LUNES
13 DE JUNIO
LUNES: Mateo 5,38-42
38Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por
diente". 39Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia.
Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al
que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; 41a
quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a quien
te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
COMENTARIO
38Habéis oído
que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". 39Pero yo
os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea
en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al que quiera ponerte
pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; 41a quien te
requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a quien te pide,
dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Ley del Talión tiene como fundamento el rencor y el
deseo de venganza, excluidos de los limpios del corazón. En lugar de continuar
con la violencia, el ser humano ha de interrumpir la violencia, trabajando por
la paz. Cediendo del propio derecho para interrumpir la violencia se ponen los
fundamentos para una nueva relación humana. Se trata de prestar ayuda siempre,
como corresponde al “ciudadano/a” del Reino.
Los
ejemplos de poner la otra mejilla, no
cobrar interés o dejar que te quiten el manto…solo son exageraciones
plásticas de una actitud interior. Ni Jesús ni ningún discípulo llevaron esa
vida de ingenuos de los que todos se podían reír. Pero si vivieron en esa
inversión radical de valores. Jesús prefirió tocar para curar a conservarse puro, perder su
prestigio al salvar a una adultera aunque aquello le acarree enemigos, abandonó
su tranquilo Nazaret y se lanzó a la vida de predicador y “curador”…. Y esta es
la actitud básica: es bueno lo que ayuda a otros, lo que solamente me ayuda a mí,
carece de valor.
Un
ejemplo claro de todo esto es lo vivido por Jesús en la Pasión: su silencio
cuando se trata de defenderse; sus palabras manifiestan la injusticia de los
jefes religiosos; calla ante las acusaciones tramposas; a Herodes no le habla;
cuando Pilatos comienza a hacer filosofía, se calla; pide perdonar a los que le
clavan en la cruz.
En ninguna parte aparece que Jesús y los suyos fueran mansos corderitos
de quien todo el mundo puede abusar. Solo piensan en lo que conviene a las
otras personas, al Reino. Así, de esta manera, se manifiesta que la dinámica
del Reino es una tensa tranquilidad, un compromiso sin angustia. Lo nuestro no
es un desafío a la fuerza de voluntad, lo nuestro es cultivar, dejar crecer la
semilla. ¿Cómo? Refrescando la palabra, dejándonos fascinar por las palabras y
obras de Cristo. Conociendo a Jesús a través del evangelio me puedo “dejar
fascinar por Él, creer en Él, admirarle, seguirle, amarle”
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