domingo, 2 de abril de 2017

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CONSPIRACIÓN PARA MATAR A JESÚS
26 1Cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos: 2Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser crucificado.
El anuncio de la proximidad de la Pascua está puesto en boca de Jesús. Es él mismo quien la conecta con su muerte, manifestando así ser el verdadero cordero pascual. Usa de nuevo la designación el Hijo del hombre como en otras predicciones de la muerte y resurrección (Mt 17,22s; 20,18s).

3Entonces se reunieron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo en la casa del sumo sacerdote, llamado Caifás, 4y se pusieron de acuerdo para prender a Jesús a traición y darle muerte. 5Pero decían: Durante la fiesta no, para que no se ocasione un tumulto entre el pueblo.
Frente a la declaración abierta de Jesús, Mateo sitúa la reunión conspiradora de las autoridades. Es el partido saduceo (sumos sacerdotes y senadores, aristocracia religiosa y civil) el que maquina contra Jesús. Él ha anunciado su muerte en la Pascua; ellos quieren evitarlo. El miedo al pueblo está siempre presente (Mt 21,46). Las autoridades del pueblo no lo representan. Son los labradores que, en lugar de estar al servicio de la viña, interpretando las necesidades del pueblo, le imponen con su engaño la muerte de Jesús, el hijo heredero (Mt 21,38). Suprimen así toda esperanza de liberación y se hacen dueños definitivamente.

UNCIÓN EN BETANIA
6 Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso…
La escena se sitúa en Betania. La casa es la de Simón, el leproso. Este Simón es conocido por el lector,  pues Mateo lo presenta como tal. ¿Por qué se le llama leproso? La lepra no puede interpretarse en sentido literal, entre otras cosas, porque un leproso no podía vivir en una aldea, ciudad o sitio habitado; y menos aún, tener casa o invitar a gente como si nada pasara. Simón el leproso significa que los Doce discípulos, la comunidad procedente de Israel, representada por Simón Pedro, son marginados y considerados impuros por sus compatriotas debido al seguimiento a Jesús. Los discípulos, al estar alejados del mesianismo de Jesús, se ven como leprosos. Los demás no los aceptan por seguir a Jesús y ellos no entienden a Jesús, es decir, se sienten leprosos, doblemente marginados.

7…se le acercó una mujer llevando un frasco de alabastro con perfume muy caro y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa. 8Al verlo los discípulos se indignaron y dijeron: ¿A qué viene este derroche? 9Esto se podía haber vendido muy caro y haber dado el producto a los pobres.
El perfume es símbolo del amor (Cant 1,12). Ante el anuncio de la muerte de Jesús, la figura de la mujer representa a aquellos que con su amor/adhesión se identifican con esa muerte. Son los discípulos que no la entienden ni se solidarizan con ella, protestan contra el gesto de la mujer. Quieren oponer el servicio a la adhesión a Jesús. No se dan cuenta que la aceptación de la muerte de Jesús es la que redimirá a los pobres y capacitará al discípulo para servir a los pobres. Ven la solución de la pobreza en el dinero, no en la entrega por amor.

10Dándose cuenta Jesús les dijo: ¿Por qué molestáis a la mujer? Ha hecho conmigo una obra buena. 11Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no me tenéis siempre. 12Al derramar el perfume sobre mi cuerpo, estaba preparando mi sepultura. 13En verdad os digo que en cualquier parte del mundo donde se proclame este Evangelio, se contará también lo que ella ha hecho, para memoria suya.
Jesús defiende y alaba el gesto de la mujer que nace de su disposición interior. Su presencia histórica está acabándose y todavía es tiempo para que los discípulos le muestren su fidelidad. La ayuda a los pobres no es ocasional. Son objeto continuo de la solicitud de la comunidad. Es la comunidad de los que han renunciado a todo, los pobres encuentran en ella su ambiente.
Para los miembros de la comunidad, los pobres no son inferiores, sino iguales. Los discípulos son gente que no dispone de dinero para hacer el bien a los que carecen de él, sino que ponen a disposición todo lo que tienen.
Ahora es momento de mostrar la adhesión a Jesús que va a morir. Cuando él no esté, ese amor hay que mostrárselo a los pobres que toman su puesto. El gesto que la mujer realiza tiene su lugar propio en el momento de su sepultura. Mostrar el amor y la adhesión a Jesús cuando haya muerto será la prueba de la fe en su Resurrección, anunciada por él en cada predicción de su muerte (Mt 16,21; 17,22s; 20,18s). Para el discípulo, esa muerte no es el fracaso de Jesús ni de su misión. Esta adhesión de amor es parte del mensaje, de la buena noticia que ha de predicarse a todo el mundo.

TRAICIÓN DE JUDAS
14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes 15y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata. 16Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
Comienza la conspiración explícita contra Jesús. Los personajes son Judas y los sumos sacerdotes.
El nombre de Judas es la versión griega de “judío”. Es uno de los Doce discípulos elegidos por Jesús como expresión del nuevo Israel, la humanidad entera. El que traiciona/entrega a Jesús lleva el mismo nombre que el pueblo que lo rechaza. Mateo presenta la traición desde dentro. Iscariote, parece significar “lo que viene de Kairot”, localidad al sur de Hebrón.

En las escenas anteriores, Judas había perdido su fe en Jesús como Mesías, sus expectativas habían fracasado. Es el que propone la entrega, la traición. Es el discípulo que no ha hecho la opción por la pobreza, el afán de dinero lo ha llevado a traicionar el mensaje.

El precio de los sumos sacerdotes se encuentra en Zac 11,12: Yo les dije: Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo. Ellos pesaron mi salario: treinta monedas de plata. Las treinta monedas de plata eran el precio de un esclavo (Éx 21,32).
Hay que destacar el doble sentido de la palabra entrega. En boca de Judas, significa traición; en boca de Jesús, es dar la vida. 

JESÚS CELEBRA LA CENA CON SUS DISCÍPULOS
17El primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
El primer día de los Ázimos corresponde a la tarde/víspera de la fiesta de la Pascua. Los Ázimos son los panes sin levadura. La Pascua era la fiesta más importante del pueblo judío porque recordaba la liberación de Dios de la esclavitud egipcia. Uno de los elementos de esa cena, además del cordero y las hierbas amargas, era comer pan sin levadura, símbolo de la noche de la liberación. Al producirse tan rápida no dio tiempo a poner levadura en la masa. 
Son los discípulos los que recuerdan a Jesús que ha de prepararse la cena.

18El contestó: Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: "El Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos". 19Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
El lugar es la ciudad de Jerusalén; a una casa de un nombre sin nombre, al menos para nosotros. De quien vosotros sabéis es símbolo de que somos cada uno de nosotros. Es como si los discípulos dijeran: “El Maestro nos dice que la hora de su muerte está cerca y quiere celebrar la pascua en tu casa, la mía, la nuestra, con sus discípulos”. Mi hora, es el momento de su muerte. En tu casa, es lo que llamamos “cenáculo”, el lugar de la Eucaristía.

20Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21Mientras comían dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar. 22Ellos, muy entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? 23El respondió: El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar.
Los Doce. Son los Doce discípulos. Tiene un valor simbólico, designa al grupo en el que encarna la promesa mesiánica de Dios de liberar al pueblo. Es el nuevo Israel con una misión universal.
Jesús anuncia la traición. La reacción de los discípulos es inmediata: tristeza, inseguridad. Nadie está seguro de su fidelidad. Todos reaccionan menos Judas. ¿No será Judas el representante de la infidelidad o traición de todos hacia Jesús?
La expresión metido, mojado, en la misma fuente era un gesto de amistad e intimidad.

24El Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!
Hay oposición entre el Hijo del hombre (pleno, entregado) y ese hombre, es decir, oposición entre el que está pleno del Espíritu y el que carece de él, oposición entre en lo humano y lo que deshumaniza.
Ese hombre traicionando al Hijo del hombre renuncia para siempre a la plenitud humana, prefiere conducirse por su frustración y su afán de dinero. Quien renuncia a su plenitud humana se condena al fracaso de la propia existencia, más le valdría no haber nacido. El proyecto de Dios sobre él se ha frustrado.

25Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¿Soy yo acaso, Maestro?
Él respondió: Tú lo has dicho.
Ahora el que pregunta es Judas. Antes no ha reaccionado, ahora sí. Sin reproche, Jesús identifica al traidor. Es el último esfuerzo para que Judas se dé cuenta de lo que va hacer y recapacite. No se dice cuando se marcha Judas.

26Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a los discípulos
Jesús realiza cuatro gestos que resumen su vida, la del discípulo, la de todos:
  • Tomó pan. Tomó, escogió. Jesús es escogido por el Padre. Resuenan las palabras del Bautismo: Tú eres mi hijo. El pan es el alimento indispensable para la vida. Para los judíos también era símbolo de la ley. Ahora, Jesús sustituye y supera el código de la Antigua Alianza por su propia persona. El pan es Jesús mismo. La referencia para el discípulo es Jesús, su persona, su actividad. 
  • Y, después de pronunciar la bendición. Bendecir es "decir bien de/a Dios". Es alabanza a Dios. Jesús es la Palabra y bendición de Dios para la humanidad. Por consiguiente, los que comen de ese pan se convierten en bendición de Dios-para-los-demás. No somos malditos. Es la actitud continua de dar gracias, de reconocer la actividad de Dios en favor del hombre. También, hace referencia al episodio de la “multiplicación” de los panes (Mt 14,23-31).
  • Lo partió. Lo rompió. Entre los judíos el pan no se partía con cuchillo, sino que se repartía con la mano, “a pellizcos” como decimos popularmente. Este gesto simboliza a la persona que está rota, con el corazón “partío”. Jesús a lo largo de su existencia se ha ido partiendo y repartiendo. No ha sido roñoso, calculador, sino todo lo contrario, entregado. 
  • Lo dio. Lo entregó. Es lo que le hace ser plenamente humano. El Dios-con-nosotros, el Emmanuel del comienzo del evangelio de Mateo, se convierte en el Dios que se comparte con nosotros, en la entrega. Es el símbolo de la entrega de Jesús a ellos (a nosotros, a todos) por amor. Ellos/nosotros al comer el pan, se han de entregar, han de ser pan partido, repartido y compartido para los demás.

y les dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo.
Jesús invita a comer el pan, a “comulgar”, a vivir según su estilo. Se trata de adoptar su persona como norma de vida. Jesús toma el puesto de la antigua Ley.
Esto es mi cuerpo. El cuerpo/”soma”, en la mentalidad semita, significaba la persona en cuanto presencia, identidad, distinta una de otra[1]. La invitación de Jesús a tomar el pan y comerlo es la invitación a aceptarlo en su vida y actividad, a comprometerse como él ha vivido.
Adelantamos ya que el término sangre, “aima”, designa a la persona sometida a la muerte. Es sinónimo de “nefes/psiqué” referido a la persona en su entrega a la muerte. Es importante tener en cuenta que ambos términos no son correlativos, son independientes, cada uno designa a la persona entera[2].

27Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: Bebed todos; 28porque esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.
El término copa o cáliz en la mentalidad judía es símbolo de la pasión y muerte. Es también la persona en cuanto entregada. Pan y vino, cuerpo y sangre, son actos inseparables. No se puede aceptar la persona de Jesús, su cuerpo, sin aceptar su entrega hasta el fin, su sangre. El compromiso de seguir a Jesús se traduce en una asimilación con su persona, traducida en una entrega sin reservas.

Jesús pronunció la acción de gracias. Mateo pone el relato en relación con el segundo episodio de los panes (Mt 15,35). Jesús da la copa sin ofrecerla, a través de las siguientes palabras:
  • Bebed todos. Beber del cáliz significa aceptar la muerte de Jesús. Es aceptar para uno mismo una muerte como la suya, comprometerse a morir como el murió.
  • Sangre de la alianza (litúrgicamente, "de la nueva alianza”). Jesús, el Mesías, no habla de la alianza de Dios, ni de la comunidad de los seguidores, sino de mi comunidad, de mi alianza. Es la alianza que él mismo ha proclamado en las Bienaventuranzas. Jesús toma el puesto que tenía Dios en la antigua alianza.
Esta frase identifica el contenido de la copa con la sangre que sella su alianza. No se trata de una simple identificación entre el vino de la copa y su sangre, sino de la “alianza nueva en su sangre”. Con esto indica a los Doce que para el nuevo Israel la Alianza del Sinaí ha caducado; queda sustituida por la suya. La sangre derramada es la de Jesús mismo, símbolo de la entrega de su vida y de su muerte violenta.
  • Que se derrama por muchos. Quiere decir "por todos". Derramar sangre es lo mismo que ser matado, pues, en la concepción bíblica, la sangre es la portadora de la vida. Hay una alusión a la Cruz. Es la vida que se entrega. Esa entrega está en la línea del sacrificio. Derramar es el verbo usado por los profetas para hablar de la efusión del Espíritu de Dios.  La sangre de Jesús no se derrama solo por Israel, sino por todos. Es una alianza universal que refleja el amor universal de Dios a toda la humanidad.
  • Para el perdón de los pecados. Jesús libera a la humanidad del pecado comunicando una experiencia de vida y libertad que, al revelar al hombre el valor supremo de la vida misma, lo desengaña de todas las ideologías que lo amenazan. Es un estímulo para alcanzar la propia plenitud desarrollando hasta el máximo su capacidad de amar.

29Y os digo que desde ahora ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre.
Y os digo es equivalente a “os aseguro”, en griego “amén”. Muestra que las palabras que vienen a continuación tienen particular importancia. Esta expresión abre al futuro con certeza: Jesús no beberá más del vino, esta es su última comida, pero tras la oscura pausa de su muerte, aquél día beberá otro vino nuevo,expresando así la certeza de su Resurrección.

No beber del fruto de la vid es la manera que tiene el evangelista de conectar con la parábola de los viñadores homicidas (Mt 21,34-41).Israel, la viña, ha tenido la oportunidad de amar a Dios en virtud de la Antigua Alianza, pero no ha correspondido. Ahora, la alianza de Jesús es algo nuevo. Jesús pasa de utilizar el colectivo viña/pueblo a usar vid/personal. A pesar de la corrupción general, es posible mantener la fidelidad personal a Dios. El fruto de la vid es elamor a Dios que se traduce en el amor al prójimo. Jesús lo ha mostrado y transmitido, lo ha experimentado en su vida.

Vino nuevo significa el amor mostrado por Jesús expresado en el don total e incondicional de sí mismo. Este es el fruto de la Eucaristía. A él ya no le basta la Antigua Alianza (amar al prójimo como a sí mismo, el derecho, la justicia…).  El amor nuevo es el vino que ha ofrecido en su copa y que los discípulos aún no han bebido. Tendrá plena realidad en su muerte. 
El vino nuevo que Jesús va a beber en el reino de mi Padre es el que ofrece su comunidad en respuesta a su amor. El amor es recíproco. Él da su vino/amor a los suyos en la eucaristía y beberá el vino/amor; ellos le ofrecen su amor como respuesta al que han recibido de Jesús. La muerte que Jesús va a sufrir, simbolizada por la copa que contiene su sangre/vida, no será un fracaso; mediante ella, se derramará su Espíritu, que creará la nueva humanidad.

No se especifica que Jesús comiera y bebiera. Sería inapropiado que comiese su propio cuerpo y bebiese su propia sangre, incluso simbólicamente. Tampoco se especifica que los discípulos comieran del pan ni que bebieran del vino. Es una decisión que deberán hacerante el hecho de la cruz. Comer el pan y beber el vino son una sola cosa. No puede hacerse lo primero sin lo segundo. No se puede aceptar la vida de Jesús sin aceptar su muerte. El compromiso de quien sigue a Jesús incluye la aceptación de una muerte como la suya, por su causa y la del Evangelio.  

30Después de cantar el himno salieron para el monte de los Olivos.
El canto de alabanza expresa los sentimientos de Jesús y sus seguidores al término de la cena. Es un canto de alabanza a Dios por ser Él quien garantiza el éxito de la obra de Jesús.
Contra el mandato que prohibía abandonar la casa en la noche de Pascua antes de la mañana (Éx 12), Jesús y los Doce salen en dirección al monte de los Olivos. Este fue el lugar donde Jesús anuncia la ruina de Jerusalén y el triunfo del Hijo del Hombre (Mt 24,3). Su pasión y muerte es la causa de esa ruina y de ese triunfo.

JESÚS PREDICE LA TRAICIÓN DE PEDRO Y LA DESLEALTAD DE LOS DISCÍPULOS
31Entonces Jesús les dijo: Esta noche os vais a escandalizar todos por mi causa, porque está escrito: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño". 32Pero cuando resucite, iré delante de vosotros a Galilea.
Ante la gravedad de la situación, Jesús predice que aquella noche van a fallar. Sus ideales mesiánicos no coinciden con la realidad. Se lo avisa a todos. Hace referencia a la parábola del sembrador (Mt 13,21). Son los que no tienen raíces y se acobardan ante las dificultades o la persecución.
El texto es del profeta Zacarías (13,11) pero modificado. Son palabras que aluden a un Dios que no es ajeno a los acontecimientos que se avecinan. La responsabilidad recae sobre los enemigos de Jesús, la actuación de éstos no responden a una orden divina. El pastor es Jesús, el Mesías. Las ovejas, los discípulos, se dispersarán, reflejando el rechazo del destino de Jesús. No ven en su muerte la expresión suprema del amor, sino el fracaso. Jesús espera que la crisis sea pasajera. Les cita para después de la Resurrección.

33Pedro replicó: Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré. 34Jesús le dijo: En verdad te digo que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.
Pedro se niega a admitir la predicción de Jesús. Desde una interpretación de fe, la cena no representaba la conducta real de los Doce, sino una situación ideal, el modo como debían comportarse.
A Pedro, que se cree superior y seguro de sí mismo, Jesús opone un fallo mayor que el de los otros, el que se enaltece será humillado. Los otros abandonarán a Jesús, pero Pedro además renegara públicamente de él.
Que el gallo cante de noche, en la oscuridad, era para los orientales signo de malos augurios, estaba considerado como una potencia maligna. Sin embargo, desde un punto de vista evangélico, el gallo es el que anuncia al amanecer el nuevo día, la Resurrección. Su canto será el grito de victoria del día, de la luz sobre la noche/tinieblas.
Las tres veces que Pedro negará a Jesús es la manera de expresar que su negación es total y absoluta, expresada por el número tres. Aquí viene a colación la oposición que hay entre renegar de sí mismo, como renuncia a toda ambición y prepotencia, y renegar de Jesús.Quien no reniega de sí mismo acabará renegando de Jesús[3]

35Pedro le replicó: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y lo mismo decían los demás discípulos.
Pedro desmiente a Jesús. Arrastra a los demás discípulos, consigue que le hagan caso a él y no a Jesús. Ante la negativa general de aceptar las palabras del Maestro, todos vais a fallar, Jesús no responde. El diálogo con ellos es inútil.

ORACIÓN EN GETSEMANÍ.
36Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.
La escena presenta el reverso de la Trasfiguración (Mt 17,1-9).
Getsemaní quiere decir "prensa de aceite". No es el Monte de los Olivos, como dice Lucas. El propósito de Jesús es orar a solas. Orar es una necesidad personal de Jesús a una dificultad que experimenta. Los discípulos no pueden asociarse a ella, es asunto que él ha de tratar con el Padre.

37Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Los testigos de la angustia de Jesús son los mismos tres discípulos que fueron testigos de su gloria en su Transfiguración. Eran los más reacios a la concepción de un mesianismo de entrega y servicio Confortados por el acontecimiento de la Trasfiguración en el Tabor, podrían haberse solidarizado con la muerte de Jesús, pero… Jesús percibe, de pronto, en toda su crudeza la situación a la que ha llegado: perseguido, traicionado, acusado, después de su inmenso intento por liberar, curar y humanizar. Jesús no se explica la respuesta que ha obtenido.
Aquí surge la duda que provoca la tristeza y la angustia: ¿Ha sido acertada la opción elegida? ¿La concepción de Dios como amor salvador será un fracaso? Se establece el combate definitivo, es a muerte entre el amor y el poder, hay que elegir entre la fidelidad a Dios y a los hombres y los principios de la sociedad injusta/opresora.

38Entonces les dijo: Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Mi alma es mi yo/mi persona entera. Se describe una tristeza que podría causar hasta la muerte, morir de tristeza. Esta expresión corresponde al Sal 42,6 en la que se describe la situación de un israelita en ambiente pagano. Su gran dolor es ver despreciado a Dios por los paganos que no creen en él.
Jesús no rechaza la muerte por sí mismo, sino ver al Padre ultrajado y considerado como un Dios falso (Sal 42,4: ¿dónde está tu Dios?).  Los hombres esperan un Dios que demuestre su potencia y poder, su intervención espectacular por algo tan injusto como está ocurriendo. Si Jesús muere condenado como un criminal, despreciarán a Dios de quien se fiaba. Para el sistema de poder, religioso y político, el Dios impotente aparece como falso. Este es el misterio más profundo del amor de Dios.

Aparece la fuerza y la debilidad de Dios. Por ser puro amor, Dios no tiene más fuerza que la de su amor mismo. Al ofrecerse al hombre, la eficacia de Dios depende de la respuesta del hombre. Si la respuesta es positiva, la potencia del ser humano es ilimitada; si es negativa, entonces Dios ha fracasado, es impotente. Es la debilidad de Dios.
El proyecto de Dios es que el ser humano llegue a la plenitud de ser hijo suyo. Para realizarlo no puede forzar su libertad, sino aceptar la posibilidad de no ser correspondido, ser rechazado.
El Padre/Dios que se rebela en Getsemaní es completamente distinto del Dios que la humanidad conocía. No es el Padre de la imposición, del poder, del triunfo, sino el Padre que acoge al aparentemente fracasado. Dios es fiel a su amor, hace posible que la persona viva en plenitud. Los discípulos han de presenciar la terrible sensación de fracaso que supone una muerte como la suya.
A los ojos del mundo, Jesús no va a ser liberado ni defendido ni apoyado. Los enemigos van a triunfar y su dios va a ser considerado como el verdadero. Los discípulos han de aceptar esta situación como suya. Su destino será el mismo que el de Jesús. Es la copa que les ha ofrecido en la cena.  

39Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú.
Jesús se aparta por primera vez. Invoca a Dios como Padre mío. Su oración se realiza en la mayor confianza e intimidad. Es proporcionada al peligro que se avecina, a la duda en la que vive, al desconcierto y miedo que le invade.
Si es posible... Es la petición condicionada de Jesús. Reconoce no tener fuerzas para penetrar en el misterio del proyectode Dios. Por eso se remite a él, no se haga como yo quiero...

40Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: ¿No habéis podido velar una hora conmigo? 41Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil.
Jesús vuelve por primera vez. Los discípulos están dormidos, expresión de la falta de identidad que existe con el Maestro. Jesús se les advierte de que estén despiertos, en vela, y les anima a orar para no ceder en la tentación del mesianismo triunfante, tal como le fue propuesto a Jesús en el desierto. El espíritu animoso y pronto alude a la promesa de Pedro de no dejar a Jesús. Pero la carne es débil, es el entusiasmo inicial y las dificultades para llevar a cabo esa intención hasta el final.

42De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Jesús se aparta por segunda vez. Comienza siempre su oración con la confianza ilimitada en el Abba/Padre mío. Lo cual no es impedimento para sentir tristeza y angustia.
Si este cáliz... expresión de la pasión y muerte.
Hágase tu voluntad. Es la petición del Padre Nuestro (Mt 6,10). Que se haga realidad tu reinado, que el ser humano llegue a la plenitud de hijo de Dios, a través de la entrega y de compartir la vida misma de manera general. 

43Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño.
Jesús viene por segunda vez.
Los discípulos no le hacen caso. Su dormición es consecuencia de su falta de comprensión e identificación con la causa de Jesús.

44Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras.
Se aparta por tercera vez. Jesús les deja. Sigue orando con las mismas palabras. La angustia persiste y también la aceptación  de la voluntad del Padre. Jesús ha pedido que cambie el rumbo de la historia, que suprima las consecuencias de su elección/estilo de vivir el mesianismo, que lo llevan a la muerte. La historia, sin embargo, no puede cambiarse. El hombre es responsable de su compromiso y debe aceptar sus consecuencias.
45Volvió a los discípulos, los encontró dormidos y les dijo: Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. 46¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
Jesús vuelve por tercera vez. Tres veces Jesús se aparta, tres veces vuelve y encuentra dormidos a los discípulos. Es la manera que tiene el evangelista de insistir en la incomprensión de los discípulos. Y al mismo tiempo, es afirmación de la confianza de Jesús en el Padre. Es la insistencia de Jesús a los discípulos para que estén en vela y no caigan en la tentación del poder y la violencia. Como no han velado, en los versículos siguientes, utilizaran la fuerza, abandonarán, fracasaran.
Terminada la oración vuelve dónde están los discípulos. Con un nuevo reproche Jesús los despierta y les hace notar que está cerca la hora, el momento de la muerte. Han de salir al encuentro del traidor.

En manos de los pecadores. Es la gente apartada de Dios y opuesta a él. Los verdaderos pecadores no son los despreciados socialmente, sino las autoridades religiosas y políticas que envían a apresarlo para darle muerte. 

EL PRENDIMIENTO
El relato pone de manifestó el odio de los dirigentes judíos hacia Jesús, la incompatibilidad y absoluta oposición del sistema judío con la persona y actividad de Cristo. Jesús no presenta resistencia. Su entrega es voluntaria. Después de orar ha hecho suya la voluntad de Dios/Padre.

47Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
Mateo subraya que Judas era uno de los Doce, es decir, del nuevo Israel formado e inspirado por Jesús.
No llega una tropa organizada, sino una multitud armada. Ha sido enviada por los que se han confabulado para dar muerte a Jesús: los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.

48El traidor les había dado esta contraseña: Al que yo bese, ese es: prendedlo.
La contraseña de Judas muestra que a Jesús sólo se le puede reconocer como el que acepta el amor/la amistad, aquel en quien todos, incluidos sus enemigos, pueden encontrar un amigo. Judas abusa del amor de Jesús para entregarlo a la muerte

49Después se acercó a Jesús y le dijo: ¡Salve, Maestro! Y lo besó.
Judas llama a Jesús Maestro/rabbí.Se equipara Jesús a los doctores de la Ley. Judas muestra su falta de ruptura con la institución judía y sus principios, su desacuerdo con Jesús.
Judas (proviene de Judea, símbolo del pueblo), aferrado a las tradiciones de los letrados y fariseos, es incapaz de aceptar a Jesús. Se asemeja a los dirigentes que han aceptado y recompensado su traición, y a las multitudes que han seguido a Jesús, han escuchado su enseñanza y han estado presente en su actividad, pero nunca han roto con la ideología/mentalidad del pasado.

50Pero Jesús le contestó: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano y lo prendieron.
Amigo/compañero. Es el término usado para las figuras negativas de dos parábolas: el que no trabaja para servir, sino por dinero (Mt 20,13); y el que no lleva traje de fiestaes expulsado fuera (Mt 22,12). Judas es identificado como aquel que traiciona por dinero, no lleva traje de fiesta (entrega y compartir) para el banquete del Reino. 
Jesús incita a Judas acabar pronto su desdichada misión. La señal es eficaz. Judas culmina la traición al Mesías. Jesús se entrega sin resistencia.

51Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.
No se precisa quien agarra la espada. Los discípulos recurren a la violencia para impedir el apresamiento, Siguen sin entender el mesianismo de Jesús. No aceptan su muerte, es una derrota, un fracaso. Piensan que el prendimiento es contrario al plan de Dios: Dios es poder y siempre triunfa.
El criado del sumo sacerdote. Es el representante del sumo sacerdote. El discípulo con la espada quiere atacar en él al jefe que representa la institución. El discípulo quiere mostrar el espíritu reformista violento que ha caracterizado a algunos de sus discípulos. No han orado, han caído en la tentación.

52Jesús le dijo: Envaina la espada: que todos los que empuñan espada, a espada morirán. 53¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? El me mandaría enseguida más de doce legiones de ángeles. 54¿Cómo se cumplirían entonces las Escrituras que dicen que esto tiene que pasar?
Jesús ordena que Pedro se detenga. El Padre vela por él y podría defenderse solo. La violencia solo engendra más violencia. Refleja la voluntad de Jesús a la que había renunciado en la oración de Getsemaní. Jesús muestra su amor al hombre, igual al del Padre. Acepta el fracaso ante la historia, no se impone a los hombres con un acto de fuerza, anulando la libertad e impidiendo la realización del proyecto divino. Jesús renuncia a poner a salvo su vida. Si lo hiciera sería una falsa salvación. Dando su vida quiere salvar a los demás: esta es su misión mesiánica. Su muerte va a ser la manifestación del amor del Padre a la humanidad.

El me mandaría enseguida más de doce legiones de ángeles. Hace referencia a Israel. Dios habría forzado a Israel a reconocer al Mesías por medio de una intervención espectacular. Las Escrituras que han de cumplirseson las del Siervo (Is 52,13).

55Entonces dijo Jesús a la gente: ¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como si fuera un bandido? A diario me sentaba en el Templo a enseñar y, sin embargo, no me prendisteis. 56Pero todo esto ha sucedido para que se cumplieran las Escrituras de los profetas.
Jesús reprocha a la multitud su conducta. Las multitudes han escuchado sus palabras y contemplado sus signos. Pero no se han atrevido a echarle mano, por eso cogen a Jesús de una manera traidora.
Jesús renuncia a poner a salvo su vida. Si lo hiciera sería la falsa salvación. Dando su vida quiere salvar a los demás, a todos.

En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
Los que pretendían haberlo dejado todo para seguirlo, ahora lo dejan a él.

JESÚS ANTE EL SANEDRÍN
57Los que prendieron a Jesús lo condujeron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y los ancianos.
Jesús es conducido a casa de Caifás. Están presentes los tres grupos que forman el gran consejo[4]: los maestros de la Ley, los ancianos/senadores y el sumo sacerdote.

58Pedro lo seguía de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver cómo terminaba aquello.
Le seguía de lejos. No es un seguimiento propio de discípulo. En el palacio se sienta con los criados de los que han decidido la muerte de Jesús. No se considera amigo. Pedro no está seguro del desenlace, todavía espera algo imprevisto que impida su muerte, ¿tal vez alguna actuación mágica de Dios dependiente de su idea mesiánica nacionalista?

59Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte 60y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos 61que declararon: Este ha dicho: "Puedo destruir el Templo de Dios y reconstruirlo en tres días".
Las autoridades no tienen acusación alguna contra Jesús. Buscan un testimonio falso, un motivo para llevar a cabo su intención de matarlo. Su esfuerzo no da resultado, hasta que en el último momento se presentan dos, número suficiente para que un testimonio fuera válido (Dt 19,15).

Acusan a Jesús de querer destruir el Templo de Dios, lugar sagrado por excelencia, centro de la religiosidad judía. Presentan a Jesús como enemigo de la institución judía. Jesús es una amenaza.
Y pretende reconstruirlo en tres días. Este tiempo indica un corto plazo, intervalo mínimo entre la muerte y la Resurrección. Jesús había predicho la destrucción del Templo pero no por obra suya. Serán ellos mismos los culpables de la ruina de la población y le quieren hacer responsable a él (Mt 21,13).

62El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo: ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que presentan contra ti? 63Pero Jesús callaba.
El propio Caifás exige una respuesta a Jesús. Quiere que Jesús se defienda. Ante la mala fe y falsedad, Jesús calla como el Siervo (Is 53,7). Es el silencio que desarma a sus adversarios. Tales acusaciones no merecen respuesta. Para romper su silencio, el sumo sacerdote recurre a lo último. Con su autoridad e invocando a Dios, toma juramento a Jesús y centra la cuestión.

Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
64Jesús le respondió: Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene sobre las nubes del cielo.
El sumo sacerdote recurre al último medio de manera solemne, te conjuro por Dios vivo.Pide a Jesús una declaración sobre su mesianismo, de si él es el Mesías, el Hijo de Dios. Solamente se ha fijado en lo espectacular de la afirmación sobre la destrucción del Templo.

Jesús responde afirmativamente. El sumo sacerdote, que ha hecho la pregunta como amenaza, ha expuesto realmente quien es Jesús. Pero Jesús no pude coincidir con él. Las concepciones sobre el Mesías, sobre la misión e identidad, son radicalmente opuestas.
Esta pregunta coincide con la declaración de Pedro en Mt 16,16: ¿Quién decís que soy yo? Pedro, Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo… pero mal interpretado. Cuando Jesús dice que el Mesías ha de ser traicionado, juzgado, condenado, entonces Pedro dice que no lo quiera Dios. Y Jesús le responde: ¡Apártate de mí Satanás, tú piensas como los hombres no como Dios!

Jesús enuncia las consecuencias que va a tener para Israel, representado por este Consejo, el hecho de rechazar al Mesías. Él había venido como liberador y salvador, pero Israel lo rechaza:
  • Hijo del hombre. Jesús no se auto-proclama Mesías, sino Hijo del hombre. Las autoridades son los enemigos del Hombre, pero van a ver su triunfo. Con alusión al Sal 110,1 y a Dan 7,13, Jesús se declara como señor de David, afirma su condición divina y como Dios hace causa común con él y contra ellos. Así Jesús acusa de ilegítima, estéril y enemiga de Dios a toda institución judía.
  • Sentarse a la derecha. Es una expresión para indicar que él es igual a Dios, al que llama Padre. Que un hombre proclame su condición divina es afirmar que pertenece a la esfera de lo divino, y, por tanto, es una blasfemia insoportable para los oídos de los que establecían la más absoluta separación entre el hombre y Dios.

65Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo: Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. 66¿Qué decidís? Y ellos contestaron: Es reo de muerte.
El gesto de rasgarse las vestiduras era señal de dolor y luto. Ya han encontrado un motivo suficiente para condenarlo a muerte. No hay la más mínima duda. Ellos tienen toda la razón basada en su autoridad. Deciden lo que está bien o mal, lo que es blasfemia o no. Todos están de acuerdo.

67Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon 68diciendo: Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado.
El odio acumulado se desata en insultos y agresividad. Con ello quieren ridiculizar la profecía que Jesús acaba de pronunciar.

NEGACIONES DE PEDRO
69Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo: También tú estabas con Jesús el Galileo.
Pedro ya no está en la sala donde Jesús está siendo juzgado, sino fuera, en el patio. Pero también es acusado. A la primera acusación le corresponde la primera negación.
Una criada llama a Jesús el Galileo. Poco a poco se va a ir cerrando el círculo sobre Pedro. El hecho de que la pregunta la haga una criada del sumo sacerdote hace pensar que Pedro se ha introducido en el ambiente del servilismo que provoca el poder. Ha dejado de ser libre, ha entrado en el ambiente del poder donde hay señores y criados/esclavos. Galilea, al norte de Israel, vista desde Jerusalén, era considerada como tierra de nacionalistas violentos.  

70Él lo negó delante de todos diciendo: No sé que quieres decir.
Pedro lo niega de manera pública, delante de todos. Ante la posibilidad de que pueda correr la misma suerte que el Maestro, Pedro siente miedo y niega, se hace el desentendido.

71Y al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el Nazareno. 72Otra vez negó él con juramento: No conozco a ese hombre.
A la segunda acusación, sucede la segunda negación de Pedro. Otra criada llama a Jesús el Nazareno. Denuncia a Pedro que pertenece al grupo de Jesús. Ya no es solo de Galilea, sino de Nazaret, como se le conocía a Jesús (Mt 2,23).
Pedro vuelve a negar, no conozco. Reniega de haber sido su discípulo. Según va siendo acorralado, él va profundizado en la negación, ahora además es con juramento.

73Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro; tú también eres de ellos, tu acento te delata.  74Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: No conozco a ese hombre. Y enseguida cantó un gallo. 75Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: Antes de que cante el gallo me negarás tres veces.
A la tercera acusación corresponde la tercera negación de Pedro.
Intervienen todos los que están allí. Ahora son todos contra Pedro. Le delata el acento, el lenguaje, las palabras. No solo hace referencia al acento del norte de Israel, de Galilea, sino a su relación con Jesús. Son precisamente los que estaban allí los que descubren a Pedro su verdadera identidad, ser uno del grupo de Jesús. En la medida que crecen las acusaciones, proporcionalmente va creciendo la negación de Pedro.
Pedro, acosado, vuelve a negar con maldiciones y juramentos. Y esto por tres veces. El número tres indica lo definitivo. Pedro ha renunciado definitivamente a manifestar que es discípulo de Jesús.
El gallo era considerado como animal diabólico por cantar en la noche. Su canto representa el triunfo del mal.

Y saliendo afuera, lloró amargamente.
Pedro se aleja del palacio. El recuerdo de las palabras de Jesús le hace romper radicalmente con la institución cuya ideología mesiánica pensaba antes. Su llanto es de arrepentimiento.

CONDUCIDO A PILATO
27 1Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. 2Y atándolo lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.
La sesión de la mañana ratifica la sentencia dictada durante la noche y las autoridades deciden llevarla a la práctica. Pero ellos no pueden dar muerte material a Jesús. Pueden dictar sentencia pero no ejecutarla. Están sometidos al poder de los romanos, por ello lo conducen al gobernador Pilato.

MUERTE DE JUDAS
3Entonces Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos diciendo: He pecado, 4entregando sangre inocente.
Judas, a diferencia de Pedro, siente remordimiento, no arrepentimiento. Las treinta monedas de plata, como ya se indicó más arriba, fue el precio de la traición, recibido de los sumos sacerdotes.  Era lo que valía la compra de un esclavo.

Judas se siente pecador. Confiesa su pecado. Ha traicionado a Jesús y este es inocente. Con estas palabras y esta actitud, espera que los sumos sacerdotes reconsideren lo que está pasando y cambien de actitud, que pongan en libertad al reo traicionado y el traidor/delator sea condenado a muerte. Es tal la culpa/remordimiento de Judas que está dispuesto a que cambie el curso de los acontecimientos, está dispuesto a morir por “salvar” a Jesús.   

Pero ellos dijeron: ¿A nosotros qué? ¡Allá tú!
Pero las autoridades, que no han mostrado el más mínimo resquicio de compasión, duda o rectificación, no lo van hacer ahora con Judas. Judas solo ha sido un instrumento. Han inventado un caso contra Jesús y van a llevarlo hasta las últimas consecuencias. El propósito de matar a Jesús era anterior a todo juicio (Mt 26,4).

5Él, arrojando las monedas de plata en el Templo, se marchó; y fue y se ahorcó.
Judas se separa del dinero maldito. El Templo está en relación con los sumos sacerdotes que entregaron a Judas el dinero. Su gesto es una denuncia y una muestra de lo profundo de su trágico remordimiento. Judas ejecuta en sí mismo la sentencia que le debía haber sentenciado las autoridades si hubieran actuado con justicia. 

6Los sacerdotes, recogiendo las monedas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas porque son precio de sangre. 7Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. 8Por eso aquel campo se llama todavía Campo de Sangre. 9Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, 10y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor.
Ahora los sumos sacerdotes se muestran estrictos observantes de la ley que prohibía dedicar al Templo dinero de procedencia infame o impura (proveniente de una traición o delitos). Deciden utilizarlo para una obra piadosa. De ahí el nombre del campo. El dinero impuro sirve para comparar un lugar impuro (cementerio). La cita de Mateo no es de Jeremías, sino de Zacarías (11,13) aunque modificado por el evangelista.

JESÚS ANTE PILATO
11Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó: ¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús comparece ante el gobernador romano. Pilato está enterado de la acusación, pero ahora es distinta de la de blasfemia. En este momento, la acusación es que Jesús se ha autoproclamado rey de los judíos.  Se supone que Pilato ha sido informado acerca de Jesús.
La pregunta de Pilato contiene las mismas palabras que los Magos hicieron al llegar a Jerusalén en busca de Jesús (Mt 2,3: En esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido?).
El sumo sacerdote había preguntado desde un punto de vista judío/religioso:Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Ahora, la pregunta de Pilato es la misma desde un punto de vista pagano/político: ¿tú eres un rey mesiánico agitador que basas tu poder en la sedición y en la rebelión? El título el rey de los judíos indica que Jesús no es pretendiente a un trono cualquiera y que Pilato conoce la expectativa judía de un rey enviado por Dios. Su punto de vista es político, ¿tú pretendes oponerte al César?

Jesús respondió: Tú lo dices.
La respuesta de Jesús es breve, rotunda, con ciertas reservas. No puede explicar en qué sentido es rey de los judíos. Pilato, con poder, no está dispuesto a escuchar, pues en los espacios del imperio la verdad no depende de cómo son las cosas, sino como se interpretan por los que tienen el poder, así como la decisión de la vida o la muerte sobre los hombres.

12Y mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos no contestaba nada. 13Entonces Pilato le preguntó: ¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti? 14Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado.
Con su silencio, Jesús domina la escena. Expresa su ruptura con la institución judía y la aceptación voluntaria de su muerte/asesinato. Intervienen los acusadores judíos sin que Mateo especifique sus inculpaciones. Jesús no responde (Is 53,7), ni aun incitado por el procurador (versículo siguiente). El silencio de un reo a quien dan ocasión de defenderse es sorprendente (Cfr. Sal 38,14; 39,10).
Pilato intenta estimular a Jesús con el fin de que se defienda y evite la condena, como hacían todos los reos en estos momentos. En apariencia, las actitudes son contrarias, pues los sumos sacerdotes son enemigos decididos de Jesús y Pilato parece que tiene el deseo de ayudarle. El gobernador se sorprende de que a pesar de su insistencia, Jesús continúe en su silencio.

15Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. 16Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. 17Cuando la gente acudió, dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías? 18 Pues sabía que se lo habían entregado por envidia.
La liberación de un preso por la fiesta de la Pascua podía ser hecha en recuerdo de la liberación de Egipto, pero no hay constancia histórica fuera de los evangelios que esta costumbre existiese.
Pilato intenta liberar a Jesús. Es consciente del verdadero motivo de la acusación: las autoridades judías ven en Jesús una amenaza que les puede despojar de su poder e influjo y anular su dominio sobre el pueblo. Pilato recurre a la costumbre.

Llama la atención que Barrabás y Jesús se llamen igual.
  • Bar-aba-s quiere decir “hijo del padre” de la violencia, de la opresión. Este personaje es representativo de la falsa liberación. Solo afecta a circunstancias exteriores, sin cambiar las actitudes de la persona. Es lo más opuesto a Jesús.
  • Jesús, es el “hijo de Padre” del amor, del servicio, de la libertad y la entrega. Jesús ha procurado la verdadera liberación basada en la promoción humana, hace posible la libertad, permite y fortalece el crecimiento, la maduración.

INTERVENCIÓN DE LA MUJER DE PILATO
19Y mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir: No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.
Mateo ha incorporado aquí esta escena. Interviene la mujer de Pilato. A los sueños, especialmente en coyunturas graves, se les concedía valor anticipatorio. Al menos infundían respeto. En Mateo son símbolo de la comunicación divina (Mt 1-2). Ante la traición de Israel, Dios habla al paganismo. La mujer de Pilato, pagana como él, recibe su aviso y es sensible. El aviso de la mujer prepara la confesión del centurión y de los guardias que estaban con el centurión

20Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
La gente, que había simpatizado con Jesús pero nunca le había dado su plena adhesión, es manipulada por los dirigentes. La multitudse va a convertir en cómplice del asesinato del Mesías. Arrastrada por los dirigentes va a perder el reinado de Dios.
Pilato conocía la popularidad de Jesús, daba por descontada la respuesta a su favor. Por eso queda desconcertado ante la respuesta popular. La crucifixión era pena común de esclavos y rebeldes a Roma. Los acusadores abandonan la visión de un Mesías trascendente a favor de un mesías político y violento. En ese terreno debe ser condenado por Pilato.

21El gobernador preguntó: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: A Barrabás. 22Pilato les preguntó: ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías? Contestaron todos: Sea crucificado.
La manipulación produce su efecto. Ante la pregunta de Pilato, la multitud opta por Barrabás y contra Jesús. Pide para él la peor de las muertes, en la cruz, por la forma de morir y por las consecuencias sobre el prestigio del reo: era interpretado como condenado y castigado por Dios.
A pesar de que Pilato/juez declara la inocencia del acusado, el fanatismo/ideología de la gente pide con fuerza su muerte. La misma gente/multitud se priva de toda esperanza  de liberación. El Mesías debía efectuar su éxodo llevando al pueblo a la liberación definitiva.

23Pilato insistió: Pues, ¿qué mal ha hecho?
Pero ellos gritaban más fuerte: ¡Sea crucificado!
Ellos mismos lo rechazan y se condenan a la esclavitud. Los jefes han conseguido influir en la multitud para que se pongan al servicio de sus intereses.

24Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo: Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!
Pilatorealiza un gesto conocido en la cultura judía para eximirse de toda responsabilidad en la decisión. El que puede y debe evitar la injusticia como juez, por miedo a un posible tumulto, se deja presionar y comete la injusticia.
Queda así de manifiesto la “justicia” del poder político: entrega a la muerte sabiendo que es inocente. Al poder le interesa asegurar su permanencia.

25Todo el pueblo contestó: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
La respuesta del pueblo es trágica. Asume la responsabilidad de esa muerte, que el juez ha declarado injusta. Se consuma la injusticia.

26Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
Pilato pone en libertad a Barrabás, el culpable, y condena a muerte en la cruz al inocente. La flagelación, azotarlo, precedía a la crucifixión.

Destacamos e insistimos en el verbo entregó. Aparece por última vez ahora, después de ir marcando todo el relato. En boca de la gente y de Pilato  suena a traición e injustica; sin embargo, en boca de Jesús significa el sentido de su vida y de su misión, entregarse hasta dar la vida. El proceso ha terminado, solo queda ejecutar la sentencia.

BURLAS DE LOS SOLDADOS
27Entonces los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte:
El pretorio era la residencia del gobernador durante su estancia en Jerusalén. Toda la cohorte, eran unos 600 hombres (¡que exageración!). Los soldados romanos/paganos fingen una entronización real. Se burlan en Jesús de la esperanza que el pueblo de Israel tenía en el Mesías.

28lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura 29y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!
Quitar a Jesús sus vestidos significa despojarlo de su identidad. Ellos lo revisten de otra que no es la suya y esta es objeto de burla:
  • Manto color púrpura: la capa roja que llevaban los soldados. 
  • Corona de espinas: parodia de la corona de laurel que llevaba el emperador.
  • Una caña en la mano derecha: cetro del emperador.
  • Doblando la rodilla: era la manera de honrar a los soberanos.
  • Salve rey de los judíos: era al saludo del emperador, “Ave César”. El saludo está en el centro de la escena.

30Luego le escupían, le quitaban la caña y lo golpeaban con ella la cabeza.
Los ultrajes que se intercalan subrayan la burla. Los golpes en la cabeza ridiculizan la corona, los salivazos denigran al portador del atuendo. 
En la narración no aparece el nombre de Jesús. Jesús se muestra enteramente pasivo, no opone resistencia, no protesta, pero esto no quiere decir insensibilidad, sino aceptación. De esta manera el evangelista escenifica la demolición del prestigio del poder. El concepto de rey ha de ser despojado de toda falsa grandeza externa para que se manifieste el verdadero sentido de la realeza de Jesús. La grandeza del hombre no está en los signos de esplendor ni en su prestigio ante los otros, está en su mismo ser; no en atributos de poder ni emblemas, está en su calidad humana.

31Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.
Jesús recupera su ropa, símbolo de su persona, es decir, el Espíritu del que está revestido y que da vida al hombre. No se dice que le quiten la corona, su realeza es permanente. Ahora más que nunca, el deseo de independencia que esperaba el judaísmo se viene abajo. Han rechazado al Mesías y no queda más que la esclavitud.

CAMINO DEL CALVARIO. SIMÓN DE CIRENE
32Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a llevar su cruz.
Simón de Cirene es figura del discípulo que sigue a Jesús hasta la muerte y contrasta con la de Simón Pedro, que ha renegado de Jesús. Mateo contrapone los que esperaban un Mesías restaurador de la gloria de Israel con los que han comprendido el mensaje de Jesús y lo llevan a la práctica (Cireneo).
Cada figura corresponde a la parábola del final del monte (Mt 7,24-29): los que escuchan el mensaje y lo traducen en su vida; los que escuchan, pero no lo hacen norma de conducta. Estos cuando llega la dificultad, acaban en la ruina.

CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS EN LA CRUZ
33Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de la calavera), 34le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo.
Llegan al lugar de la ejecución.
Jesús rechaza el vino como signo de que quiere llegar a su muerte con entera conciencia de su misión. Él da la vida voluntariamente y llena de lucidez.

35Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes 36y luego se sentaron a custodiarlo.
Mateo menciona la crucifixión pero solo de pasada. Se detiene en el reparto de la ropa, como otro gesto de hostilidad por parte del paganismo. La ropa/vestido equivale a la persona, a su corporalidad, en cuanto comunica la fuerza de vida, símbolo del Espíritu. En el Calvario, esa ropa es la herencia del crucificado. Al repartirla se reparte la fuerza de su Espíritu (Mt 9,18-22).
Puede encontrarse cierta relación con la Eucaristía. El reparto de la ropa, que representa la corporalidad de Jesús, corresponde a su primera acción en la cena: tomad, esto es mi cuerpo. Jesús se daa los discípulos presentes aquella noche y a toda la humanidad. El reparto de la ropa que podía interpretarse como un despojo, es en realidad un don voluntario de Jesús, con el que expresa  la calidad de su amor.

37Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: Este es Jesús, el rey de los judíos.
El letrero de la cruz reproduce la pregunta/acusación de Pilato.
La frase está construida en paralelo con ladel Bautismo y la Transfiguración. Es el culmen del compromiso de los dos momentos anteriores: Este es mi hijo, el amado=Este es Jesús, el rey de los judíos.
Jesús en la cruz es el Hijo de Dios, es el rey-Mesías elegido por Dios. La cruz define la calidad del mesianismo y misión de Jesús. No es el Mesías triunfador y guerrero, fundamentado en el poder, sino el Hombre que da su vida para liberar a todo lo humano.  

38Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Para subrayar su desprestigio, lo acompañan dos bandidos, ladrones y violentos. Esta denominación se aplicaba a los nacionalistas fanáticos (zelotas) que combatían con fanatismo el régimen establecido.

39Los que pasaban, lo injuriaban, y meneando la cabeza, 40decían: Tú que destruyes el Templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.
Mateo nos presenta tres grupos que van a desfilar delante de Jesús para burlarse. Primero, los que pasaban por allí. La acusación de estos paseantes es la misma que la presentada en el juicio ante el Consejo/sanedrín. La gente ve en Jesús un peligro para la institución de la que vive la ciudad/capital.
Jesús, si quiere probar que es el Hijo de Dios, que baje de la cruz. Para la gente, la salvación consiste en la seguridad de la vida física. La prueba de ser Hijo de Dios es escapar de la muerte, demostrarlo (tentación del desierto). Su dios es el del poder, el que se impone al ser humano y lo domina. No pueden entender que Jesús entregue su vida voluntariamente. Como Jesús no actúa según sus expectativas, este no puede ser ni el Hijo ni el Mesías. Este Hijo  ha quedado olvidado por el Padre. Es precisamente en nombre de ese “dios” en el que ha sido ajusticiado por blasfemo.
                                                                                                   
41Igualmente los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo: 42A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. 43Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: "Soy Hijo de Dios".
Mateo nombra al segundo grupo que se burla de Jesús: los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos/senadores, los tres grupos que componían el Consejo/sanedrín.  
Le echan en cara su impotencia. Este es el gran escándalo para quien la razón se demuestra con la fuerza. Jesús ha pretendido liberar al pueblo de la opresión/marginación y él mismo ha acabado condenado. El fracaso de Jesús demuestra la sin- razón de su proyecto, el abandono de Dios. No pueden concebir un Mesías-rey que no manifieste un poder excepcional. Le piden un milagro (otra vez la tentación del desierto). Es imposible que el Hijo de Dios sufra y muera de ese modo. Juzgados e interpretados los hechos desde el poder, el Hijo y su Padre han caído en el descredito y desconfianza total. Dios no está con Jesús. “Su dios” no existe. Nuestro “dios” del poder, de la institución injusta, sí.  

44De la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Por último, el evangelista nos presenta al tercer grupo: los violentos. Nadie comprende el sentido de esta muerte. La muerte de Jesús en la cruz, en lugar de ser manifestación del Dios vivo, parece que lo oculta para siempre. Es una muerte oscura, ciega, absurda para Israel que cree en un dios diferente.

Los tres grupos ven en la derrota de Jesús el fracaso de su Dios en el que confiaba. Todos están contra él:
·         Los sumisos al poder: la gente, la multitud, el pueblo.
·         El poder mismo, que celebra su acierto y el fracaso de Jesús.
·         Los violentos o rebeldes al poder, que pretenden conquistarlo.
El tremendo escándalo de que Dios no salga en defensa del Mesías, rey de Israel, es la causa de la incredulidad.

45Desde la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra.
Las tres horas de tinieblas aluden a los tres días de tinieblas sobre la tierra de Egipto, anunciando, como entonces, la liberación. Son señal del éxodo de Jesús y para los que lo sigan. Se extienden sobre toda la tierra, en señal de que la liberación es ofrecida a toda la tierra, a la humanidad entera.

46A la hora nona, Jesús gritó con voz potente: Elí, Elí, lemá sabaktaní (es decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).
El grito de Jesús continúa la tristeza y angustia de Getsemaní. Mateo pone en boca de Jesús la oración del Sal 22. Este Salmo, por su contenido, expresa el abandono, la tristeza, la angustia, así como la seguridad absoluta de Jesús acerca de su destino personal (Sal 22,30: a mí me dará vida)

47Al oírlo algunos de los que estaban allí dijeron: Está llamando a Elías.
Interpretación errónea o irónica del grito de Jesús. Ven en él la confesión de su fracaso. Según la doctrina judía, Elías debía venir antes que el Mesías para prepararle el camino. Ahora Jesús, ante su fracaso, llama a Elías para que le saque de la situación en la que se encuentra. El tremendo escándalo de que Dios no salga en defensa del Mesías es el que causa la incredulidad y la burla del pueblo.

48Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. 49Los demás decían: Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
El vinagre es interpretado como manifestación de odio por su acidez. Es el vino agrio igual que el trato recibido por Jesús. El odio lo acompaña hasta el último momento de su vida. Este gesto pretende alargar el suplicio con la única intención de ver si Elías viene a salvarle. No se trata de un acto de compasión, es un gesto de oprobio.

50Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.
Este último y fuerte grito de Jesús contradice a su situación de crucificado. Es un grito de victoria: anuncia la efusión del Espíritu. Jesús muere, pero deja a la humanidad su Espíritu que le constituía como hombre en plenitud. El Espíritu está disponible para todos como fruto de la muerte de Jesús. El Espíritu de Dios procede del hombre-Dios. Ahora la humanidad puede emprender el mismo camino que Jesús, animados por la misma fuerza.
En el momento de su muerte y de la efusión de su espíritu, se producen varios fenómenos que tienen como intención manifestar el sentido teológico del acontecimiento.

51Entonces el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo;
El primero de estos fenómenos es el velo del Templo se rasgó en dos.Normalmente se ha interpretado que es el velo/cortina del Templo de Jerusalén que separaba el Sancta Sanctorum, lugar sagrado donde solo accedía el sumo sacerdote, del resto del pueblo. Esa separación entre la divinidad y lo humano, ahora se ha roto con la muerte de Cristo en la cruz, pues de la muerte de Jesús se manifiesta plenamente el misterio de Dios.
Pero también cabe interpretarlo como que ese Templo es Jesucristo. El Templo o santuario donde Dios se escondía es Jesús mismo. Con el hecho de rasgarse en dos se está aludiendo a la revelación plena de Cristo que manifiesta plenamente el misterio de Dios.

De arriba abajo. Alude al cielo y la tierra. Al mismo tiempo, se revela al Dios del cielo, al Padre, y al Hombre-Dios, el Dios-con-nosotros. La presencia de Dios está en Jesús. Su comunicación es a través de Jesús, de él brota el Espíritu. En la cruz hay una manifestación definitiva de Dios, de manera plena y de una vez para siempre a la humanidad:
  • En su debilidad. Dios se manifiesta en Jesús muerto, asesinado, ejecutado, condenado… El que ha dado su vida para dar vida plena a la humanidad, ha sido rechazado.
  • En su fuerza. Dios está disponible en el Espíritu que Jesús deja a la humanidad. No puede ser impuesto, sino acogido. La entrega de Dios a la humanidad le hace vulnerable, pues su éxito y aceptación, depende de la libertad del hombre.
Dios no está vinculado a ningún lugar, sino al Hombre-Dios. Ya no es inaccesible, está al alcance de todos.
La tierra tembló, las rocas se resquebrajaron...
Es el segundo fenómeno que manifiesta la presencia nueva y definitiva de Dios.Representa el impacto de esta manifestación sobre la humanidad. Ahora, comienza el Reinado de Dios. Ya no existe para la humanidad más fundamento ni roca sólida donde construir la propia vida que en Jesús y en su palabra. Todo lo anterior se desmorona, se resquebraja.

52Las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron 53 y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
Es el tercer fenómeno que acompaña la muerte de Jesús. Indica la llegada de los tiempos mesiánicos. El Espíritu exhalado por Jesús infunde a la humanidad la vida que supera la muerte. El sepulcro no es el estado final del ser humano. La fuerza de la muerte ha sido resquebrajada. 
Muchos cuerpos de santos resucitaron. Se refiere a los que están en relación con Jesús. Son los que han recibido el Espíritu de Jesús para seguirle. La muerte de Jesús es la resurrección para ellos. La vida de Jesús continúa a través de la muerte física, aunque la manifestación se hará al tercer día. Ya ha comenzado el futuro, el tiempo escatológico, el reinado de Dios/Vida.

La ciudad santa ya no puede referirse a Jerusalén, ciudad asesina, sino que es la ciudad consagrada por el Espíritu, la comunidad cristiana o Iglesia de Jesús, concebida a la manera de una ciudad. La comunidad de Jesús es testigo de vida, de la Resurrección.

54El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados: Verdaderamente este era Hijo de Dios.
El centurión y los soldados que estaban custodiando a Jesús, los mismos que se repartieron sus ropas, representan al mundo pagano. Su reacción es de miedo y de terror como en la Transfiguración. Lo sucedido en la cruz muestra que Jesús es el Hijo de Dios como lo manifestó aquella voz en el Tabor, y lo confiesan ahora los paganos. La cruz se convierte en la revelación de Dios a los paganos.   

55Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirlo; 56entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Las mujeres al pie de la cruz muestran las diversas tendencias que existían entre los discípulos. Estaban mirando desde lejos. Su distancia de la cruz muestra su estado de duda:
  • María Magdalena, mencionada por primera vez, será testigo de la sepultura, se encontrará con Jesús en la mañana de la Resurrección. Simboliza a la nueva comunidad.
  • Junto a la Magdalena, se encontraban María, la madre de Santiago y de José, presentada a través de sus hijos. Es símbolo de los seguidores de Jesús provenientes del judaísmo.
  • Y la Madre de los Zebedeos, que soñaba con el reino glorioso del Mesías. Representa a los decepcionados por esta muerte. Ya no aparece más, se aparta para siempre de Jesús.

La confesión de los paganos, centurión y soldados, contrasta con la burla de los judíos. El mensaje de Jesús va a quedar estéril en Israel, sigue aferrado a la falsa ideología mesiánica, mientras va a ser aceptado por los demás pueblos. Comienza la victoria de Dios en el mundo. No hay fracaso de Dios en la historia.

SEPULTURA DE JESÚS.
57Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús.
Al anochecer, caída la tarde, está en paralelo con la introducción a la Cena (Mt 26,20: al atardecer se puso a la mesa con los Doce). El cuerpo de Jesús que va a ser sepultado es el que ofrecía a sus discípulos.

José, ¿un hombre rico y discípulo de Jesús? Hay cierta tensión. José ha aceptado el mensaje de Jesús, pero no lo ha llevado a la práctica, no lo ha seguido. Podría compararse al hombre necio que escucha las palabras de Jesús, pero no las lleva a la vida, construye su vida sobre arena (Mt 7,26)

58Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. 59José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, 60lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.
José obtiene sin dificultad el cuerpo, lo envuelve en una sábana limpia y lo coloca en un sepulcro nuevo, significando que nadie ha muerto como Jesús, conservando la vida en la muerte. Solo Jesús puede ocuparlo.
José coloca una losa grande y cierra el sepulcro. No cae en la cuenta de que Jesús no puede quedar encerrado en la muerte. Se marchó. Ha cumplido con su misión. Ya no hay más que esperar. Es el fracaso y el fin de toda esperanza.José esperaba un Mesías para esta vida. El que no ha renunciado a las riquezas no puede comprender a Jesús, que se da a sí mismo, se entrega por los demás.

61María la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.
Las mujeres están sentadas, fijas e inmóviles, delante del sepulcro, como lo estaban ante la cruz. No se marchan, no rompen por completo la relación con Jesús, pero el hecho de la muerte las tiene paralizadas. No tienen fe en la Resurrección.
Ya no aparece la madre de los Zebedeos, su esperanza en un mesías de poder y gloria ha fracaso. No hay nada que esperar. La muerte de Jesús ha sido el fracaso definitivo, el fin de toda esperanza.

62A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato 63y le dijeron: Señor, nos hemos acordado de que aquel impostor estando en vida anunció: "A los tres días resucitaré". 64Por eso ordena que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos".
La última impostura sería peor que la primera. 65Pilato contestó: Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis. 66Ellos aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y colocando la guardia..
La preocupación de los dirigentes, cuyos máximos defensores eran los fariseos, les hace ignorar el precepto festivo. Se pueden saltar los preceptos siempre que sea por una causa al servicio de sus intereses. El sello quiere garantizar que Jesús no sale de la muerte.



[1] Mateos, J. y Camacho, F. (2007),Evangelio, figuras y símbolos, Córdoba: El Almendro. pp. 129-132.
[2]Id. "Tanto en griego como en hebreo, el sentido primero de las palabras que se traducen por “cuerpo” es la persona humana. Fue a partir de Platón cuando la idea de “cuerpo” distinta de “alma” se comenzó a desarrollar. En el Antiguo Testamento, no se encuentra la idea griega del cuerpo distinto al alma. La palabra “soma” como la hebrea “basar” se refieren al persona entera, individuo, e incluso a la humanidad. No existe ningún dualismo que oponga alma/mente al cuerpo como algo de más alto valor. Con el tiempo, en el AT van cambiando las ideas sobre el cuerpo y van reflejando la distinción griega entre alma y cuerpo y la infravaloración de éste. Poco a poco se fueron conservando las dos interpretaciones. El cuerpo/persona es juzgado y resucitado de la muerte. Las dos concepciones, la dualista y la unitaria, están vigentes en el NT.
En el Nuevo Testamento se insiste en la concepción unitaria de cuero=persona. Por eso “el cuerpo” (soma) indica a la persona entera. El ser humano no tiene cuerpo, “es cuerpo”=denota al ser humano como individuo, identificable, como sujeto y objeto de actividad y de comunicación. El “cuerpo” es el hombre en cuanto capaz de acción y de relación.
El “cuerpo”  de Jesús es Jesús mismo. En Jesús reside la gloria de Dios (el Espíritu), por eso su cuerpo, es decir su persona, es el nuevo santuario que sustituye al antiguo. Así, en la eucaristía, el pan/cuerpo expresa la persona de Jesús, Tomad y comed, esto es mi cuerpo".
[3] Cfr. Mt 16, 21-27. Pedro pensaba no como Dios, sino como los hombres, es decir, como los judíos nacionalistas de su época. También él esperaba que Jesús fuese un liberador político, por ello el anuncio del Señor choca frontalmente con sus expectativas. ¿Cómo es posible que Aquél que ha venido a liberar a Israel del dominio de Roma y de las naciones paganas diga ahora que morirá de mala muerte en Jerusalén? ¡Imposible que el liberador de Israel, el elegido de Dios, sea derrotado!
[4]Sanedrín, sinedrio, Gran Consejo, senado (gerousia), Supremo cuerpo de gobierno y judicial. Comprende sumos sacerdotes (familias sacerdotales dominantes), cabezas de familia de la aristocracia (ancianos, senadores) y letrados. Son setenta más el sumo sacerdote que lo preside. 


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