JUEVES, 20 DE JUNIO
Mateo 6,7-15
7Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los
gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. 8No
seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis.
9Vosotros orad
así:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
10venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
11danos hoy nuestro pan de cada día,
12perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden,
13no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
14Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también
os perdonará vuestro Padre celestial,
15pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro
Padre perdonará vuestras ofensas.
COMENTARIO
El
Padre nuestro está enmarcado por 4 versículos: 7-8 y 14-15.
Los
vv. 7-8 nos indican las predisposiciones que hemos de tener cara a Dios cuando
oramos: certeza absoluta de que vamos a ser escuchados, es la fe. Estos
versículos son un estímulo para el orante, pues la oración es la razón para
reconocer el don de Dios.
·
Padre nuestro: empieza
como una oración comunitaria. Aunque lo haga un individuo habla en nombre de la
comunidad del Reino.
El
nombre de Dios no parece en todo el relato, siempre aparece Padre:
o
Padre es el
nombre cristiano de Dios. Padre es el
único nombre de Dios.
o
Es el nombre
propio de Dios: es el que nos da la vida, el que hace reconocernos como hijos y
como hermanos.
o
Dios es el
nombre común que sirve para todas las religiones, para referirse a un ser
superior, por eso su nombre es diferente.
o
El nombre de
Padre funda una relación nueva con él; no es el Dios sentado en el trono dando
mandamientos a los hombres y dirigiendo el mundo. Son falsas las ideas de Dios
que él ha venido a cambiar. La palabra padre
cambia totalmente el concepto e imagen de Dios.
o
Llamar a Dios
padre es tener experiencia de su vida y de su amor.
·
Del cielo. Esta
palabra no significa distancia ni es un lugar, sino excelencia, padre en grado
supremo, excelente. Más tarde Mateo dirá: no
llaméis a nadie padre en la tierra (Mateo 23,9). Hemos de renunciar a
nuestro padre terreno, es decir, hemos de renunciar a nuestro modelo de padre
terreno, tradicional. Nuestro modelo es el del cielo.
Una vez que se ha
aclarado esto, comienzan las peticiones. Primero las del padrenuestro,
dirigidas al mundo, en favor del mundo, de la humanidad; después, las segundas,
están dirigidas a favor de la comunidad.
·
Santificado sea tu nombre. Mejor traducir
por “proclámese ese nombre tuyo”. Santificar quiere decir “reconocer”. Nadie
pude santificar a Dios. El único santo es Dios. Pero reconocer ¿Qué? Tu nombre. ¿Cuál es tu nombre? Padre.
Esta es la primera petición de la comunidad cristiana: que seas reconocido como
Padre. Que la humanidad llegue a reconocer a Dios como Padre. Y, ¿esto como se
hace? Jesús lo ha dicho anteriormente: vosotros
sois la luz del mundo… que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro
Padre (Mt 5) Que la humanidad tenga conciencia de la realidad de que Dios
es Padre. Que esto sea universal.
·
Venga a nosotros tu reino. Mejor traducir por “llegue tu reinado”. Se pide que
llegue el Reinado de Dios a los que no lo conocen. Que la experiencia que tiene
la comunidad sobre el Reinado de Dios llegue a toda la humanidad. Que la
humanidad pase de la ambición, poder,
al Reino de Dios donde habitan la
solidaridad, el servicio y la entrega.
·
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. También se puede traducir por: “Que tu designio del
cielo se realice en la tierra”. Es el designio/proyecto de Dios sobre la
historia. Dios tiene una intención para la humanidad. Aquí se pide que eso que
está perfectamente concebido en el cielo, se realiza, aquí, en la tierra. Hay
que distinguir que la felicidad a la que Dios nos ha destinado no solo es para
la otra vida. Dios quiere que el ser humano sea feliz siempre. Con esta
petición, Jesús derriba la falsa idea de Dios.
A partir de ahora ya no se habla de Dios, ni de la misión
de la comunidad, sino de la comunidad misma.
·
Danos hoy nuestro pan de cada día. “Nuestro
pan del mañana dánoslo hoy”. Se trata del pan del mañana, un mañana más lejano,
el de la vida futura. Dado que el pan es sinónimo de banquete, a lo que se está
refiriendo es al banquete mesiánico. Se pide que la unión y la alegría de la
comunidad final sean un hecho en la comunidad presente, que se den hoy.
·
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. “Perdona
nuestras deudas porque nosotros también perdonamos a nuestros deudores”. Es la
única petición que incluye una exigencia: quien se cierra al amor de los otros
se está cerrando al de Dios, y esto se manifiesta en el perdón. Porque amamos
perdonamos, el que no perdona no ama, y el que se cierra al amor se cierra a
Dios. No es que Dios no nos perdone hasta que nosotros no perdonemos. Somos
nosotros los que negándonos a perdonar nos cerramos todas las vías.
Mateo pone el término deuda/falta. El pecado representa el pasado que queda borrado por
la adhesión a Jesús. Lo que se pide aquí es la manifestación continua del amor
de Dios a la comunidad, del mismo modo que en Dios siempre hay amor hacia
nosotros. Y eso se manifiesta en el perdón. Es como decir que estamos en permanente
deuda de amor con Dios y en deuda permanente deuda de amor con los demás.
“Perdónanos Padre cuando por nuestros fallos no satisfacemos convenientemente
nuestras deudas de amor” (Cfr. Mt 18,23-35, parábola de los dos deudores).
·
No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
“No nos dejes caer en tentación, sino
líbranos del malo”. La palabra tentación
nos está remitiendo a las tentaciones de Jesús en el desierto, el único lugar
donde en Mateo ha parecido este término. La tentación es:
o
El ateísmo
práctico. No tener en cuenta el plan de Dios sobre los hombres y sobre Jesús,
sino satisfacer la propia necesidad usando en beneficio propio las cualidades
que se tiene.
o
La tentación del
prestigio, lo espectacular, la apariencia. Es la tentación de la irresponsabilidad.
o
Es la tentación
de la riqueza, del poder económico y militar.
14Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre
celestial, 15pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro
Padre perdonará vuestras ofensas.
El
Padre nuestro termina recordando la importancia del perdón para que no se pare
la dinámica del amor.
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