martes, 9 de julio de 2019

SEMANA XV ( SI LEES ESTO, REZA POR MÍ. HOY HACE 31 AÑOS QUE ME ORDENARON DE SACERDOTE)

MIÉRCOLES, 17 DE JULIO

Mateo 11,25-27
25En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. 26Sí, Padre, así te ha parecido bien. 27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

COMENTARIO
25En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. 26Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Jesús alaba al Padre por su modo de proceder.
La manifestación del Mesías podría haber sido de manera espectacular y autoritaria, pero el Padre ha querido hacerlas depender de las disposiciones del hombre. Dios esconde estas cosas: es una manera de hablar. Es el ser humano el que se incapacita a sí mismo para ver, se atribuye a Dios lo que es responsabilidad mía.
·         Los pequeños /sencillos. Son los que tienen un interior limpio, los que no tienen intereses torcidos. Solo a estos se les permite discernir, en las obras de Jesús, la mano de Dios. Tienen que ver con la primera de las Bienaventuranzas, felices los pobres en el Espíritu. Son los que tienen necesidad de salvación, los que se dejan transformar por el Espíritu.
·         Los sabios y entendidos. No quiere decir los inteligentes. Hace referencia a Is 29,14: a los hipócritas, no-sinceros, los que tienen intereses torcidos…Todo esto les inutiliza y les impide aceptar las conclusiones a las que deberían llegar al interpretar/discernir las obras de Jesús.

27Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Identidad entre Jesús y el Padre.
Jesús es la presencia de Dios en la tierra. Es Dios-con-nosotros. La relación íntima entre Jesús y el Padre la establece la comunidad del Espíritu.  El conocimiento de Dios, del que se glorían los sabios y entendidos, que se adquiría a través del estudio de la ley, no es verdadero conocimiento. Los que creen esto, aunque se tengan por sabios, son necios. Nadie puede conocer al Padre sino a aquel a quien el Hijo comunique el Espíritu, que establecerá una relación semejante a la suya.

El verdadero conocimiento de Dios, consiste en conocerlo como Padre y experimentar su amor. Este conocimiento y experiencia solo puede conocerse a través del Hijo. Solo se puede practicar a través del Espíritu que el Hijo nos transmite. 



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