jueves, 20 de junio de 2019

SEMANA XI

JUEVES, 20 DE JUNIO


Mateo 6,7-15
7Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. 8No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis.
 9Vosotros orad así:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
10venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
11danos hoy nuestro pan de cada día,
12perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
13no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
14Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial,
15pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

COMENTARIO
El Padre nuestro está enmarcado por 4 versículos: 7-8 y 14-15.
Los vv. 7-8 nos indican las predisposiciones que hemos de tener cara a Dios cuando oramos: certeza absoluta de que vamos a ser escuchados, es la fe. Estos versículos son un estímulo para el orante, pues la oración es la razón para reconocer el don de Dios.

·         Padre nuestro: empieza como una oración comunitaria. Aunque lo haga un individuo habla en nombre de la comunidad del Reino.
El nombre de Dios no parece en todo el relato, siempre aparece Padre:
o   Padre es el nombre cristiano de Dios. Padre es el único nombre de Dios.
o   Es el nombre propio de Dios: es el que nos da la vida, el que hace reconocernos como hijos y como hermanos.
o   Dios es el nombre común que sirve para todas las religiones, para referirse a un ser superior, por eso su nombre es diferente.
o   El nombre de Padre funda una relación nueva con él; no es el Dios sentado en el trono dando mandamientos a los hombres y dirigiendo el mundo. Son falsas las ideas de Dios que él ha venido a cambiar. La palabra padre cambia totalmente el concepto e imagen de Dios.
o   Llamar a Dios padre es tener experiencia de su vida y de su amor.
·         Del cielo. Esta palabra no significa distancia ni es un lugar, sino excelencia, padre en grado supremo, excelente. Más tarde Mateo dirá: no llaméis a nadie padre en la tierra (Mateo 23,9). Hemos de renunciar a nuestro padre terreno, es decir, hemos de renunciar a nuestro modelo de padre terreno, tradicional. Nuestro modelo es el del cielo.
Una vez que se ha aclarado esto, comienzan las peticiones. Primero las del padrenuestro, dirigidas al mundo, en favor del mundo, de la humanidad; después, las segundas, están dirigidas a favor de la comunidad.

·         Santificado sea tu nombre. Mejor traducir por “proclámese ese nombre tuyo”. Santificar quiere decir “reconocer”. Nadie pude santificar a Dios. El único santo es Dios. Pero reconocer ¿Qué? Tu nombre. ¿Cuál es tu nombre? Padre. Esta es la primera petición de la comunidad cristiana: que seas reconocido como Padre. Que la humanidad llegue a reconocer a Dios como Padre. Y, ¿esto como se hace? Jesús lo ha dicho anteriormente: vosotros sois la luz del mundo… que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre (Mt 5) Que la humanidad tenga conciencia de la realidad de que Dios es Padre. Que esto sea universal.

·         Venga a nosotros tu reino. Mejor traducir por “llegue tu reinado”. Se pide que llegue el Reinado de Dios a los que no lo conocen. Que la experiencia que tiene la comunidad sobre el Reinado de Dios llegue a toda la humanidad. Que la humanidad pase de la ambición, poder, al Reino de Dios donde habitan la solidaridad, el servicio y la entrega.

·         Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. También se puede traducir por: “Que tu designio del cielo se realice en la tierra”. Es el designio/proyecto de Dios sobre la historia. Dios tiene una intención para la humanidad. Aquí se pide que eso que está perfectamente concebido en el cielo, se realiza, aquí, en la tierra. Hay que distinguir que la felicidad a la que Dios nos ha destinado no solo es para la otra vida. Dios quiere que el ser humano sea feliz siempre. Con esta petición, Jesús derriba la falsa idea de Dios.  
A partir de ahora ya no se habla de Dios, ni de la misión de la comunidad, sino de la comunidad misma.

·         Danos hoy nuestro pan de cada día.  Nuestro pan del mañana dánoslo hoy”. Se trata del pan del mañana, un mañana más lejano, el de la vida futura. Dado que el pan es sinónimo de banquete, a lo que se está refiriendo es al banquete mesiánico. Se pide que la unión y la alegría de la comunidad final sean un hecho en la comunidad presente, que se den hoy.

·         Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. “Perdona nuestras deudas porque nosotros también perdonamos a nuestros deudores”. Es la única petición que incluye una exigencia: quien se cierra al amor de los otros se está cerrando al de Dios, y esto se manifiesta en el perdón. Porque amamos perdonamos, el que no perdona no ama, y el que se cierra al amor se cierra a Dios. No es que Dios no nos perdone hasta que nosotros no perdonemos. Somos nosotros los que negándonos a perdonar nos cerramos todas las vías.
Mateo pone el término deuda/falta. El pecado representa el pasado que queda borrado por la adhesión a Jesús. Lo que se pide aquí es la manifestación continua del amor de Dios a la comunidad, del mismo modo que en Dios siempre hay amor hacia nosotros. Y eso se manifiesta en el perdón. Es como decir que estamos en permanente deuda de amor con Dios y en deuda permanente deuda de amor con los demás. “Perdónanos Padre cuando por nuestros fallos no satisfacemos convenientemente nuestras deudas de amor” (Cfr. Mt 18,23-35, parábola de los dos deudores).

·         No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. “No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del malo”. La palabra tentación nos está remitiendo a las tentaciones de Jesús en el desierto, el único lugar donde en Mateo ha parecido este término. La tentación es:
o   El ateísmo práctico. No tener en cuenta el plan de Dios sobre los hombres y sobre Jesús, sino satisfacer la propia necesidad usando en beneficio propio las cualidades que se tiene.
o   La tentación del prestigio, lo espectacular, la apariencia. Es la tentación de la irresponsabilidad.
o   Es la tentación de la riqueza, del poder económico y militar.

14Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, 15pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
El Padre nuestro termina recordando la importancia del perdón para que no se pare la dinámica del amor.

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