domingo, 12 de junio de 2016

SEMANA XI DEL TIEMPO ORDINARIO
LUNES

13 DE JUNIO

LUNES: Mateo 5,38-42
38Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". 39Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; 41a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.

COMENTARIO
38Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". 39Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; 40al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; 41a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; 42a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Ley del Talión tiene como fundamento el rencor y el deseo de venganza, excluidos de los limpios del corazón. En lugar de continuar con la violencia, el ser humano ha de interrumpir la violencia, trabajando por la paz. Cediendo del propio derecho para interrumpir la violencia se ponen los fundamentos para una nueva relación humana. Se trata de prestar ayuda siempre, como corresponde al “ciudadano/a” del Reino.
Los ejemplos de poner la otra mejilla, no cobrar interés o dejar que te quiten el manto…solo son exageraciones plásticas de una actitud interior. Ni Jesús ni ningún discípulo llevaron esa vida de ingenuos de los que todos se podían reír. Pero si vivieron en esa inversión radical de valores. Jesús prefirió tocar  para curar a conservarse puro, perder su prestigio al salvar a una adultera aunque aquello le acarree enemigos, abandonó su tranquilo Nazaret y se lanzó a la vida de predicador y “curador”…. Y esta es la actitud básica: es bueno lo que ayuda a otros, lo que solamente me ayuda a mí, carece de valor.

Un ejemplo claro de todo esto es lo vivido por Jesús en la Pasión: su silencio cuando se trata de defenderse; sus palabras manifiestan la injusticia de los jefes religiosos; calla ante las acusaciones tramposas; a Herodes no le habla; cuando Pilatos comienza a hacer filosofía, se calla; pide perdonar a los que le clavan en la cruz.
En ninguna parte aparece que Jesús y los suyos fueran mansos corderitos de quien todo el mundo puede abusar. Solo piensan en lo que conviene a las otras personas, al Reino. Así, de esta manera, se manifiesta que la dinámica del Reino es una tensa tranquilidad, un compromiso sin angustia. Lo nuestro no es un desafío a la fuerza de voluntad, lo nuestro es cultivar, dejar crecer la semilla. ¿Cómo? Refrescando la palabra, dejándonos fascinar por las palabras y obras de Cristo. Conociendo a Jesús a través del evangelio me puedo “dejar fascinar por Él, creer en Él, admirarle, seguirle, amarle” 

No hay comentarios:

Publicar un comentario