domingo, 24 de febrero de 2019

SEMANA VII. TIEMPO ORDINARIO

JUEVES, 28 DE FEBRERO


Marcos 9,40-49
40El que no está contra nosotros está a favor nuestro.
41Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. 42El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. 43Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la gehenna, al fuego que no se apaga. 45Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la gehenna. 47Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la gehenna, 48donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. 49Todos serán salados a fuego. 50Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros.

COMENTARIO
41Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa.
Jesús envía a los Doce. Si reflejan la figura de Jesús Mesías, llevarán también ellos la presencia de Jesús y del Padre, que será la recompensa del que los acoge.
Este relato es complementario con el del niño/siervo:
-          Este (Mc 9, 33b-37, cfr. martes), muestra lo que significa estar con Jesús, es decir, identificarse con Él, renunciando a la ambición de privilegio y adoptando su actitud de servicio; el grupo de seguidores no israelitas lo cumple, pero los Doce no.
-          El relato de hoy ilustra la misión liberadora que realiza el grupo no israelita, mientras los Doce fracasan en ella: al seguir apegados a las categorías del judaísmo, no están con Jesús y no tienen alternativa que proponer.
El intento del grupo de los Doce de impedir la misión de los que no se atienen a sus categorías refleja, sin duda, conflictos pertenecientes a la época de Marcos. Se hace patente la polémica de este evangelista contra los círculos cristianos judaizantes.

42El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Aviso de Jesús: peor que morir es hacer daño a los pequeños, en oposición a más grande (Mc 9,34), a los que no tienen ambición de honor o privilegio y adoptan una actitud de servicio (9,35), condición del verdadero seguimiento. Se trata de los seguidores no israelitas, uno de estos pequeñuelos. El escándalo existe cuan­do hay en la comunidad quienes pretenden ser más grandes, ser servi­dos en lugar de servir, poniéndose por encima de otros como superiores a ellos. Esta ambición pondría en peligro la adhesión de los pequeñuelos a Jesús.
Continúa la polémica de Marcos contra los que pretenden deformar el men­saje de Jesús introduciendo modos de actuar frecuentes en el judaísmo.

43Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la gehenna, al fuego que no se apaga. 45Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la gehenna. 47Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la gehenna, 48donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Hay que hacer opciones, por dolorosas que sean, pues son opciones entre el éxito y el fracaso de la existencia: toda actividad, la mano, conducta, el pie, o aspiración, el ojo, que busca prestigio y superioridad, está viciada y hay que suprimirla, pues pone en peligro la fidelidad al mensaje y bloquea el desarrollo personal.
Las imágenes que usa Jesús son fuertes: hay que extirpar todo lo que en uno mismo se oponga al mensaje y cause daño a los que quieren ser fieles a Él. Solo esta decisión lleva a la vida, la opción contraria lleva a la muerte. La vida está en paralelo con el Reino de Dios. Se trata, por tanto, de asegurar la plenitud de vida tanto en el mundo pre­sente como en el futuro.
La expresión el gusano que no muere y el fuego que no se apaga está tomada de un texto profético (Is 66,24) que se refiere a cadáveres que se queman, no a vivos que sufren. La relación de gusanos y fuego, que serían incompatibles, relativiza las imágenes. No se describe con ellas un tormento eterno, sino una destrucción total.

50Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros.
 La sal, que impedía la corrupción de los alimentos, sirve como imagen de la fidelidad al mensaje. Para mantener esa fidelidad el seguidor de Jesús necesita autodisciplina, expresada con la imagen compleja de un fuego, elemento doloroso, pero que sala y conserva, opuesto al fuego que destruye.

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