MIÉRCOLES, 12 DE JUNIO
Mateo 5,17-19
17No creáis que he venido a abolir la Ley y los
Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. 18En verdad os
digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la
última letra o tilde de la ley. 19El que se salte uno solo de los
preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos
importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será
grande en el Reino de los cielos. 20Porque os digo que si vuestra
justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino
de los cielos.
COMENTARIO
17No creáis que he venido a abolir la Ley y los
Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Jesús quiere aclarar las cosas, su misión. No ha
venido para echar abajo el Antiguo Testamento, la Ley y los Profetas, sino para
llevar a su plenitud las promesas de Dios: el Reinado de Dios. Jesús no ha
venido a echar abajo ni derribar el pasado, sino a realizar las profecías
realizadas en el pasado.
El evangelista Mateo nos presenta la Ley y los Profetas como profecía del
Reinado de Dios. La misión de Jesús es positiva: viene a dar plenitud a las
promesas de la Antigua Alianza.
18En verdad os
digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la
última letra o tilde de la ley.
Jesús confirma lo anterior. Todo lo contenido en la
Escritura se realizará. Aquí ley es
igual a Escritura. Por tanto se trata de un nuevo éxodo y la entrada en la
nueva tierra prometida por Jesús: la nueva humanidad implantada e inaugurada
con las Bienaventuranzas. Estas opciones son indispensables para crear la nueva
humanidad. Es decir, no se trata de cumplir una ley, los diez mandamientos,
sino de llevar a cabo una promesa.
19El que se
salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los
hombres será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla
y enseñe será grande en el Reino de los cielos.
Menos
importante…será grande. Son expresiones judías que indican la exclusión o la pertenencia al
Reino. Los preceptos no son los mandamientos, sino las Bienaventuranzas,
criterios de la comunidad del Reino. Se podría decir, que las Bienaventuranzas
toman el lugar de la antigua ley.
La
exigencia es total: no se pude pertenecer al Reino sino se vive en las
Bienaventuranzas, sino se ponen en práctica. La vivencia y experiencia de las
Bienaventuranzas es lo que convierte a las personas en discípulos. No hay otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario