(VIII) RELATOS Y ORACIONES PARA LA SEMANA SANTA Y PARA SIEMPRE
MALTRATADO
No tenía gracia ni
belleza
para atraer la mirada,
ni aspecto digno de complacencia.
Despreciado,
desecho de la humanidad,
hombre de dolores,
avezado al sufrimiento,
como uno ante el cual
se oculta el rostro,
era despreciado y desestimado.
Con todo,
eran nuestros sufrimientos
los que llevaba,
nuestros dolores
los que le pesaban,
mientras nosotros le creíamos
azotado, herido por Dios
y humillado.
Ha sido traspasado
por nuestros pecados,
triturado por nuestras iniquidades
el castigo, precio de nuestra paz,
cae sobre él,
y a causa de sus llagas
hemos sido curados …
(Is 53, 1-6)
Hay una lógica que no conduce a
ningún sitio.
Una lógica que solo engendra
incomunicación, aislamiento y soledad:
La lógica del más fuerte.
La lógica de la guerra.
La lógica del odio.
La de una verdad que se impone por
la fuerza.
La de quien construye desde el
poder…
Jesús nos muestra otra lógica.
La de quien responde al mal con
bien.
La de quien calla ante la mentira,
porque sabe que la verdad brotará más fuerte.
La de quien no devuelve violencia,
pero pese a todo planta cara a lo injusto.
La de quien, en lugar de lavarse
las manos, se las mancha y se las ensucia al tratar de aliviar y limpiar lo que
necesita ser transformado.
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