MIÉRCOLES
SANTO TOMÁS DE AQUINO
4 1Jesús
se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo
que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en
tierra junto al mar.
Parábola del
sembrador
2Les
enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: 3Escuchad:
Salió el sembrador a sembrar; 4al sembrar, algo cayó al borde del
camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en
terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda,
brotó enseguida; 6pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por
falta de raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos
crecieron, la ahogaron y no dio grano. 8Él resto cayó en tierra
buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o
del ciento por uno. 9Y añadió: El que tenga oídos para oír que oiga.
10Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le
preguntaban el sentido de las parábolas. 11Él les dijo: A vosotros
se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se
les presenta en parábolas, 12para que "por más que miren, no
vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean
perdonados".
13Y
añadió: ¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás?
14El sembrador siembra la palabra. 15Hay unos que están
al borde del camino donde se siembra la palabra: pero en cuanto la escuchan,
viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. 16Hay otros
que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la
palabra enseguida la acogen con alegría, 17pero no tienen raíces,
son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra,
enseguida sucumben. 18Hay otros que reciben la semilla entre
abrojos; estos son los que escuchan la palabra, 19pero los afanes de
la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden,
ahogan la palabra, y se queda estéril. 20Los otros son los que
reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una
cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
COMENTARIO
4 1Jesús
se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo
que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en
tierra junto al mar.
2Les enseñaba muchas cosas con
parábolas y les decía instruyéndolos:
Toda la multitud se quedó en la tierra, de cara al mar, y
se puso a enseñarles muchas cosas con parábolas. En su enseñanza, les dijo.
Jesús no se acobarda ante la condena oficial y reanuda su enseñanza pública.
El mar es el lugar de paso a los pueblos paganos.
Mientras enseña a un
grupo, una gran multitud judía se
acerca para escucharlo; el descrédito de la institución religiosa ha llegado a
tal punto, que la gente acude a Jesús a pesar de la condena que pesa sobre él.
Jesús interrumpe su enseñanza, sube a una barca (no suya) y comienza de nuevo a enseñar. Quiere ayudar a
la multitud, pero evitando un choque frontal que bloquearía toda posible
liberación. Por eso les enseña de otro modo, utilizando parábolas para exponer su mensaje. Tiene así en cuenta la ideología
de la gente, animada por el espíritu reformista y los ideales de gloria
nacional: la multitud no comprende lo radical de la iniciativa de Jesús, ve en
él un jefe para su lucha contra la institución injusta y capaz de liberar a
Israel de la opresión: quiere reforma interior y triunfo exterior.
Comenzar por una
exposición abierta del mensaje, basado en la entrega personal y en la
solidaridad con todos los hombres, para constituir una sociedad nueva y
universal, la alejaría para siempre. La asimilación, si se produce, ha de ser
lenta.
3Escuchad:
Salió el sembrador a sembrar; 4al sembrar, algo cayó al borde del
camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. 5Otra parte cayó en
terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda,
brotó enseguida; 6pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por
falta de raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos
crecieron, la ahogaron y no dio grano. 8Él resto cayó en tierra
buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o
del ciento por uno. 9Y añadió: El que tenga oídos para oír que oiga.
Las
palabras iniciales: Escuchad,
recuerda la llamada a Israel de Dt 6,4.
El sembrador representa a Jesús.
En
primer lugar les expone Jesús la necesidad de una adecuada disposición interior
para captar el mensaje (la tierra buena). No propone el mensaje fácil de la
rebelión contra las instituciones, sino el de la renovación profunda del
hombre, única base y garantía de una sociedad verdaderamente humana.
10Cuando
se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de
las parábolas.
Aparecen
los dos grupos de seguidores:
·
los Doce/el nuevo
Israel. Comparten las convicciones reformistas de la multitud y creen en la
superioridad de Israel.
·
y los que estaban en
torno a él, los seguidores no israelitas. Este grupo se e deja llevar por los
Doce y acepta este planteamiento: es necesario que Israel se renueve y triunfe;
por ahí llegará la salvación a todos los pueblos, en conexión con el nuevo
Israel y subordinados a él.
Unos y
otros esperan, pues, un levantamiento liderado por Jesús para cambiar el orden
social. No se explican que Jesús hable a la multitud en parábolas, cuando
exponiendo claramente el proyecto reformista y nacionalista toda esa gente se iría
detrás de él. Esta mentalidad ha
impedido a los dos grupos comprender la parábola anterior, destinada a la
multitud, que trataba de las disposiciones interiores del hombre. Piensan que
el mensaje es accesible sin más a la multitud que escucha; no ven diferencia
entre ellos mismos y la gente.
11Él les dijo: A vosotros se os
ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les
presenta en parábolas,
La
actitud de los Doce es inexplicable, pues han presenciado la actividad de Jesús
y escuchado su mensaje, con los que ha expuesto el secreto del reino de Dios, es decir, el fundamento último del
cambio radical que implica su obra: el amor universal de Dios, que quiere
comunicar vida a la humanidad entera, para formar una nueva sociedad universal,
solidaria y fraterna, digna del hombre.
El
mensaje de la universalidad del amor de Dios, que suprime la frontera entre el
pueblo judío y los demás pueblos, lleva consigo la desaparición de las
instituciones de Israel y la superación de la Ley.
Aunque se les ha hecho patente este secreto, los seguidores de Jesús, en primer lugar los Doce, no lo han asimilado y siguen aferrados al pasado; el nuevo Israel no sale de las categorías del antiguo, no comprende la profundidad del cambio y, como la multitud, sigue en la idea reformista. De ahí que ni los Doce ni, bajo el influjo de éstos, los otros seguidores alcancen a comprender la parábola, que estaban destinada exclusivamente a los de fuera».
Aunque se les ha hecho patente este secreto, los seguidores de Jesús, en primer lugar los Doce, no lo han asimilado y siguen aferrados al pasado; el nuevo Israel no sale de las categorías del antiguo, no comprende la profundidad del cambio y, como la multitud, sigue en la idea reformista. De ahí que ni los Doce ni, bajo el influjo de éstos, los otros seguidores alcancen a comprender la parábola, que estaban destinada exclusivamente a los de fuera».
12para que "por más que
miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y
sean perdonados".
Los
seguidores de Jesús habrían debido comprender el mensaje de la parábola; los de fuera (únicos destinatarios de
las parábolas) no pueden comprenderlo a menos que se conviertan, confíen en Jesús,
y sean liberados del lastre de su pasado, de la ideología que conlleva
actitudes de discriminación e injusticia.
13Y
añadió: ¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás?
14El sembrador siembra la palabra. 15Hay unos que están
al borde del camino donde se siembra la palabra: pero en cuanto la escuchan,
viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. 16Hay otros
que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la
palabra enseguida la acogen con alegría, 17pero no tienen raíces,
son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra,
enseguida sucumben. 18Hay otros que reciben la semilla entre
abrojos; estos son los que escuchan la palabra, 19pero los afanes de
la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden,
ahogan la palabra, y se queda estéril. 20Los otros son los que
reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una
cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.
Los
seguidores no han entendido la parábola, porque no se esperaban que Jesús
hablase de disposiciones interiores, sino de acción exterior.
Jesús
explica abiertamente a los dos grupos que lo primero es el cambio interior, que
sin hombre nuevo no hay sociedad nueva y que esto es lo que deberán proclamar.
Si hay cambio personal, el reino de Dios es posible; de lo contrario, no se
realizará.
Los
cuatro terrenos son cuatro disposiciones del hombre ante el mensaje:
·
no lo deja penetrar: Satanás,
la ideología / ambición de poder lo neutraliza y no deja huella);
·
lo acepta
superficialmente, sin compromiso serio.
·
no renuncia a la
ambición de dinero.
·
lo hace propio y da
fruto.

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