y por tanto, propone que el camino de la felicidad pasa por la misericordia… porque el Padre lo es con nosotros. Solo quien se siente aceptado, amado, podrá amar y aceptar a los demás. Nadie puede dar lo que no tiene.
Además, según lo que vivimos en nuestro interior es lo que solemos proyectar en los demás. Cuando yo juzgo, culpo o condeno a alguien esto proviene del propio interior porque ya antes me he juzgado yo a mi mismo. Ante Jesús nos anuncia que es mejor no juzgarse a sí mismo, así será más fácil no hacerlo con los demás. Si Dios no nos juzga, ¿quién somos nosotros para juzgarnos a nosotros mismos o a los demás? 

Es preferible para las comunidades cristianas vivir en los valores que Jesús propone. Es aquí donde nos jugamos la identidad y la existencia del cristianismo como alternativa a los valores que están de moda. Cuando la Iglesia, o el cristiano, pierde su referencia de vivir al estilo de Jesús, entonces ¿para qué sirve la fe en Cristo? Posiblemente este sea uno de los mayores problemas que tiene la Iglesia actualmente: ha de dejado de ser alternativa dentro de la sociedad. La Iglesia no es la comunidad de perfectos. Está basada en la misericordia y bondad de Dios, pero si dentro de la misma iglesia se vive en el juicio, en la venganza, en el resentimiento, en el abuso de poder, entonces ¿que está ofreciendo al ser humano?
Y todo esto no es una bella teoría. A Jesús la vivencia de estos valores le llevo a la cruz pues se enfrentó con la gente del poder. Pero Jesús murió perdonando.

ORAR. VUESTRO PADRE

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso
Sed buenos como vuestro Padre es bueno.
Vivid la ternura como vuestro Padre es la Ternura hecha carne.
Sed compasivos como vuestro padre es la Compasión.
Perdonados unos a otros porque vuestro Padre es el Perdón.
Perdónate a ti mismo/a porque vuestro Padre te perdona siempre.

Vivid la vida, disfrutadla, porque es un don de vuestro Padre del Cielo.
Compartid la vida porque vuestro Padre es amor entregado.
Respectad la vida porque vuestro Padre os ha creado con un valor que nadie os puede quitar.
Amad la vida porque es el mayor regalo de Dios y sois valiosos a sus ojos.

Amad a vuestros enemigos porque vuestro Padre también los ama.
Amad a los que nos os pueden ni ver porque vuestro Padre también los ama.
Amad a los que os han hecho el mal porque vuestro Padre también los ama.
Amad a los que os fastidian la vida porque vuestro Padre también los ama.
Amad a los que pasan de vosotros porque vuestro Padre también los ama.
Amad a los que os hacen sufrir porque vuestro Padre también los ama.

No juzguéis, porque vuestro Padre no  os juzga.
No os castiguéis a vosotros mismos porque vuestro Padre no os castiga.
Si os sentís culpables no tengáis miedo, la bondad de vuestro Padre es más fuerte que vuestra culpa.

No condenéis, porque vuestro Padre no os condena.
No os condenéis a vosotros mismos, porque vuestro Padre es más grande que vuestro juicio.
No te condenes a ti mismo, pues tu Padre es mayor que tu conciencia. 

Perdonad como vuestro Padre os perdona.
Perdonaos a vosotros mismos, porque vuestro Padre es más grande que vuestros errores y pecados.
Perdonad porque vuestro Padre ya os ha perdonado.
Perdonad porque vuestro Padre es mayor que vuestras mentiras y cobardías.
Perdonad como vuestro Padre os perdona siempre, todo.

Dad, porque no tenéis nada que no hayas recibido de vuestro Padre.
Entregaos como vuestro Padre se entrega por vosotros.
Servid como vuestro Padre os lava los pies.
Sed samaritanos como vuestro Padre os cura y sana vuestras heridas.
Sed agradecidos como vuestro Padre se hace presente en la Acción de gracias.
Sed amables como vuestro Padre ama os ama con todo corazón.
Sed  alternativos como vuestro Padre os ha creado para que engendréis vida.
Sed evangélicos como vuestro Padre se ha manifestado en el evangelio de su Hijo.
Sed y vivid como hijos amados de vuestro Padre. 

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