Mateo 9,14-15
14Los discípulos de Juan se le acercan a Jesús,
preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio,
tus discípulos no ayunan?
15Jesús les dijo: ¿Es que pueden guardar luto los amigos
del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les
arrebatarán al esposo y entonces ayunarán.
COMENTARIO
Esta escena tiene lugar en un banquete en
“casa de Jesús” en el que están Jesús y sus discípulos, además de pecadores y
publicanos. Este banquete simboliza la nueva comunidad, el banquete del Reino y
a él se oponen los fariseos ( Mt 9,11-13) y los discípulos de Juan (Mt
9,14-17).
Jesús habla de invitados a una boda y de
novio como señales o signos que se trata de banquete mesiánico. A esta
nueva alianza se oponen los fariseos, los de dentro de la casa, el judaísmo, y
los discípulos de Juan, porque ni siquiera tendría que haber banquete/alianza,
lo suyo es ayunar, viven como si el novio no hubiese llegado. Al final fariseos
y algunos discípulos de Juan van a coincidir “escandalizados” por el
comportamiento de Jesús. Estos discípulos de Juan (no deberían serlo porqué tendrían que ser de
Jesús) acaban cuestionando la alianza y el banquete mismo. Para ellos habría
que estar de ayuno siempre, Jesús, para ellos es como si no hubiera llegado, de
hecho no ha llegado porque todavía siguen con el precursor, al que han
traicionado. Juan no buscaba seguidores ni fundar nada.
Jesús les responde.
Resitúa las cosas en sus justos términos: con
mi llegada, con la llegada del esposo que Juan reconoció, no soy digno de desatarle las sandalias, ha comenzado el banquete
de bodas, la nueva alianza. Ayunar en un banquete de bodas no tienen sentido.
Si los fariseos y los discípulos de Juan ayunan es porque no han reconocido a
Jesús como el esposo/Mesías de la Nueva alianza. Su ayuno es señal del rechazo
a Jesús. Es como si el novio no hubiese venido… pero Jesús siempre está con
nosotros, el no rechaza a nadie. Siempre tienen un puesto en la mesa para
nosotros.
Solo ayunarán cuando se llevan al novio, en
alusión a la pasión y muerte. Pero una vez resucitado, su presencia sigue
siendo continua. En este sentido el ayuno está prohibido y es un contrasentido
practicarlo.
Los discípulos de Juan quieren meter una
novedad radical, que no entienden y en la que no participan, en los moldes
viejos de siempre y en las formas de antes de las que todavía no han salido.
Por eso dirá a continuación Jesús (no recogido en el evangelio de hoy) que vino nuevo, odres nuevos. Unas cosas y otra
son incompatibles, la unión de ambos será la ruina de ambos.
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