domingo, 17 de marzo de 2019

TIEMPO DE CUARESMA. 2ª SEMANA

LUNES, 18 DE MARZO


Lucas 6,36-38
36Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; 37no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; 38 dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros.

COMENTARIO
En el contexto del Sermón de la llanura  (Lc 6,17-26: Bienaventuranzas; vv.27-35: segunda parte. Es preciso que los que siguen a Jesús luchen contra la opresión y los opresores pero sin odiarlos, sino amando y perdonando). Ahora estos versículos corroboran y amplían el mensaje: todo aquel que ha hecho opción por el Reino se convierte en hijo. Y si  son hijos han de parecerse al Padre, a vuestro Padre.

Jesús exhorta a vivir como hijos a través de cuatro imperativos:
·         No juzguéis. El que juzga quiere decir que no ha renunciado a la opción de condenar.
·         No condenéis. Es paralelo al anterior. Se trata de liberarse de toda negatividad y parecerse a Dios que es lo positivo, el amor. Precisamente, Dios no juzga ni condena. Jesús acaba de exponer el camino de la dicha, de la felicidad y se ha lamentado por aquellos que han elegido el camino de la desdicha. Es el ser quien libremente elige su juicio y su condena.
·         Perdonad. Es el distintivo de Dios y del discípulo.
·         Dad. El ideal de la vida es vivirla como entrega.

La medida que uséis (la del juicio/condena o la del perdón/dando) es la que os medirá. Cada uno será medido con su metro. 


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