JUEVES
Mateo 24,42-51
42Por
tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43Comprended
que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría
en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. 44Por eso,
estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre.
45¿Quién
es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre
la comida a sus horas? 46Bienaventurado ese criado, si el señor al
llegar, lo encuentra portándose así. 47En verdad os digo que le
confiará la administración de todos sus bienes. 48Pero si dijere
aquel mal siervo para sus adentros: Mi señor tarda en llegar, 49y
empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, 50el
día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo 51y lo hará
pedazos, dándole el destino de los hipócritas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes.
COMENTARIO
42Por
tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43Comprended
que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría
en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. 44Por eso,
estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre.
La clave de interpretación se encuentra en el verbo estad en vela, que aparece también en el
episodio de Getsemaní (Mateo 26, 38.40.41). Indica la solidaridad e
identificación con la muerte de Jesús, cuya angustia experimenta en el huerto.
Los discípulos han de estar siempre preparados
a afrontarla. Se ve que la llegada del hijo
del Hombre se identifica con la hora de la persecución a muerte contra los
suyos. Su llegada es salvación, pues viene a reunir a sus elegidos.
La actitud en la hora de la prueba depende de la que se haya
tenido en la vida, y decidirá la suerte de cada uno, según lo dicho en v. 13: el que resista hasta el fin ése se salvara. La llegada del Hombre es la ruina de un sistema opresor:
ésa es su victoria. Al mismo tiempo, es la salvación para los suyos que han
dado la vida en la persecución y cuya actividad, proclamando el mensaje y dando
su vida, ha provocado esa caída. Ellos no pueden participar de la inconsciencia
general.
Resumiendo el discurso anterior, Jesús predice la destrucción de
Jerusalén y del templo. Este acontecimiento, lejos de indicar el fin, significa
el principio de una nueva época, en la que se irá realizando la humanidad
nueva. Sus seguidores llegarán a su plena madurez y salvación afrontando la
persecución y el odio y dando la vida, sin desanimarse por la maldad del mundo
ni por las defecciones de otros.
La época que comienza con la destrucción de Jerusalén (el reinado
del Hombre) verá la caída sucesiva de otros sistemas opresores, que
significarán el triunfo del Hombre. Lo mismo que la primera fue efecto de la
condena de Jesús, el Mesías pacífico, y de la elección del camino de la
violencia, así la caída de los otros sistemas será efecto de la persecución y
muerte de los discípulos. Su obra irá produciendo la maduración de la
humanidad.
45¿Quién es el criado fiel y
prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus
horas? 46Bienaventurado ese criado, si el señor al llegar, lo
encuentra portándose así. 47En verdad os digo que le confiará la
administración de todos sus bienes.
Advierte Jesús a los suyos de la actitud de servicio que debe
regir las relaciones en la comunidad. La responsabilidad confiada por Jesús a
los suyos es continua, no se limita al momento de su llegada. La actitud que se
tenga en este momento será el fruto de la que se ha tenido durante la vida. La
llegada se refiere, como anteriormente, al momento de la prueba y de la
persecución que lleva a la muerte. Entonces será el momento del éxito o de la
frustración definitiva (el llanto y el
rechinar de dientes). Esta parábola puede estar en relación con el dicho
anterior: se enfriará el amor en la
mayoría (v. 12).
48Pero
si dijere aquel mal siervo para sus adentros: Mi señor tarda en llegar, 49y
empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, 50el
día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo 51y lo hará
pedazos, dándole el destino de los hipócritas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes.
Aquel mal siervo no se refiere a nada anterior. La frase
equivale a "si el siervo en cuestión (aquel) es malo". El
griego kakós significa desde "malo/malintencionado" hasta
"criminal". Dada la conducta que se describe a continuación, malo es demasiado débil.
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