martes, 9 de julio de 2019

SEMANA XV

SÁBADO 20 DE JULIO

Mateo 12,14-21
14Al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. 15Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron. Él los curó a todos, 16mandándoles que no lo descubrieran. 17Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías: 18Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre Él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. 19No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. 20La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; 21 en su nombre esperarán las naciones.

COMENTARIO
14Al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. 15Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron. Él los curó a todos, 16mandándoles que no lo descubrieran.
Enterado Jesús del propósito de sus adversarios fariseos, se retira. Muchos lo siguen. La curación de estos está en paralelo con la del hombre del episodio anterior, cuyo problema es curar en sábado. Jesús libera del peso de la Ley. Presta ayuda a todo el que la necesita y según este pasaje, todos necesitan ayuda. Muchos lo siguieron, curó a todos: no se nos dice quiénes eran, no tienen nombre. En definitiva, todo hombre, todo ser humano necesita ayuda.
Jesús prohíbe hacer pública su actividad. ¿Por qué? Para no confundir las expectativas mesiánicas de la gente centradas en lo espectacular con su verdadera actividad de hacer posible nuevas todas las cosas. Que la gente no espere de Jesús lo que Él no es ni puede dar.

17Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías: 18Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre Él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.
Mateo ve en esta actitud y comportamiento de Jesús lo anunciado en un texto de Isaías (42,1-4), en el que se trata la figura del Siervo de Dios. Veamos algunas claves del texto:
-          El término utilizado, siervo, puede traducirse también por hijo. Lo cual nos envía a los episodios del Bautismo y de la Transfiguración de Jesús donde aparecen estos términos. El elegido es siervo e hijo. De otra manera, por ser hijo es siervo, servir hace hijos, te convierte en hijo.
-          El Espíritu de Dios, en perspectiva del Antiguo Testamento, es Dios mismo en cuanto fuente de vida y energía. Se comunica al hombre para capacitarlo en vista a una determinada misión.
-          Se pasa del pasado verbal, he puesto, al futuro, no porfiará... Lo cual nos habla de dos momentos:
o   Elección de Jesús.
o   Investidura para su misión.
-          La misión para la que lo capacita e impulsa el Espíritu es anunciar al derecho a las naciones. Es una misión universal, no es exclusivista ni nacionalista.
-          El derecho, la justicia de la que se habla es ayudar al ser humano. Y esto está por encima del Ley. Relativizar o abolir la ley permite acoger el mensaje de Jesús, centrado en la libertad. Y esto es accesible al mundo entero.

19No porfiará, no gritará, no voceará por las calles.
El Mesías no será un agitador ni un líder de masas. Así, Mateo justifica desde la Escritura la actitud y palabras de Jesús de mantener el anonimato, su retirada y la prohibición de divulgar sus hechos. Jesús, en cambio, busca a los que necesitan ayuda. 

20La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; 21 en su nombre esperarán las naciones.
Su estilo de vida no se realiza con armas ni con la fuerza, sino con el nuevo estilo de vida en el Espíritu: suavidad y mansedumbre, con lo débil y vacilante. Lo endereza, hacer revivir, está para extinguirse pero no acaba de apagarlo. La justicia no se implanta arrollando al débil. Su actividad es curar. De este modo, el derecho predicado por Jesús penetrará y llegará a la victoria. Este derecho es voluntad/proyecto de Dios. Y Dios no quiere el hombre para sí, sino para el servicio de la nueva humanidad. La aspiración universal de una sociedad justa encuentra en Cristo su fundada esperanza.

Mateo describe en este pasaje su idea y concepción sobre el Mesías. Es aquel que, gracias a la abolición de la ley mosaica, de su interpretación y vivencia en el pueblo de Israel, paraliza a la persona, es impedimento entre Israel y el resto dela humanidad, establece una humanidad justa.  Esto se hace por la fuerza del Espíritu que habita en Él y actúa en éÉ. El Mesías no es ambicioso que busca la disputa e intenta imponerse a través del poder o la popularidad. Su labor es paciente, busca promover el bien de los débiles, sin perder nunca la esperanza. Su camino es el del amor desinteresado que cura y ayuda al hombre. Los discípulos han de vivir y manifestar esta concepción mesiánica. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario