ORACIÓN EN LA XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (2ª PARTE) Del evangelio de Lucas 5,1-11
5 1Una vez que la gente se
agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios...
La gente se agolpaba para escuchar la Palabra de Dios,
para escucharte a ti Jesús,
la Palabra hecha carne,
la Palabra hecha Vida,
hecho humano.
Todo lo divino contenido en palabras humanas,
o mejor, tus palabras como revelación del misterio de Dios,
y del nuestro.
Cuando en la Eucaristía, al final de las lecturas decimos "Palabra
de Dios"
y respondemos "Te alabamos Señor"...
que suerte tenemos
de volver a escuchar tu Palabra.
No sé si nos agolpamos o no como entonces para escucharte,
no si nos llegan tus palabras,
pero eres tú el que nos vuelves hablar,
el primero que te quieres comunicar con nosotros
Jesús dijo a Simón: Rema
mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.
Y tu sigues hablando, ahora a
Pedro, cabeza dura,
pero el evangelista Lucas,
tan respetuoso, ha puesto a Simón, "el que escucha",
lo cual quiere decir que algo
le va a pasar
porque ha escuchado a Jesús,
Palabra de Dios.
Rema mar adentro,
hacia el centro del lago,
hacia el centro de la vida,
hacia el centro de ti mismo,
de tu misterio.
Echad vuestras redes,
lo que te en-reda,
lo que te ata,
lo que te envuelve y seduce,
lo que te manipula.
En obediencia al que es la Palabra,
suelta amarras,
suelta lastre para poder
pescar y poder volar,
5Respondió Simón y dijo: Maestro, hemos
estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra,
echaré las redes.
Pedro, Simón, !me
encantas¡
Lo primero un
"pero", después la confianza, la lealtad.
Simón no entiendes,
pero te fías, no abandonas.
Como te entiendo
Pedro,
nos hemos pasado
toda la noche trabajando,
toda la noche
esforzándonos,
porque se pesca de
noche.
Y a veces, Pedro,
la noche es demasiado larga, inoperante, oscura,
como si las
estrellas ya no brillarán.
¡Qué bien se yo la fuente que mana y corre
aunque es de noche!
Hay noches que no
hay fuentes ni lagos,
ni peces ni manantiales,
pero sabemos que
la noche pasa y llega el día,
llega el que es
la Palabra, el que es la Luz,
el que habla, el
que tiene palabras de vida eterna,
en plenitud,
el que humaniza y
da sentido a la noche,
al esfuerzo
baldío,
al bregar sin
conseguir nada,
a la lucha sin
resultados,
al aparente
fracaso...
Pero por tu palabra...
El milagro no es
pescar de día,
El milagro es
fiarse de tu palabra,
confiar contra
toda apariencia imposible,
despojarse de las
redes,
escuchar la
palabra del que es Dios,
no es que tú seas
como Dios,
es que Dios es
como tú.
Por tu palabra...
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