MARTES, 25 DE JUNIO
Mateo 7.6.12-14
6No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras
perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se
revuelvan para destrozaros. 12Así, pues, todo lo que queráis que
haga la gente con vosotros, hacedlo vosotros con ella; pues esta es la Ley y
los Profetas.
13Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por
ellos. 14¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que
lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
COMENTARIO
6No
deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea
que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Junto
a esta actitud está la de la prudencia y el discernimiento. No es excluir a
nadie del amor, ver en el ser humano un hermano, y esto no llevará a la
ceguera. Es preferible ser prudente y discernir. No todo se puede comunicar a
cualquiera.
Las
comparaciones nos pueden parecer fuertes y brutales. El perro y el cerdo son
los animales impuros por excelencia. Figuran aquí representando a los que no
son limpios/puros de corazón, a los que por buscar su propio interés cometen la
injusticia contra el prójimo. Más que llamar perro o cerdo a nadie juega con el
concepto, con lo que simbolizaban en aquella cultura. Frente lo más depreciable
aparece lo más valioso y lo más sublime:
·
Las perlas (el Reino
es comparado con una perla preciosa, Mt 13,45-46).
·
Lo santo, es
decir, lo perteneciente a Dios, la ofrenda sacrificial, la carne del sacrificio.
·
La ofrenda de ti mismo
no la puedes dar al que no la conoce, ni la valora, ni la aprecia, ni la
entiende. Lo mismo pasa con las perlas del Reino.
Es necesario, que en las relaciones con los demás
exista el discernimiento y la prudencia:
·
El Reino/las
perlas pueden acabar pisoteadas por los cerdos (los que solo miran su interés);
·
el ofrecimiento
personal (tu carne, lo santo) puede acabar destrozado por cualquier perro
vagabundo. En aquel pueblo judío el perro no es un animal doméstico.
12Así, pues, todo lo que queráis que haga la gente con
vosotros, hacedlo vosotros con ella; pues esta es la Ley y los Profetas.
13Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la
puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por
ellos. 14¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que
lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.
Este
texto empieza con la llamada regla de oro. Es la conclusión de todas las
enseñanzas y al mismo tiempo insiste en la acción (hagan...haced). Esta regla de oro no es propia del cristianismo,
tiene validez y vigencia universal, está recogida en todas las religiones y
culturas del mundo.
¿Qué
sentido tiene esta regla universal?
·
No habla de un
egoísmo ingenuo. Lo que motiva mi acción es lo que quiero recibir de los demás.
·
Tampoco se trata
de una ley del talión que se resuelve contra el semejante.
San
Mateo nos remite al principio del Sermón del Monte donde Jesús declara con su
vida y su enseñanza la plenitud de la ley
y de los profetas. Todo lo dicho en el
Monte eran ejemplos concretos de perfección que deben situarse en un
horizonte que abarque toda la vida entera. Los dichos del Monte eran ejemplos
concretos que luego el ser humano debe ampliar a todas las facetas de la vida.
Es el hombre el que tiene que inventar el sermón del monte en su vida concreta
a la luz del amor.
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