jueves, 18 de abril de 2019

Resultado de imagen de FANO CRISTO VENCE A LA MUERTETRIDUO PASCUAL. 

VIGILIA PASCUAL


Lucas 24,1-12
24 1 El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. 2 Encontraron corrida la piedra del sepulcro. 3 Y, entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4Mientras estaban desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes.

5Ellas quedaron despavoridas y con las caras mirando al suelo y ellos les dijeron:
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí. Ha resucitado. Recordad cómo os habló estando todavía en Galilea, 7 cuando dijo que el Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar.
8Y recordaron sus palabras.
9Habiendo vuelto del sepulcro, anunciaron todo esto a los Once y a todos los demás. 10Eran María la Magdalena, Juana y María, la de Santiago. También las demás, que estaban con ellas, contaban esto mismo a los apóstoles. 11Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron. 12
Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, ve solo los lienzos. Y se volvió a su casa, admirándose de lo sucedido.

EL RESUCITADO ES EL CRUCIFICADO
Llegamos al momento más importante, crucial, de este triduo santo. Es la Vigilia Pascual. Celebrar que Cristo ha resucitado. Sin la Resurrección de Jesús nada de lo celebrado el Jueves y el Viernes tendría sentido. Si existe la fe cristiana, si existen los cristianos, es porque existe la fe en la Resurrección.
¿Que puede suponer esto para nuestra vida?
-          Lo primero de todo es que Dios, tan callado en la pasión y muerte, ha hablado. ¿Cómo? Resucitando a Jesús. La muerte –como vemos en el dibujo- ha sido vencida. El que ha Resucitado es el Crucificado. No hay Resurrección si antes no hay muerte en la que se entrega la vida por los demás. Luego, vivir al estilo de Jesús merece la pena, tiene sentido, es fuente de felicidad.
-          Segundo: El centro de la fe cristiana es creer en Cristo Resucitado. Y creer quiere decir confiar en la bondad de Dios que es más fuerte que nuestra muerte, que nuestra cruz, que nuestro pecado. No se trata de ideas, sino de confiar, que es una actitud más profunda que todas nuestras ideas.
-          Tercero: resucitar no es volver a esta vida. Tampoco es la reencarnación. Resucitar es “entrar a vivir la vida definitiva en Dios”. Es “vivir en Dios”. No sabemos el cómo. Solo tenemos el testimonio de Jesús, ¡que no es poco!
-          Cuarto: no es fácil hablar de la Resurrección, pues es un hecho que nos trasciende. Por eso es bueno utilizar imágenes que nos ayuden a comprender este hecho. A mí una de las que más me gusta es la del gusano que se transforma en mariposa. ¿Quién iba a decir que una preciosa mariposa proviene de un repugnante gusano? Pero antes de llegar a mariposa hay que morir a la vida de gusano.  
-          Quinto: Para encontrarse con Jesús resucitado es preciso hacer el propio recorrido, como las mujeres fueron aquella mañana y tuvieron una experiencia llena de vida. Nadie puede creer por nosotros.
-          Sexto: para encontrarnos con Jesús resucitado se precisa recorrer el evangelio y dejar que Jesús Vivo nos provoque, nos cuestione, nos inquiete. Se precisa entrar en el Evangelio, leerlo, meditarlo, orarlo. Y como una fina lluvia dejar empaparnos por su palabra hasta que algún día, en algún momento, en alguna ocasión,  tengamos la experiencia de que Jesús está vivo.
-          Séptimo: Descubrir y trabajar cada día para que en nuestra vida y en la vida de los que nos rodean, con los que convivimos, la vida sea más digna, más humana, más respetada. Seamos más sensibles al don de la vida. No nos acostumbremos a vivir. Descubramos la belleza de la vida. Seamos agradecidos por el don de la vida y pongamos al servicio de los demás para que también puedan gustar y disfrutar de esta vida.

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