viernes, 5 de septiembre de 2014

ORACIÓN EN LA XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (2ª PARTE)  Del evangelio de Lucas 5,1-11 
5 1Una vez que la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios...
La gente se agolpaba para escuchar la Palabra de Dios,
para escucharte a ti Jesús,
la Palabra hecha carne,
la Palabra hecha Vida,
hecho humano.
Todo lo divino contenido en palabras humanas,
o mejor, tus palabras como revelación del misterio de Dios,
y del nuestro.
Cuando en la Eucaristía, al final de las lecturas decimos "Palabra de Dios" 
y respondemos "Te alabamos Señor"... 
que suerte tenemos de volver a escuchar tu Palabra.
No sé si nos agolpamos o no como entonces para escucharte,
no si nos llegan tus palabras,
pero eres tú el que nos vuelves hablar,
el primero que te quieres comunicar con nosotros
 
Jesús dijo a Simón: Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.
Y tu sigues hablando, ahora a Pedro, cabeza dura,
pero el evangelista Lucas, tan respetuoso, ha puesto a Simón, "el que escucha",
lo cual quiere decir que algo le va a pasar
porque ha escuchado a Jesús, Palabra de Dios.
Rema mar adentro,
hacia el centro del lago,
hacia el centro de la vida,
hacia el centro de ti mismo,
de tu misterio.

Echad vuestras redes,
lo que te en-reda,
lo que te ata,
lo que te envuelve y seduce,
lo que te manipula.
En obediencia al que es la Palabra,
suelta amarras,
suelta lastre para poder pescar y poder volar,

5Respondió Simón y dijo: Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.
Pedro, Simón, !me encantas¡
Lo primero un "pero", después la confianza, la lealtad.
Simón no entiendes, pero te fías, no abandonas.
Como te entiendo Pedro,
nos hemos pasado toda la noche trabajando,
toda la noche esforzándonos,  
porque se pesca de noche. 
Y a veces, Pedro, la noche es demasiado larga, inoperante, oscura,
como si las estrellas ya no brillarán.  

¡Qué bien se yo la fuente que mana y corre aunque es de noche!
Hay noches que no hay fuentes ni lagos,
ni peces ni manantiales,
pero sabemos que la noche pasa y llega el día,
llega el que es la Palabra, el que es la Luz,
el que habla, el que tiene palabras de vida eterna,
en plenitud,
el que humaniza y da sentido a la noche,
al esfuerzo baldío,
al bregar sin conseguir nada,
a la lucha sin resultados,
al aparente fracaso...

Pero por tu palabra...
El milagro no es pescar de día,
El milagro es fiarse de tu palabra,
confiar contra toda apariencia imposible,
despojarse de las redes,
escuchar la palabra del que es Dios,
no es que tú seas como Dios,
es que Dios es como tú.

Por tu palabra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario