DOMINGO DE RAMOS
CONSPIRACIÓN PARA MATAR A JESÚS
26 1Cuando acabó Jesús
todos estos discursos, dijo a sus discípulos: 2Sabéis que dentro de
dos días se celebra la Pascua y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser
crucificado.
El anuncio de la proximidad de la Pascua
está puesto en boca de Jesús. Es él mismo quien la conecta con su muerte, manifestando
así ser el verdadero cordero pascual. Usa de nuevo la designación el
Hijo del hombre como en otras predicciones de la muerte y
resurrección (Mt 17,22s; 20,18s).
3Entonces
se reunieron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo en la casa del sumo
sacerdote, llamado Caifás, 4y se pusieron de acuerdo para prender a
Jesús a traición y darle muerte. 5Pero decían: Durante la fiesta no,
para que no se ocasione un tumulto entre el pueblo.
Frente a la declaración abierta de Jesús,
Mateo sitúa la reunión conspiradora de las autoridades. Es el partido saduceo
(sumos sacerdotes y senadores, aristocracia religiosa y civil) el que maquina
contra Jesús. Él ha anunciado su muerte en la Pascua; ellos quieren evitarlo.
El miedo al pueblo está siempre presente (Mt 21,46). Las autoridades del pueblo
no lo representan. Son los labradores que, en lugar de estar al servicio de la
viña, interpretando las necesidades del pueblo, le imponen con su engaño la
muerte de Jesús, el hijo heredero (Mt 21,38). Suprimen así toda esperanza de
liberación y se hacen dueños definitivamente.
UNCIÓN
EN BETANIA
6 Hallándose
Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso…
La
escena se sitúa en Betania. La casa
es la de Simón, el leproso. Este Simón es conocido por el lector, pues Mateo lo presenta como tal. ¿Por qué se
le llama leproso? La lepra no puede
interpretarse en sentido literal, entre otras cosas, porque un leproso no podía
vivir en una aldea, ciudad o sitio habitado; y menos aún, tener casa o invitar
a gente como si nada pasara. Simón el
leproso significa que los Doce discípulos, la comunidad procedente de
Israel, representada por Simón Pedro,
son marginados y considerados impuros por sus compatriotas debido al
seguimiento a Jesús. Los discípulos, al estar alejados del mesianismo de Jesús,
se ven como leprosos. Los demás no los aceptan por seguir a Jesús y ellos no
entienden a Jesús, es decir, se sienten leprosos,
doblemente marginados.
7…se
le acercó una mujer llevando un frasco de alabastro con perfume muy caro y lo
derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa. 8Al verlo los
discípulos se indignaron y dijeron: ¿A qué viene este derroche? 9Esto
se podía haber vendido muy caro y haber dado el producto a los pobres.
El perfume
es símbolo del amor (Cant 1,12). Ante el anuncio de la muerte de Jesús, la
figura de la mujer representa a aquellos que con su amor/adhesión se
identifican con esa muerte. Son los discípulos que no la entienden ni se
solidarizan con ella, protestan contra el gesto de la mujer. Quieren oponer el
servicio a la adhesión a Jesús. No se dan cuenta que la aceptación de la muerte
de Jesús es la que redimirá a los pobres y capacitará al discípulo para servir
a los pobres. Ven la solución de la pobreza en el dinero, no en la entrega por
amor.
10Dándose
cuenta Jesús les dijo: ¿Por qué molestáis a la mujer? Ha hecho conmigo una obra
buena. 11Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a
mí no me tenéis siempre. 12Al derramar el perfume sobre mi cuerpo,
estaba preparando mi sepultura. 13En verdad os digo que en cualquier
parte del mundo donde se proclame este Evangelio, se contará también lo que
ella ha hecho, para memoria suya.
Jesús defiende y alaba el gesto de la mujer
que nace de su disposición interior. Su presencia histórica está acabándose y todavía
es tiempo para que los discípulos le muestren su fidelidad. La ayuda a los pobres no es ocasional. Son objeto
continuo de la solicitud de la comunidad. Es la comunidad de los que han
renunciado a todo, los pobres encuentran en ella su ambiente.
Para los miembros de la comunidad, los
pobres no son inferiores, sino iguales. Los discípulos son gente que no dispone
de dinero para hacer el bien a los que carecen de él, sino que ponen a
disposición todo lo que tienen.
Ahora es momento de mostrar la adhesión a
Jesús que va a morir. Cuando él no esté, ese amor hay que mostrárselo a los
pobres que toman su puesto. El gesto que la mujer realiza tiene su lugar propio
en el momento de su sepultura. Mostrar el amor y la adhesión a Jesús cuando
haya muerto será la prueba de la fe en su Resurrección, anunciada por él en
cada predicción de su muerte (Mt 16,21; 17,22s; 20,18s). Para el discípulo, esa
muerte no es el fracaso de Jesús ni de su misión. Esta adhesión de amor es
parte del mensaje, de la buena noticia que ha de predicarse a todo el mundo.
TRAICIÓN DE JUDAS
14Entonces
uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes 15y
les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se
ajustaron con él en treinta monedas de plata. 16Y desde entonces
andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
Comienza
la conspiración explícita contra Jesús. Los personajes son Judas y los sumos sacerdotes.
El
nombre de Judas es la versión griega
de “judío”. Es uno de los Doce discípulos elegidos por Jesús como expresión del
nuevo Israel, la humanidad entera. El que traiciona/entrega a Jesús lleva el
mismo nombre que el pueblo que lo rechaza. Mateo presenta la traición desde
dentro. Iscariote, parece significar
“lo que viene de Kairot”, localidad al sur de Hebrón.
En las
escenas anteriores, Judas había perdido su fe en Jesús como Mesías, sus
expectativas habían fracasado. Es el que propone la entrega, la traición. Es el discípulo que no ha hecho la opción
por la pobreza, el afán de dinero lo ha llevado a traicionar el mensaje.
El
precio de los sumos sacerdotes se encuentra en Zac 11,12: Yo les dije: Si les parece
bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo. Ellos pesaron mi salario: treinta
monedas de plata. Las treinta monedas de plata eran el precio de un
esclavo (Éx 21,32).
Hay
que destacar el doble sentido de la palabra entrega.
En boca de Judas, significa traición; en boca de Jesús, es dar la vida.
JESÚS CELEBRA LA CENA CON SUS
DISCÍPULOS
17El
primer día de los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
El primer día de los Ázimos corresponde a la tarde/víspera
de la fiesta de la Pascua. Los Ázimos
son los panes sin levadura. La Pascua era la fiesta más importante del pueblo
judío porque recordaba la liberación de Dios de la esclavitud egipcia. Uno de
los elementos de esa cena, además del cordero y las hierbas amargas, era comer
pan sin levadura, símbolo de la noche de la liberación. Al producirse tan
rápida no dio tiempo a poner levadura en la masa.
Son
los discípulos los que recuerdan a Jesús que ha de prepararse la cena.
18El
contestó: Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: "El
Maestro dice: mi hora está cerca; voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis
discípulos". 19Los discípulos cumplieron las instrucciones de
Jesús y prepararon la Pascua.
El
lugar es la ciudad de Jerusalén; a una casa de un nombre sin nombre, al
menos para nosotros. De quien vosotros sabéis
es símbolo de que somos cada uno de nosotros. Es como si los discípulos
dijeran: “El Maestro nos dice que la hora de su muerte está cerca y quiere
celebrar la pascua en tu casa, la mía, la nuestra, con sus discípulos”. Mi hora, es el momento de su muerte. En tu casa, es lo que llamamos
“cenáculo”, el lugar de la Eucaristía.
20Al
atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21Mientras comían dijo: En
verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar. 22Ellos, muy
entristecidos, se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? 23El
respondió: El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar.
Los Doce. Son los Doce discípulos. Tiene un valor simbólico, designa al grupo en el
que encarna la promesa mesiánica de Dios de liberar al pueblo. Es el nuevo
Israel con una misión universal.
Jesús
anuncia la traición. La reacción de los discípulos es inmediata: tristeza, inseguridad. Nadie está seguro
de su fidelidad. Todos reaccionan menos Judas. ¿No será Judas el representante
de la infidelidad o traición de todos hacia Jesús?
La
expresión metido, mojado, en la misma fuente era un gesto de
amistad e intimidad.
24El
Hijo del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el
Hijo del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!
Hay
oposición entre el Hijo del hombre
(pleno, entregado) y ese hombre, es
decir, oposición entre el que está pleno del Espíritu y el que carece de él,
oposición entre en lo humano y lo que deshumaniza.
Ese hombre traicionando al Hijo del hombre renuncia para siempre a
la plenitud humana, prefiere conducirse por su frustración y su afán de dinero.
Quien renuncia a su plenitud humana se condena al fracaso de la propia
existencia, más le valdría no haber
nacido. El proyecto de Dios sobre él se ha frustrado.
25Entonces
preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¿Soy yo acaso, Maestro?
Él respondió: Tú lo has dicho.
Ahora
el que pregunta es Judas. Antes no ha
reaccionado, ahora sí. Sin reproche, Jesús identifica al traidor. Es el último
esfuerzo para que Judas se dé cuenta de lo que va hacer y recapacite. No se
dice cuando se marcha Judas.
26Mientras
comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió, lo dio
a los discípulos
Jesús
realiza cuatro gestos que resumen su vida, la del discípulo, la de todos:
- Tomó pan. Tomó, escogió. Jesús es escogido
por el Padre. Resuenan las palabras del Bautismo: Tú eres mi hijo. El pan
es el alimento indispensable para la vida. Para los judíos también era
símbolo de la ley. Ahora, Jesús sustituye y supera el código de la Antigua
Alianza por su propia persona. El pan es Jesús mismo. La referencia para
el discípulo es Jesús, su persona, su actividad.
- Y, después de
pronunciar la bendición. Bendecir
es "decir bien de/a Dios".
Es alabanza a Dios. Jesús es la Palabra y bendición de Dios para la
humanidad. Por consiguiente, los que comen de ese pan se convierten en bendición de Dios-para-los-demás. No
somos malditos. Es la actitud continua de dar gracias, de reconocer la
actividad de Dios en favor del hombre. También, hace referencia al
episodio de la “multiplicación” de los panes (Mt 14,23-31).
- Lo partió. Lo rompió. Entre los judíos
el pan no se partía con cuchillo, sino que se repartía con la mano, “a
pellizcos” como decimos popularmente. Este gesto simboliza a la persona
que está rota, con el corazón “partío”. Jesús a lo largo de su existencia
se ha ido partiendo y repartiendo. No ha sido roñoso, calculador, sino
todo lo contrario, entregado.
- Lo dio. Lo entregó. Es lo que le
hace ser plenamente humano. El Dios-con-nosotros,
el Emmanuel del comienzo del evangelio de Mateo, se convierte en el Dios
que se comparte con nosotros, en la entrega. Es el símbolo de la entrega
de Jesús a ellos (a nosotros, a
todos) por amor. Ellos/nosotros al comer el pan, se han de entregar, han
de ser pan partido, repartido y compartido para los demás.
y les dijo: Tomad, comed: esto es
mi cuerpo.
Jesús
invita a comer el pan, a “comulgar”, a vivir según su estilo. Se trata de
adoptar su persona como norma de vida. Jesús toma el puesto de la antigua Ley.
Esto es mi cuerpo. El cuerpo/”soma”, en la mentalidad
semita, significaba la persona en cuanto presencia, identidad, distinta una de
otra[1].
La invitación de Jesús a tomar el pan y comerlo es la invitación a aceptarlo en
su vida y actividad, a comprometerse como él ha vivido.
Adelantamos
ya que el término sangre, “aima”,
designa a la persona sometida a la muerte. Es sinónimo de “nefes/psiqué”
referido a la persona en su entrega a la muerte. Es importante tener en cuenta
que ambos términos no son correlativos, son independientes, cada uno designa a
la persona entera[2].
27Después
tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias y dijo: Bebed todos; 28porque
esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de
los pecados.
El
término copa o cáliz en la mentalidad
judía es símbolo de la pasión y muerte. Es también la persona en cuanto
entregada. Pan y vino, cuerpo y
sangre, son actos inseparables. No se puede aceptar la persona de Jesús, su cuerpo, sin aceptar su entrega hasta
el fin, su sangre. El compromiso de
seguir a Jesús se traduce en una asimilación con su persona, traducida en una
entrega sin reservas.
Jesús
pronunció la acción de gracias. Mateo
pone el relato en relación con el segundo episodio de los panes (Mt 15,35).
Jesús da la copa sin ofrecerla, a través de las siguientes palabras:
- Bebed
todos.
Beber del cáliz significa aceptar la muerte de Jesús. Es aceptar para uno
mismo una muerte como la suya, comprometerse a morir como el murió.
- Sangre
de la alianza
(litúrgicamente, "de la nueva alianza”). Jesús, el Mesías, no habla
de la alianza de Dios, ni de la comunidad de los seguidores, sino de mi comunidad, de mi alianza. Es la alianza que él
mismo ha proclamado en las Bienaventuranzas. Jesús toma el puesto que
tenía Dios en la antigua alianza.
Esta frase identifica el contenido
de la copa con la sangre que sella su alianza. No se trata de una simple
identificación entre el vino de la copa y su sangre, sino de la “alianza nueva
en su sangre”. Con esto indica a los Doce que para el nuevo Israel la Alianza
del Sinaí ha caducado; queda sustituida por la suya. La sangre derramada es la de Jesús mismo, símbolo de la entrega de su
vida y de su muerte violenta.
- Que
se derrama por muchos.
Quiere decir "por todos". Derramar
sangre es lo mismo que ser matado, pues, en la concepción bíblica, la
sangre es la portadora de la vida. Hay una alusión a la Cruz. Es la vida
que se entrega. Esa entrega está en la línea del sacrificio. Derramar es el verbo usado por los
profetas para hablar de la efusión del Espíritu de Dios. La sangre de Jesús no se derrama solo
por Israel, sino por todos. Es una alianza universal que refleja el amor
universal de Dios a toda la humanidad.
- Para el perdón
de los pecados.
Jesús libera a la humanidad del pecado comunicando una experiencia de vida
y libertad que, al revelar al hombre el valor supremo de la vida misma, lo
desengaña de todas las ideologías que lo amenazan. Es un estímulo para alcanzar
la propia plenitud desarrollando hasta el máximo su capacidad de amar.
29Y
os digo que desde ahora ya no beberé del fruto de la vid hasta el día que beba
con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre.
Y os digo es equivalente a “os aseguro”, en
griego “amén”. Muestra que las palabras que vienen a continuación tienen
particular importancia. Esta expresión abre al futuro con certeza: Jesús no
beberá más del vino, esta es su
última comida, pero tras la oscura pausa de su muerte, aquél día beberá otro vino nuevo,expresando así la certeza de
su Resurrección.
No beber del fruto
de la vid es la
manera que tiene el evangelista de conectar con la parábola de los viñadores
homicidas (Mt 21,34-41).Israel, la viña, ha tenido la oportunidad de amar a
Dios en virtud de la Antigua Alianza, pero no ha correspondido. Ahora, la
alianza de Jesús es algo nuevo. Jesús
pasa de utilizar el colectivo viña/pueblo
a usar vid/personal. A pesar de la
corrupción general, es posible mantener la fidelidad personal a Dios. El fruto de la vid es elamor a Dios que se
traduce en el amor al prójimo. Jesús lo ha mostrado y transmitido, lo ha
experimentado en su vida.
Vino nuevo significa el amor mostrado por
Jesús expresado en el don total e incondicional de sí mismo. Este es el fruto
de la Eucaristía. A él ya no le basta la Antigua Alianza (amar al prójimo como
a sí mismo, el derecho, la justicia…). El
amor nuevo es el vino que ha ofrecido en su copa y que los discípulos aún no
han bebido. Tendrá plena realidad en su muerte.
El
vino nuevo que Jesús va a beber en el
reino de mi Padre es el que ofrece su comunidad en respuesta a su amor. El
amor es recíproco. Él da su vino/amor
a los suyos en la eucaristía y beberá el vino/amor;
ellos le ofrecen su amor como respuesta al que han recibido de Jesús. La muerte
que Jesús va a sufrir, simbolizada por la copa que contiene su sangre/vida, no
será un fracaso; mediante ella, se derramará su Espíritu, que creará la nueva
humanidad.
No
se especifica que Jesús comiera y bebiera. Sería inapropiado que comiese su
propio cuerpo y bebiese su propia sangre, incluso simbólicamente. Tampoco se
especifica que los discípulos comieran del pan ni que bebieran del vino. Es una
decisión que deberán hacerante el hecho de la cruz. Comer el pan y beber el vino
son una sola cosa. No puede hacerse lo primero sin lo segundo. No se puede
aceptar la vida de Jesús sin aceptar su muerte. El compromiso de quien sigue a
Jesús incluye la aceptación de una muerte como la suya, por su causa y la del
Evangelio.
30Después
de cantar el himno salieron para el monte de los Olivos.
El
canto de alabanza expresa los sentimientos de Jesús y sus seguidores al término
de la cena. Es un canto de alabanza a Dios por ser Él quien garantiza el éxito
de la obra de Jesús.
Contra
el mandato que prohibía abandonar la casa en la noche de Pascua antes de la
mañana (Éx 12), Jesús y los Doce salen en dirección al monte de los Olivos. Este fue el lugar donde Jesús anuncia la ruina
de Jerusalén y el triunfo del Hijo del Hombre (Mt 24,3). Su pasión y muerte es
la causa de esa ruina y de ese triunfo.
JESÚS
PREDICE LA TRAICIÓN DE PEDRO Y LA DESLEALTAD DE LOS DISCÍPULOS
31Entonces
Jesús les dijo: Esta noche os vais a escandalizar todos por mi causa, porque
está escrito: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del
rebaño". 32Pero cuando resucite, iré delante de vosotros a
Galilea.
Ante
la gravedad de la situación, Jesús predice que aquella noche van a fallar. Sus
ideales mesiánicos no coinciden con la realidad. Se lo avisa a todos. Hace
referencia a la parábola del sembrador (Mt 13,21). Son los que no tienen raíces
y se acobardan ante las dificultades o la persecución.
El
texto es del profeta Zacarías (13,11) pero modificado. Son palabras que aluden
a un Dios que no es ajeno a los acontecimientos que se avecinan. La
responsabilidad recae sobre los enemigos de Jesús, la actuación de éstos no
responden a una orden divina. El pastor
es Jesús, el Mesías. Las ovejas, los
discípulos, se dispersarán,
reflejando el rechazo del destino de Jesús. No ven en su muerte la expresión
suprema del amor, sino el fracaso. Jesús espera que la crisis sea pasajera. Les
cita para después de la Resurrección.
33Pedro
replicó: Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré. 34Jesús
le dijo: En verdad te digo que esta noche, antes de que el gallo cante, me
negarás tres veces.
Pedro se niega a admitir la predicción
de Jesús. Desde una interpretación de fe, la cena no representaba la conducta
real de los Doce, sino una situación ideal, el modo como debían comportarse.
A
Pedro, que se cree superior y seguro de sí mismo, Jesús opone un fallo mayor
que el de los otros, el que se enaltece
será humillado. Los otros abandonarán a Jesús, pero Pedro además renegara
públicamente de él.
Que el gallo cante
de noche, en la
oscuridad, era para los orientales signo de malos augurios, estaba considerado
como una potencia maligna. Sin embargo, desde un punto de vista evangélico, el
gallo es el que anuncia al amanecer el
nuevo día, la Resurrección. Su canto será el grito de victoria del día, de la
luz sobre la noche/tinieblas.
Las
tres veces que Pedro negará a Jesús
es la manera de expresar que su negación es total y absoluta, expresada por el
número tres. Aquí viene a colación la oposición que hay entre renegar de sí mismo, como renuncia a
toda ambición y prepotencia, y renegar de
Jesús.Quien no reniega de sí mismo acabará renegando de Jesús[3].
35Pedro
le replicó: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y lo mismo decían los
demás discípulos.
Pedro
desmiente a Jesús. Arrastra a los demás discípulos, consigue que le hagan caso
a él y no a Jesús. Ante la negativa general de aceptar las palabras del
Maestro, todos vais a fallar, Jesús
no responde. El diálogo con ellos es inútil.
ORACIÓN
EN GETSEMANÍ.
36Entonces
Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a los discípulos:
Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.
La
escena presenta el reverso de la Trasfiguración (Mt 17,1-9).
Getsemaní quiere decir "prensa de
aceite". No es el Monte de los Olivos, como dice Lucas. El propósito de
Jesús es orar a solas. Orar es una
necesidad personal de Jesús a una dificultad que experimenta. Los discípulos no
pueden asociarse a ella, es asunto que él ha de tratar con el Padre.
37Y
llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y
angustia.
Los
testigos de la angustia de Jesús son los mismos tres discípulos que fueron
testigos de su gloria en su Transfiguración. Eran los más reacios a la
concepción de un mesianismo de entrega y servicio Confortados por el
acontecimiento de la Trasfiguración en el Tabor, podrían haberse solidarizado con
la muerte de Jesús, pero… Jesús percibe, de pronto, en toda su crudeza la
situación a la que ha llegado: perseguido, traicionado, acusado, después de su
inmenso intento por liberar, curar y humanizar. Jesús no se explica la
respuesta que ha obtenido.
Aquí
surge la duda que provoca la tristeza y la angustia: ¿Ha sido acertada la
opción elegida? ¿La concepción de Dios como amor salvador será un fracaso? Se
establece el combate definitivo, es a muerte entre el amor y el poder, hay que
elegir entre la fidelidad a Dios y a los hombres y los principios de la
sociedad injusta/opresora.
38Entonces
les dijo: Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.
Mi alma es mi yo/mi persona entera. Se describe
una tristeza que podría causar hasta la muerte, morir de tristeza. Esta
expresión corresponde al Sal 42,6 en la que se describe la situación de un
israelita en ambiente pagano. Su gran dolor es ver despreciado a Dios por los
paganos que no creen en él.
Jesús
no rechaza la muerte por sí mismo, sino ver al Padre ultrajado y considerado
como un Dios falso (Sal 42,4: ¿dónde está
tu Dios?). Los hombres esperan un
Dios que demuestre su potencia y poder, su intervención espectacular por algo
tan injusto como está ocurriendo. Si Jesús muere condenado como un criminal,
despreciarán a Dios de quien se fiaba. Para el sistema de poder, religioso y
político, el Dios impotente aparece como falso. Este es el misterio más
profundo del amor de Dios.
Aparece
la fuerza y la debilidad de Dios. Por ser puro amor, Dios no tiene más fuerza
que la de su amor mismo. Al ofrecerse al hombre, la eficacia de Dios depende de
la respuesta del hombre. Si la respuesta es positiva, la potencia del ser
humano es ilimitada; si es negativa, entonces Dios ha fracasado, es impotente.
Es la debilidad de Dios.
El
proyecto de Dios es que el ser humano llegue a la plenitud de ser hijo suyo.
Para realizarlo no puede forzar su libertad, sino aceptar la posibilidad de no
ser correspondido, ser rechazado.
El
Padre/Dios que se rebela en Getsemaní es completamente distinto del Dios que la
humanidad conocía. No es el Padre de la imposición, del poder, del triunfo,
sino el Padre que acoge al aparentemente fracasado. Dios es fiel a su amor,
hace posible que la persona viva en plenitud. Los discípulos han de presenciar
la terrible sensación de fracaso que supone una muerte como la suya.
A
los ojos del mundo, Jesús no va a ser liberado ni defendido ni apoyado. Los
enemigos van a triunfar y su dios va a ser considerado como el verdadero. Los
discípulos han de aceptar esta situación como suya. Su destino será el mismo
que el de Jesús. Es la copa que les
ha ofrecido en la cena.
39Y
adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: Padre mío, si es
posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como
quieres tú.
Jesús
se aparta por primera vez. Invoca a Dios como Padre mío. Su oración se realiza en la mayor confianza e intimidad.
Es proporcionada al peligro que se avecina, a la duda en la que vive, al
desconcierto y miedo que le invade.
Si es posible... Es la petición condicionada de
Jesús. Reconoce no tener fuerzas para penetrar en el misterio del proyectode
Dios. Por eso se remite a él, no se haga
como yo quiero...
40Y
volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro: ¿No habéis
podido velar una hora conmigo? 41Velad y orad para no caer en la
tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil.
Jesús
vuelve por primera vez. Los discípulos están dormidos, expresión de la falta de identidad que existe con el
Maestro. Jesús se les advierte de que estén despiertos, en vela, y les anima a orar para no ceder en la tentación del mesianismo triunfante, tal como le fue
propuesto a Jesús en el desierto. El espíritu
animoso y pronto alude a la
promesa de Pedro de no dejar a Jesús. Pero la
carne es débil, es el entusiasmo inicial y las dificultades para llevar a
cabo esa intención hasta el final.
42De
nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo: Padre mío, si este cáliz no
puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Jesús
se aparta por segunda vez. Comienza siempre su oración con la confianza
ilimitada en el Abba/Padre mío. Lo
cual no es impedimento para sentir tristeza y angustia.
Si este cáliz... expresión de la pasión y muerte.
Hágase tu voluntad. Es la petición del Padre
Nuestro (Mt 6,10). Que se haga realidad tu reinado, que el ser humano llegue a
la plenitud de hijo de Dios, a través de la entrega y de compartir la vida
misma de manera general.
43Y
viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño.
Jesús
viene por segunda vez.
Los
discípulos no le hacen caso. Su dormición es consecuencia de su falta de
comprensión e identificación con la causa de Jesús.
44Dejándolos
de nuevo, por tercera vez oraba repitiendo las mismas palabras.
Se
aparta por tercera vez. Jesús les deja. Sigue orando con las mismas palabras.
La angustia persiste y también la aceptación
de la voluntad del Padre. Jesús ha pedido que cambie el rumbo de la
historia, que suprima las consecuencias de su elección/estilo de vivir el
mesianismo, que lo llevan a la muerte. La historia, sin embargo, no puede
cambiarse. El hombre es responsable de su compromiso y debe aceptar sus
consecuencias.
45Volvió
a los discípulos, los encontró dormidos y les dijo: Ya podéis dormir y
descansar. Mirad, está cerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en
manos de los pecadores. 46¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me
entrega.
Jesús
vuelve por tercera vez. Tres veces Jesús se aparta, tres veces vuelve y
encuentra dormidos a los discípulos. Es la manera que tiene el evangelista de
insistir en la incomprensión de los discípulos. Y al mismo tiempo, es afirmación
de la confianza de Jesús en el Padre. Es la insistencia de Jesús a los
discípulos para que estén en vela y
no caigan en la tentación del poder y la violencia. Como no han velado, en los
versículos siguientes, utilizaran la fuerza, abandonarán, fracasaran.
Terminada
la oración vuelve dónde están los discípulos. Con un nuevo reproche Jesús los
despierta y les hace notar que está cerca la hora, el momento de la muerte. Han de salir al encuentro del
traidor.
En manos de los pecadores. Es la gente apartada de Dios y
opuesta a él. Los verdaderos pecadores no son los despreciados socialmente,
sino las autoridades religiosas y políticas que envían a apresarlo para darle
muerte.
EL
PRENDIMIENTO
El
relato pone de manifestó el odio de los dirigentes judíos hacia Jesús, la
incompatibilidad y absoluta oposición del sistema judío con la persona y
actividad de Cristo. Jesús no presenta resistencia. Su entrega es voluntaria.
Después de orar ha hecho suya la voluntad de Dios/Padre.
47Todavía
estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un
tropel de gente, con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes y los
ancianos del pueblo.
Mateo
subraya que Judas era uno de los Doce,
es decir, del nuevo Israel formado e inspirado por Jesús.
No
llega una tropa organizada, sino una multitud armada. Ha sido enviada por los
que se han confabulado para dar muerte a Jesús: los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
48El
traidor les había dado esta contraseña: Al que yo bese, ese es: prendedlo.
La
contraseña de Judas muestra que a Jesús sólo se le puede reconocer como el que
acepta el amor/la amistad, aquel en quien todos, incluidos sus enemigos, pueden
encontrar un amigo. Judas abusa del amor de Jesús para entregarlo a la muerte
49Después
se acercó a Jesús y le dijo: ¡Salve, Maestro! Y lo besó.
Judas
llama a Jesús Maestro/rabbí.Se equipara Jesús a los doctores de la
Ley. Judas muestra su falta de ruptura con la institución judía y sus
principios, su desacuerdo con Jesús.
Judas (proviene de Judea, símbolo del
pueblo), aferrado a las tradiciones de los letrados y fariseos, es incapaz de
aceptar a Jesús. Se asemeja a los dirigentes que han aceptado y recompensado su
traición, y a las multitudes que han seguido a Jesús, han escuchado su
enseñanza y han estado presente en su actividad, pero nunca han roto con la
ideología/mentalidad del pasado.
50Pero
Jesús le contestó: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron a Jesús y le
echaron mano y lo prendieron.
Amigo/compañero. Es el término usado
para las figuras negativas de dos parábolas: el que no trabaja para servir,
sino por dinero (Mt 20,13); y el que no lleva traje de fiestaes expulsado fuera
(Mt 22,12). Judas es identificado como aquel que traiciona por dinero, no lleva
traje de fiesta (entrega y compartir) para el banquete del Reino.
Jesús
incita a Judas acabar pronto su desdichada misión. La señal es eficaz. Judas
culmina la traición al Mesías. Jesús se entrega sin resistencia.
51Uno
de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó
la oreja al criado del sumo sacerdote.
No se
precisa quien agarra la espada. Los
discípulos recurren a la violencia para impedir el apresamiento, Siguen sin
entender el mesianismo de Jesús. No aceptan su muerte, es una derrota, un
fracaso. Piensan que el prendimiento es contrario al plan de Dios: Dios es
poder y siempre triunfa.
El criado del sumo sacerdote. Es el representante del sumo
sacerdote. El discípulo con la espada quiere atacar en él al jefe que
representa la institución. El discípulo quiere mostrar el espíritu reformista
violento que ha caracterizado a algunos de sus discípulos. No han orado, han
caído en la tentación.
52Jesús
le dijo: Envaina la espada: que todos los que empuñan espada, a espada morirán.
53¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? El me mandaría
enseguida más de doce legiones de ángeles. 54¿Cómo se cumplirían
entonces las Escrituras que dicen que esto tiene que pasar?
Jesús
ordena que Pedro se detenga. El Padre
vela por él y podría defenderse solo. La violencia solo engendra más violencia.
Refleja la voluntad de Jesús a la que había renunciado en la oración de
Getsemaní. Jesús muestra su amor al hombre, igual al del Padre. Acepta el
fracaso ante la historia, no se impone a los hombres con un acto de fuerza,
anulando la libertad e impidiendo la realización del proyecto divino. Jesús
renuncia a poner a salvo su vida. Si lo hiciera sería una falsa salvación.
Dando su vida quiere salvar a los demás: esta es su misión mesiánica. Su muerte
va a ser la manifestación del amor del Padre a la humanidad.
El me mandaría enseguida más de
doce legiones de ángeles.
Hace referencia a Israel. Dios habría forzado a Israel a reconocer al Mesías
por medio de una intervención espectacular. Las
Escrituras que han de cumplirseson las del Siervo (Is 52,13).
55Entonces
dijo Jesús a la gente: ¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos como si
fuera un bandido? A diario me sentaba en el Templo a enseñar y, sin embargo, no
me prendisteis. 56Pero todo esto ha sucedido para que se cumplieran
las Escrituras de los profetas.
Jesús
reprocha a la multitud su conducta. Las multitudes han escuchado sus palabras y
contemplado sus signos. Pero no se han atrevido a echarle mano, por eso cogen a
Jesús de una manera traidora.
Jesús
renuncia a poner a salvo su vida. Si lo hiciera sería la falsa salvación. Dando
su vida quiere salvar a los demás, a todos.
En aquel momento todos los
discípulos lo abandonaron y huyeron.
Los
que pretendían haberlo dejado todo para seguirlo, ahora lo dejan a él.
JESÚS ANTE EL SANEDRÍN
57Los
que prendieron a Jesús lo condujeron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde
se habían reunido los escribas y los ancianos.
Jesús
es conducido a casa de Caifás. Están presentes los tres grupos que forman el
gran consejo[4]:
los maestros de la Ley, los
ancianos/senadores y el sumo sacerdote.
58Pedro
lo seguía de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote y, entrando dentro, se
sentó con los criados para ver cómo terminaba aquello.
Le seguía de lejos. No es un seguimiento propio de
discípulo. En el palacio se sienta con los criados
de los que han decidido la muerte de Jesús. No se considera amigo. Pedro no
está seguro del desenlace, todavía espera algo imprevisto que impida su muerte,
¿tal vez alguna actuación mágica de Dios dependiente de su idea mesiánica
nacionalista?
59Los
sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra
Jesús para condenarlo a muerte 60y no lo encontraban, a pesar de los
muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos 61que
declararon: Este ha dicho: "Puedo destruir el Templo de Dios y
reconstruirlo en tres días".
Las
autoridades no tienen acusación alguna contra Jesús. Buscan un testimonio falso, un motivo para llevar
a cabo su intención de matarlo. Su esfuerzo no da resultado, hasta que en el
último momento se presentan dos,
número suficiente para que un testimonio fuera válido (Dt 19,15).
Acusan
a Jesús de querer destruir el Templo de
Dios, lugar sagrado por excelencia, centro de la religiosidad judía.
Presentan a Jesús como enemigo de la institución judía. Jesús es una amenaza.
Y
pretende reconstruirlo en tres días.
Este tiempo indica un corto plazo, intervalo mínimo entre la muerte y la Resurrección.
Jesús había predicho la destrucción del Templo pero no por obra suya. Serán
ellos mismos los culpables de la ruina de la población y le quieren hacer
responsable a él (Mt 21,13).
62El
sumo sacerdote se puso en pie y le dijo: ¿No tienes nada que responder? ¿Qué
son estos cargos que presentan contra ti? 63Pero Jesús callaba.
El
propio Caifás exige una respuesta a Jesús. Quiere que Jesús se defienda. Ante
la mala fe y falsedad, Jesús calla como el Siervo (Is 53,7). Es el silencio que
desarma a sus adversarios. Tales acusaciones no merecen respuesta. Para romper
su silencio, el sumo sacerdote recurre a lo último. Con su autoridad e
invocando a Dios, toma juramento a Jesús y centra la cuestión.
Y el sumo sacerdote le dijo: Te
conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
64Jesús
le respondió: Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis al Hijo
del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene sobre las nubes del
cielo.
El
sumo sacerdote recurre al último medio de manera solemne, te conjuro por Dios vivo.Pide a Jesús una declaración sobre su
mesianismo, de si él es el Mesías, el
Hijo de Dios. Solamente se ha fijado en lo espectacular de la afirmación
sobre la destrucción del Templo.
Jesús
responde afirmativamente. El sumo sacerdote, que ha hecho la pregunta como
amenaza, ha expuesto realmente quien es Jesús. Pero Jesús no pude coincidir con
él. Las concepciones sobre el Mesías, sobre la misión e identidad, son
radicalmente opuestas.
Esta
pregunta coincide con la declaración de Pedro en Mt 16,16: ¿Quién decís que soy yo? Pedro, Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo…
pero mal interpretado. Cuando Jesús dice que el Mesías ha de ser
traicionado, juzgado, condenado, entonces Pedro dice que no lo quiera Dios. Y
Jesús le responde: ¡Apártate de mí
Satanás, tú piensas como los hombres no como Dios!
Jesús
enuncia las consecuencias que va a tener para Israel, representado por este
Consejo, el hecho de rechazar al Mesías. Él había venido como liberador y
salvador, pero Israel lo rechaza:
- Hijo del
hombre.
Jesús no se auto-proclama Mesías, sino Hijo
del hombre. Las autoridades son los enemigos del Hombre, pero van a
ver su triunfo. Con alusión al Sal 110,1 y a Dan 7,13, Jesús se declara
como señor de David, afirma su condición divina y como Dios hace causa
común con él y contra ellos. Así Jesús acusa de ilegítima, estéril y
enemiga de Dios a toda institución judía.
- Sentarse a la
derecha. Es
una expresión para indicar que él es igual a Dios, al que llama Padre. Que
un hombre proclame su condición divina es afirmar que pertenece a la
esfera de lo divino, y, por tanto, es una blasfemia insoportable para los
oídos de los que establecían la más absoluta separación entre el hombre y
Dios.
65Entonces
el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo: Ha blasfemado. ¿Qué necesidad
tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. 66¿Qué decidís?
Y ellos contestaron: Es reo de muerte.
El
gesto de rasgarse las vestiduras era
señal de dolor y luto. Ya han encontrado un motivo suficiente para condenarlo a
muerte. No hay la más mínima duda. Ellos tienen toda la razón basada en su
autoridad. Deciden lo que está bien o mal, lo que es blasfemia o no. Todos
están de acuerdo.
67Entonces
le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon 68diciendo:
Haz de profeta, Mesías; dinos quién te ha pegado.
El
odio acumulado se desata en insultos y agresividad. Con ello quieren
ridiculizar la profecía que Jesús acaba de pronunciar.
NEGACIONES DE PEDRO
69Pedro
estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada y le dijo: También
tú estabas con Jesús el Galileo.
Pedro
ya no está en la sala donde Jesús está siendo juzgado, sino fuera, en el patio. Pero también es
acusado. A la primera acusación le corresponde la primera negación.
Una
criada llama a Jesús el Galileo. Poco
a poco se va a ir cerrando el círculo sobre Pedro. El hecho de que la pregunta
la haga una criada del sumo sacerdote hace pensar que Pedro se ha introducido
en el ambiente del servilismo que provoca el poder. Ha dejado de ser libre, ha
entrado en el ambiente del poder donde hay señores y criados/esclavos. Galilea,
al norte de Israel, vista desde Jerusalén, era considerada como tierra de
nacionalistas violentos.
70Él
lo negó delante de todos diciendo: No sé que quieres decir.
Pedro
lo niega de manera pública, delante de
todos. Ante la posibilidad de que pueda correr la misma suerte que el
Maestro, Pedro siente miedo y niega, se hace el desentendido.
71Y
al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí: Este estaba con
Jesús el Nazareno. 72Otra vez negó él con juramento: No conozco a
ese hombre.
A la
segunda acusación, sucede la segunda negación de Pedro. Otra criada llama a
Jesús el Nazareno. Denuncia a Pedro
que pertenece al grupo de Jesús. Ya no es solo de Galilea, sino de Nazaret, como se le conocía a Jesús
(Mt 2,23).
Pedro
vuelve a negar, no conozco. Reniega
de haber sido su discípulo. Según va siendo acorralado, él va profundizado en
la negación, ahora además es con
juramento.
73Poco
después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro; tú también
eres de ellos, tu acento te delata. 74Entonces
él se puso a echar maldiciones y a jurar diciendo: No conozco a ese hombre. Y
enseguida cantó un gallo. 75Pedro se acordó de aquellas palabras de
Jesús: Antes de que cante el gallo me negarás tres veces.
A la
tercera acusación corresponde la tercera negación de Pedro.
Intervienen
todos los que están allí. Ahora son todos contra Pedro. Le delata el acento, el lenguaje, las palabras. No solo hace
referencia al acento del norte de Israel, de Galilea, sino a su relación con
Jesús. Son precisamente los que estaban allí los que descubren a Pedro su
verdadera identidad, ser uno del grupo de Jesús. En la medida que crecen las
acusaciones, proporcionalmente va creciendo la negación de Pedro.
Pedro,
acosado, vuelve a negar con maldiciones y
juramentos. Y esto por tres veces. El número tres indica lo definitivo.
Pedro ha renunciado definitivamente a manifestar que es discípulo de Jesús.
El gallo era considerado como animal
diabólico por cantar en la noche. Su canto representa el triunfo del mal.
Y saliendo afuera, lloró
amargamente.
Pedro
se aleja del palacio. El recuerdo de las palabras de Jesús le hace romper
radicalmente con la institución cuya ideología mesiánica pensaba antes. Su llanto
es de arrepentimiento.
CONDUCIDO A PILATO
27 1Al hacerse de día,
todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar
la condena a muerte de Jesús. 2Y atándolo lo llevaron y lo
entregaron a Pilato, el gobernador.
La
sesión de la mañana ratifica la sentencia dictada durante la noche y las
autoridades deciden llevarla a la práctica. Pero ellos no pueden dar muerte
material a Jesús. Pueden dictar sentencia pero no ejecutarla. Están sometidos
al poder de los romanos, por ello lo conducen al gobernador Pilato.
MUERTE DE JUDAS
3Entonces
Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las
treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos diciendo: He pecado,
4entregando sangre inocente.
Judas,
a diferencia de Pedro, siente remordimiento,
no arrepentimiento. Las treinta monedas
de plata, como ya se indicó más arriba, fue el precio de la traición,
recibido de los sumos sacerdotes. Era lo
que valía la compra de un esclavo.
Judas
se siente pecador. Confiesa su
pecado. Ha traicionado a Jesús y este es inocente. Con estas palabras y esta
actitud, espera que los sumos sacerdotes reconsideren lo que está pasando y
cambien de actitud, que pongan en libertad al reo traicionado y el
traidor/delator sea condenado a muerte. Es tal la culpa/remordimiento de Judas
que está dispuesto a que cambie el curso de los acontecimientos, está dispuesto
a morir por “salvar” a Jesús.
Pero ellos dijeron: ¿A nosotros
qué? ¡Allá tú!
Pero
las autoridades, que no han mostrado el más mínimo resquicio de compasión, duda
o rectificación, no lo van hacer ahora con Judas. Judas solo ha sido un
instrumento. Han inventado un caso contra Jesús y van a llevarlo hasta las
últimas consecuencias. El propósito de matar a Jesús era anterior a todo juicio
(Mt 26,4).
5Él,
arrojando las monedas de plata en el Templo, se marchó; y fue y se ahorcó.
Judas
se separa del dinero maldito. El Templo
está en relación con los sumos sacerdotes que entregaron a Judas el dinero. Su
gesto es una denuncia y una muestra de lo profundo de su trágico remordimiento.
Judas ejecuta en sí mismo la sentencia que le debía haber sentenciado las
autoridades si hubieran actuado con justicia.
6Los
sacerdotes, recogiendo las monedas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en
el arca de las ofrendas porque son precio de sangre. 7Y, después de
discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de
forasteros. 8Por eso aquel campo se llama todavía Campo de Sangre. 9Así
se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: Y tomaron las treinta
monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos
de Israel, 10y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo
había ordenado el Señor.
Ahora
los sumos sacerdotes se muestran
estrictos observantes de la ley que prohibía dedicar al Templo dinero de
procedencia infame o impura (proveniente de una traición o delitos). Deciden
utilizarlo para una obra piadosa. De ahí el nombre del campo. El dinero impuro
sirve para comparar un lugar impuro (cementerio). La cita de Mateo no es de
Jeremías, sino de Zacarías (11,13) aunque modificado por el evangelista.
JESÚS ANTE PILATO
11Jesús
fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó: ¿Eres tú el rey de
los judíos?
Jesús
comparece ante el gobernador romano. Pilato está enterado de la acusación, pero
ahora es distinta de la de blasfemia. En este momento, la acusación es que
Jesús se ha autoproclamado rey de los judíos.
Se supone que Pilato ha sido informado acerca de Jesús.
La
pregunta de Pilato contiene las mismas palabras que los Magos hicieron al
llegar a Jerusalén en busca de Jesús (Mt 2,3: En esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido?).
El
sumo sacerdote había preguntado desde un punto de vista judío/religioso:Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas
si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Ahora, la pregunta de Pilato es la
misma desde un punto de vista pagano/político: ¿tú eres un rey mesiánico
agitador que basas tu poder en la sedición y en la rebelión? El título el rey de los judíos indica que Jesús no
es pretendiente a un trono cualquiera y que Pilato conoce la expectativa judía
de un rey enviado por Dios. Su punto de vista es político, ¿tú pretendes
oponerte al César?
Jesús respondió: Tú lo dices.
La
respuesta de Jesús es breve, rotunda, con ciertas reservas. No puede explicar
en qué sentido es rey de los judíos. Pilato, con poder, no está dispuesto a
escuchar, pues en los espacios del imperio la verdad no depende de cómo son las
cosas, sino como se interpretan por los que tienen el poder, así como la
decisión de la vida o la muerte sobre los hombres.
12Y
mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos no contestaba nada. 13Entonces
Pilato le preguntó: ¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti? 14Como
no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado.
Con su
silencio, Jesús domina la escena. Expresa su ruptura con la institución judía y
la aceptación voluntaria de su muerte/asesinato. Intervienen los acusadores
judíos sin que Mateo especifique sus inculpaciones. Jesús no responde (Is
53,7), ni aun incitado por el procurador (versículo siguiente). El silencio de
un reo a quien dan ocasión de defenderse es sorprendente (Cfr. Sal 38,14;
39,10).
Pilato
intenta estimular a Jesús con el fin de que se defienda y evite la condena,
como hacían todos los reos en estos momentos. En apariencia, las actitudes son
contrarias, pues los sumos sacerdotes son enemigos decididos de Jesús y Pilato
parece que tiene el deseo de ayudarle. El gobernador se sorprende de que a
pesar de su insistencia, Jesús continúe en su silencio.
15Por
la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. 16Tenía
entonces un preso famoso, llamado Barrabás. 17Cuando la gente
acudió, dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a
quien llaman el Mesías? 18 Pues sabía que se lo habían entregado por
envidia.
La
liberación de un preso por la fiesta de la Pascua podía ser hecha en recuerdo
de la liberación de Egipto, pero no hay constancia histórica fuera de los
evangelios que esta costumbre existiese.
Pilato
intenta liberar a Jesús. Es consciente del verdadero motivo de la acusación:
las autoridades judías ven en Jesús una amenaza que les puede despojar de su
poder e influjo y anular su dominio sobre el pueblo. Pilato recurre a la
costumbre.
Llama
la atención que Barrabás y Jesús se
llamen igual.
- Bar-aba-s quiere decir “hijo del
padre” de la violencia, de la opresión. Este personaje es representativo
de la falsa liberación. Solo afecta a circunstancias exteriores, sin
cambiar las actitudes de la persona. Es lo más opuesto a Jesús.
- Jesús, es el “hijo de Padre” del
amor, del servicio, de la libertad y la entrega. Jesús ha procurado la
verdadera liberación basada en la promoción humana, hace posible la
libertad, permite y fortalece el crecimiento, la maduración.
INTERVENCIÓN DE LA MUJER DE
PILATO
19Y
mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir: No te metas
con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.
Mateo
ha incorporado aquí esta escena. Interviene la mujer de Pilato. A los sueños,
especialmente en coyunturas graves, se les concedía valor anticipatorio. Al
menos infundían respeto. En Mateo son símbolo de la comunicación divina (Mt
1-2). Ante la traición de Israel, Dios habla al paganismo. La mujer de Pilato,
pagana como él, recibe su aviso y es sensible. El aviso de la mujer prepara la
confesión del centurión y de los guardias que estaban con el centurión
20Pero
los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente para que pidieran
la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
La gente, que había simpatizado con Jesús
pero nunca le había dado su plena adhesión, es manipulada por los dirigentes.
La multitudse va a convertir en cómplice del asesinato del Mesías. Arrastrada
por los dirigentes va a perder el reinado de Dios.
Pilato
conocía la popularidad de Jesús, daba por descontada la respuesta a su favor.
Por eso queda desconcertado ante la respuesta popular. La crucifixión era pena
común de esclavos y rebeldes a Roma. Los acusadores abandonan la visión de un
Mesías trascendente a favor de un mesías político y violento. En ese terreno
debe ser condenado por Pilato.
21El
gobernador preguntó: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: A
Barrabás. 22Pilato les preguntó: ¿Y qué hago con Jesús, llamado el
Mesías? Contestaron todos: Sea crucificado.
La
manipulación produce su efecto. Ante la pregunta de Pilato, la multitud opta
por Barrabás y contra Jesús. Pide para él la peor de las muertes, en la cruz, por la forma de morir y por
las consecuencias sobre el prestigio del reo: era interpretado como condenado y
castigado por Dios.
A
pesar de que Pilato/juez declara la inocencia del acusado, el
fanatismo/ideología de la gente pide con fuerza su muerte. La misma
gente/multitud se priva de toda esperanza
de liberación. El Mesías debía efectuar su éxodo llevando al pueblo a la
liberación definitiva.
23Pilato
insistió: Pues, ¿qué mal ha hecho?
Pero ellos gritaban más fuerte:
¡Sea crucificado!
Ellos
mismos lo rechazan y se condenan a la esclavitud. Los jefes han conseguido
influir en la multitud para que se pongan al servicio de sus intereses.
24Al
ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un
tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo: Soy inocente de
esta sangre. ¡Allá vosotros!
Pilatorealiza
un gesto conocido en la cultura judía para eximirse de toda responsabilidad en
la decisión. El que puede y debe evitar la injusticia como juez, por miedo a un
posible tumulto, se deja presionar y comete la injusticia.
Queda
así de manifiesto la “justicia” del poder político: entrega a la muerte
sabiendo que es inocente. Al poder le interesa asegurar su permanencia.
25Todo
el pueblo contestó: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
La
respuesta del pueblo es trágica. Asume la responsabilidad de esa muerte, que el
juez ha declarado injusta. Se consuma la injusticia.
26Entonces
les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo
crucificaran.
Pilato
pone en libertad a Barrabás, el culpable, y condena a muerte en la cruz al
inocente. La flagelación, azotarlo,
precedía a la crucifixión.
Destacamos
e insistimos en el verbo entregó.
Aparece por última vez ahora, después de ir marcando todo el relato. En boca de
la gente y de Pilato suena a traición e
injustica; sin embargo, en boca de Jesús significa el sentido de su vida y de
su misión, entregarse hasta dar la vida. El proceso ha terminado, solo queda
ejecutar la sentencia.
BURLAS DE LOS SOLDADOS
27Entonces
los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron
alrededor de él a toda la cohorte:
El pretorio era la residencia del gobernador
durante su estancia en Jerusalén. Toda la
cohorte, eran unos 600 hombres (¡que exageración!). Los soldados
romanos/paganos fingen una entronización real. Se burlan en Jesús de la
esperanza que el pueblo de Israel tenía en el Mesías.
28lo
desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura 29y trenzando una
corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano
derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo: ¡Salve, rey
de los judíos!
Quitar
a Jesús sus vestidos significa despojarlo de su identidad. Ellos lo revisten de
otra que no es la suya y esta es objeto de burla:
- Manto color púrpura: la capa roja que llevaban
los soldados.
- Corona de
espinas:
parodia de la corona de laurel que llevaba el emperador.
- Una caña en la
mano derecha:
cetro del emperador.
- Doblando la
rodilla:
era la manera de honrar a los soberanos.
- Salve rey de
los judíos:
era al saludo del emperador, “Ave César”. El saludo está en el centro de
la escena.
30Luego
le escupían, le quitaban la caña y lo golpeaban con ella la cabeza.
Los
ultrajes que se intercalan subrayan la burla. Los golpes en la cabeza
ridiculizan la corona, los salivazos denigran al portador del atuendo.
En la
narración no aparece el nombre de Jesús. Jesús se muestra enteramente pasivo,
no opone resistencia, no protesta, pero esto no quiere decir insensibilidad,
sino aceptación. De esta manera el evangelista escenifica la demolición del
prestigio del poder. El concepto de rey ha de ser despojado de toda falsa
grandeza externa para que se manifieste el verdadero sentido de la realeza de
Jesús. La grandeza del hombre no está en los signos de esplendor ni en su
prestigio ante los otros, está en su mismo ser; no en atributos de poder ni
emblemas, está en su calidad humana.
31Y
terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a
crucificar.
Jesús
recupera su ropa, símbolo de su persona, es decir, el Espíritu del que está
revestido y que da vida al hombre. No se dice que le quiten la corona, su
realeza es permanente. Ahora más que nunca, el deseo de independencia que
esperaba el judaísmo se viene abajo. Han rechazado al Mesías y no queda más que
la esclavitud.
CAMINO DEL CALVARIO. SIMÓN DE
CIRENE
32Al
salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a llevar
su cruz.
Simón de Cirene es figura del discípulo que
sigue a Jesús hasta la muerte y contrasta con la de Simón Pedro, que ha
renegado de Jesús. Mateo contrapone los que esperaban un Mesías restaurador de
la gloria de Israel con los que han comprendido el mensaje de Jesús y lo llevan
a la práctica (Cireneo).
Cada
figura corresponde a la parábola del final del monte (Mt 7,24-29): los que
escuchan el mensaje y lo traducen en su vida; los que escuchan, pero no lo
hacen norma de conducta. Estos cuando llega la dificultad, acaban en la ruina.
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS EN
LA CRUZ
33Cuando
llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de la calavera), 34le
dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo.
Llegan
al lugar de la ejecución.
Jesús
rechaza el vino como signo de que
quiere llegar a su muerte con entera conciencia de su misión. Él da la vida
voluntariamente y llena de lucidez.
35Después
de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes 36y
luego se sentaron a custodiarlo.
Mateo
menciona la crucifixión pero solo de
pasada. Se detiene en el reparto de la
ropa, como otro gesto de hostilidad por parte del paganismo. La
ropa/vestido equivale a la persona, a su corporalidad, en cuanto comunica la
fuerza de vida, símbolo del Espíritu. En el Calvario, esa ropa es la herencia
del crucificado. Al repartirla se reparte la fuerza de su Espíritu (Mt
9,18-22).
Puede
encontrarse cierta relación con la Eucaristía. El reparto de la ropa, que
representa la corporalidad de Jesús, corresponde a su primera acción en la cena:
tomad, esto es mi cuerpo. Jesús se
daa los discípulos presentes aquella noche y a toda la humanidad. El reparto de
la ropa que podía interpretarse como un despojo, es en realidad un don
voluntario de Jesús, con el que expresa
la calidad de su amor.
37Encima
de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: Este es Jesús, el rey de
los judíos.
El
letrero de la cruz reproduce la pregunta/acusación de Pilato.
La
frase está construida en paralelo con ladel Bautismo y la Transfiguración. Es
el culmen del compromiso de los dos momentos anteriores: Este es mi hijo, el amado=Este es Jesús, el rey de los judíos.
Jesús
en la cruz es el Hijo de Dios, es el rey-Mesías elegido por Dios. La cruz
define la calidad del mesianismo y misión de Jesús. No es el Mesías triunfador
y guerrero, fundamentado en el poder, sino el Hombre que da su vida para
liberar a todo lo humano.
38Crucificaron
con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Para
subrayar su desprestigio, lo acompañan dos
bandidos, ladrones y violentos. Esta denominación se aplicaba a los
nacionalistas fanáticos (zelotas) que combatían con fanatismo el régimen
establecido.
39Los
que pasaban, lo injuriaban, y meneando la cabeza, 40decían: Tú que
destruyes el Templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres
Hijo de Dios, baja de la cruz.
Mateo
nos presenta tres grupos que van a desfilar delante de Jesús para burlarse.
Primero, los que pasaban por allí. La
acusación de estos paseantes es la misma que la presentada en el juicio ante el
Consejo/sanedrín. La gente ve en Jesús un peligro para la institución de la que
vive la ciudad/capital.
Jesús,
si quiere probar que es el Hijo de Dios, que
baje de la cruz. Para la gente, la salvación consiste en la seguridad de la
vida física. La prueba de ser Hijo de Dios es escapar de la muerte, demostrarlo
(tentación del desierto). Su dios es el del poder, el que se impone al ser
humano y lo domina. No pueden entender que Jesús entregue su vida
voluntariamente. Como Jesús no actúa según sus expectativas, este no puede ser
ni el Hijo ni el Mesías. Este Hijo ha
quedado olvidado por el Padre. Es precisamente en nombre de ese “dios” en el
que ha sido ajusticiado por blasfemo.
41Igualmente
los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también
diciendo: 42A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey
de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. 43Confió en
Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: "Soy Hijo de Dios".
Mateo
nombra al segundo grupo que se burla
de Jesús: los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos/senadores,
los tres grupos que componían el Consejo/sanedrín.
Le
echan en cara su impotencia. Este es el gran escándalo para quien la razón se
demuestra con la fuerza. Jesús ha pretendido liberar al pueblo de la opresión/marginación
y él mismo ha acabado condenado. El fracaso de Jesús demuestra la sin- razón de
su proyecto, el abandono de Dios. No pueden concebir un Mesías-rey que no
manifieste un poder excepcional. Le piden un milagro (otra vez la tentación del
desierto). Es imposible que el Hijo de Dios sufra y muera de ese modo. Juzgados
e interpretados los hechos desde el poder, el Hijo y su Padre han caído en el
descredito y desconfianza total. Dios no está con Jesús. “Su dios” no existe.
Nuestro “dios” del poder, de la institución injusta, sí.
44De
la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.
Por
último, el evangelista nos presenta al tercer
grupo: los violentos. Nadie comprende el sentido de esta muerte. La muerte
de Jesús en la cruz, en lugar de ser manifestación del Dios vivo, parece que lo
oculta para siempre. Es una muerte oscura, ciega, absurda para Israel que cree
en un dios diferente.
Los
tres grupos ven en la derrota de Jesús el fracaso de su Dios en el que
confiaba. Todos están contra él:
·
Los
sumisos al poder: la gente, la multitud, el pueblo.
·
El
poder mismo, que celebra su acierto y el fracaso de Jesús.
·
Los
violentos o rebeldes al poder, que pretenden conquistarlo.
El
tremendo escándalo de que Dios no salga en defensa del Mesías, rey de Israel,
es la causa de la incredulidad.
45Desde
la hora sexta hasta la hora nona vinieron tinieblas sobre toda la tierra.
Las tres horas de tinieblas aluden a los
tres días de tinieblas sobre la tierra de Egipto, anunciando, como entonces, la
liberación. Son señal del éxodo de Jesús y para los que lo sigan. Se extienden sobre toda la tierra, en señal de que la
liberación es ofrecida a toda la tierra, a la humanidad entera.
46A
la hora nona, Jesús gritó con voz potente: Elí, Elí, lemá sabaktaní (es decir:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).
El
grito de Jesús continúa la tristeza y angustia de Getsemaní. Mateo pone en boca
de Jesús la oración del Sal 22. Este Salmo, por su contenido, expresa el
abandono, la tristeza, la angustia, así como la seguridad absoluta de Jesús
acerca de su destino personal (Sal 22,30: a
mí me dará vida)
47Al
oírlo algunos de los que estaban allí dijeron: Está llamando a Elías.
Interpretación
errónea o irónica del grito de Jesús. Ven en él la confesión de su fracaso.
Según la doctrina judía, Elías debía
venir antes que el Mesías para prepararle el camino. Ahora Jesús, ante su
fracaso, llama a Elías para que le saque de la situación en la que se
encuentra. El tremendo escándalo de que Dios no salga en defensa del Mesías es
el que causa la incredulidad y la burla del pueblo.
48Enseguida
uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y,
sujetándola en una caña, le dio de beber. 49Los demás decían:
Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
El vinagre es interpretado como
manifestación de odio por su acidez. Es el vino agrio igual que el trato
recibido por Jesús. El odio lo acompaña hasta el último momento de su vida.
Este gesto pretende alargar el suplicio con la única intención de ver si Elías viene a salvarle. No se trata
de un acto de compasión, es un gesto de oprobio.
50Jesús,
gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu.
Este
último y fuerte grito de Jesús contradice a su situación de crucificado. Es un
grito de victoria: anuncia la efusión del Espíritu. Jesús muere, pero deja a la
humanidad su Espíritu que le constituía como hombre en plenitud. El Espíritu
está disponible para todos como fruto de la muerte de Jesús. El Espíritu de
Dios procede del hombre-Dios. Ahora la humanidad puede emprender el mismo camino
que Jesús, animados por la misma fuerza.
En el
momento de su muerte y de la efusión de su espíritu, se producen varios
fenómenos que tienen como intención manifestar el sentido teológico del
acontecimiento.
51Entonces
el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo;
El
primero de estos fenómenos es el velo del
Templo se rasgó en dos.Normalmente se ha interpretado que es el
velo/cortina del Templo de Jerusalén que separaba el Sancta Sanctorum, lugar
sagrado donde solo accedía el sumo sacerdote, del resto del pueblo. Esa
separación entre la divinidad y lo humano, ahora se ha roto con la muerte de Cristo
en la cruz, pues de la muerte de Jesús se manifiesta plenamente el misterio de
Dios.
Pero
también cabe interpretarlo como que ese Templo es Jesucristo. El Templo o
santuario donde Dios se escondía es Jesús mismo. Con el hecho de rasgarse en dos se está aludiendo a la
revelación plena de Cristo que manifiesta plenamente el misterio de Dios.
De arriba abajo. Alude al cielo y la tierra. Al
mismo tiempo, se revela al Dios del cielo, al Padre, y al Hombre-Dios, el Dios-con-nosotros. La presencia de Dios
está en Jesús. Su comunicación es a través de Jesús, de él brota el Espíritu.
En la cruz hay una manifestación definitiva de Dios, de manera plena y de una
vez para siempre a la humanidad:
- En su
debilidad.
Dios se manifiesta en Jesús muerto, asesinado, ejecutado, condenado… El
que ha dado su vida para dar vida plena a la humanidad, ha sido rechazado.
- En su fuerza. Dios está disponible en el
Espíritu que Jesús deja a la humanidad. No puede ser impuesto, sino
acogido. La entrega de Dios a la humanidad le hace vulnerable, pues su
éxito y aceptación, depende de la libertad del hombre.
Dios
no está vinculado a ningún lugar, sino al Hombre-Dios. Ya no es inaccesible,
está al alcance de todos.
La tierra tembló, las rocas se
resquebrajaron...
Es el
segundo fenómeno que manifiesta la presencia nueva y definitiva de
Dios.Representa el impacto de esta manifestación sobre la humanidad. Ahora,
comienza el Reinado de Dios. Ya no existe para la humanidad más fundamento ni
roca sólida donde construir la propia vida que en Jesús y en su palabra. Todo
lo anterior se desmorona, se resquebraja.
52Las
tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron 53
y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad
santa y se aparecieron a muchos.
Es el
tercer fenómeno que acompaña la muerte de Jesús. Indica la llegada de los
tiempos mesiánicos. El Espíritu exhalado por Jesús infunde a la humanidad la
vida que supera la muerte. El sepulcro no es el estado final del ser humano. La
fuerza de la muerte ha sido resquebrajada.
Muchos cuerpos de santos
resucitaron. Se
refiere a los que están en relación con Jesús. Son los que han recibido el
Espíritu de Jesús para seguirle. La muerte de Jesús es la resurrección para
ellos. La vida de Jesús continúa a través de la muerte física, aunque la
manifestación se hará al tercer día.
Ya ha comenzado el futuro, el tiempo escatológico, el reinado de Dios/Vida.
La ciudad santa ya no puede referirse a
Jerusalén, ciudad asesina, sino que es la ciudad consagrada por el Espíritu, la
comunidad cristiana o Iglesia de Jesús, concebida a la manera de una ciudad. La
comunidad de Jesús es testigo de vida, de la Resurrección.
54El
centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que
pasaba, dijeron aterrorizados: Verdaderamente este era Hijo de Dios.
El centurión y los soldados que estaban
custodiando a Jesús, los mismos que se repartieron sus ropas, representan al
mundo pagano. Su reacción es de miedo y de terror como en la Transfiguración.
Lo sucedido en la cruz muestra que Jesús
es el Hijo de Dios como lo manifestó aquella voz en el Tabor, y lo
confiesan ahora los paganos. La cruz se convierte en la revelación de Dios a
los paganos.
55Había
allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a
Jesús desde Galilea para servirlo; 56entre ellas, María la Magdalena
y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Las mujeres al pie de la cruz muestran las
diversas tendencias que existían entre los discípulos. Estaban mirando desde lejos. Su distancia de la
cruz muestra su estado de duda:
- María
Magdalena,
mencionada por primera vez, será testigo de la sepultura, se encontrará
con Jesús en la mañana de la Resurrección. Simboliza a la nueva comunidad.
- Junto a la Magdalena, se encontraban María, la madre de Santiago y de José,
presentada a través de sus hijos. Es símbolo de los seguidores de Jesús
provenientes del judaísmo.
- Y la Madre de
los Zebedeos,
que soñaba con el reino glorioso del Mesías. Representa a los
decepcionados por esta muerte. Ya no aparece más, se aparta para siempre
de Jesús.
La
confesión de los paganos, centurión y
soldados, contrasta con la burla de los judíos. El mensaje de Jesús va a
quedar estéril en Israel, sigue aferrado a la falsa ideología mesiánica,
mientras va a ser aceptado por los demás pueblos. Comienza la victoria de Dios
en el mundo. No hay fracaso de Dios en la historia.
SEPULTURA DE JESÚS.
57Al
anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también
discípulo de Jesús.
Al anochecer, caída la tarde, está en paralelo
con la introducción a la Cena (Mt 26,20: al
atardecer se puso a la mesa con los Doce). El cuerpo de Jesús que va a ser sepultado es el que ofrecía a sus
discípulos.
José,
¿un hombre rico y discípulo de Jesús? Hay cierta tensión. José ha aceptado el
mensaje de Jesús, pero no lo ha llevado a la práctica, no lo ha seguido. Podría
compararse al hombre necio que escucha las palabras de Jesús, pero no las lleva
a la vida, construye su vida sobre arena (Mt 7,26)
58Este
acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo
entregaran. 59José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una
sábana limpia, 60lo puso en su sepulcro nuevo que se había excavado
en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.
José
obtiene sin dificultad el cuerpo, lo envuelve en una sábana limpia y lo coloca
en un sepulcro nuevo, significando
que nadie ha muerto como Jesús, conservando la vida en la muerte. Solo Jesús
puede ocuparlo.
José coloca una losa grande y cierra
el sepulcro. No cae en la cuenta de que Jesús no puede quedar encerrado en la
muerte. Se marchó. Ha cumplido con su
misión. Ya no hay más que esperar. Es el fracaso y el fin de toda
esperanza.José esperaba un Mesías para esta vida. El que no ha renunciado a las
riquezas no puede comprender a Jesús, que se da a sí mismo, se entrega por los
demás.
61María
la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.
Las
mujeres están sentadas, fijas e inmóviles,
delante del sepulcro, como lo estaban
ante la cruz. No se marchan, no rompen por completo la relación con Jesús, pero
el hecho de la muerte las tiene paralizadas. No tienen fe en la Resurrección.
Ya no
aparece la madre de los Zebedeos, su
esperanza en un mesías de poder y gloria ha fracaso. No hay nada que esperar.
La muerte de Jesús ha sido el fracaso definitivo, el fin de toda esperanza.
62A
la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los
sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato 63y le dijeron: Señor, nos
hemos acordado de que aquel impostor estando en vida anunció: "A los tres
días resucitaré". 64Por eso ordena que vigilen el sepulcro
hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo y
digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos".
La última impostura sería peor
que la primera. 65Pilato contestó: Ahí tenéis la guardia: id
vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis. 66Ellos aseguraron el
sepulcro, sellando la piedra y colocando la guardia..
La
preocupación de los dirigentes, cuyos máximos defensores eran los fariseos, les
hace ignorar el precepto festivo. Se pueden saltar los preceptos siempre que
sea por una causa al servicio de sus intereses. El sello quiere garantizar que Jesús no sale de la muerte.
[1] Mateos, J. y Camacho, F. (2007),Evangelio, figuras y símbolos, Córdoba: El
Almendro. pp. 129-132.
[2]Id. "Tanto
en griego como en hebreo, el sentido primero de las palabras que se traducen
por “cuerpo” es la persona humana. Fue a partir de Platón cuando la idea de
“cuerpo” distinta de “alma” se comenzó a desarrollar. En el Antiguo Testamento,
no se encuentra la idea griega del cuerpo distinto al alma. La palabra “soma”
como la hebrea “basar” se refieren al persona entera, individuo, e incluso a la
humanidad. No existe ningún dualismo que oponga alma/mente al cuerpo como algo
de más alto valor. Con el tiempo, en el AT van cambiando las ideas sobre el
cuerpo y van reflejando la distinción griega entre alma y cuerpo y la
infravaloración de éste. Poco a poco se fueron conservando las dos
interpretaciones. El cuerpo/persona es juzgado y resucitado de la muerte. Las dos
concepciones, la dualista y la unitaria, están vigentes en el NT.
En el Nuevo Testamento se insiste en la
concepción unitaria de cuero=persona. Por eso “el cuerpo” (soma) indica a la
persona entera. El ser humano no tiene cuerpo, “es cuerpo”=denota al ser humano
como individuo, identificable, como sujeto y objeto de actividad y de
comunicación. El “cuerpo” es el hombre en cuanto capaz de acción y de relación.
El “cuerpo” de Jesús es Jesús mismo. En Jesús reside la
gloria de Dios (el Espíritu), por eso su cuerpo, es decir su persona, es el
nuevo santuario que sustituye al antiguo. Así, en la eucaristía, el pan/cuerpo
expresa la persona de Jesús, Tomad y comed, esto es mi cuerpo".
[3] Cfr. Mt 16, 21-27. Pedro pensaba no
como Dios, sino como los hombres, es decir, como los judíos nacionalistas de su
época. También él esperaba que Jesús fuese un liberador político, por ello el
anuncio del Señor choca frontalmente con sus expectativas. ¿Cómo es posible que
Aquél que ha venido a liberar a Israel del dominio de Roma y de las naciones
paganas diga ahora que morirá de mala muerte en Jerusalén? ¡Imposible que el
liberador de Israel, el elegido de Dios, sea derrotado!
[4]Sanedrín, sinedrio, Gran Consejo, senado (gerousia), Supremo
cuerpo de gobierno y judicial. Comprende sumos sacerdotes (familias
sacerdotales dominantes), cabezas de familia de la aristocracia (ancianos,
senadores) y letrados. Son setenta más el sumo sacerdote que lo preside.
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