domingo, 6 de septiembre de 2015

SEMANA XXIII
MIÉRCOLES

Lucas 6,20-26

20Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
21Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
22Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre.
23Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
24Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
26¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.

COMENTARIO
Ante el ser humano se abre una alternativa: felicidad plena (cuatro Bienaventuranzas...) o desdicha plena (cuatro ¡Ay de...). Según se elija libremente los valores vigentes del mundo (ideología inmunda) o los valores del Reino.
La proclamación del Reino tiene lugar en la llanura, en el plano donde se halla constituida la sociedad a partir de los falsos valores: riqueza, poder y prestigio.

Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Pobre no hay que entenderlo en sentido material. Pobre no es igual a indigente sino es aquel que renuncia a la riqueza como valor supremo y elige construir una sociedad más justa luchando con los valores que causan la desigualdad y la injusticia. Pobre es el que se ha dado cuenta que los valores en los que se fundamenta la sociedad (poder, dinero, prestigio, espectacularidad...) van contra el ser humano.
El que ha hecho esta opción es ya ahora dichoso, (es, en presente) el Reino de Dios está en él, se manifiesta en él, está liberado del espíritu inmundo. Reino de Dios no significa nada geográfico o político, sino el gobierno de hecho de Dios. Feliz/dichoso el que ha dejado a Dios que gobierne su vida; feliz por expulsar los valores del mundo y aceptar el gobierno de Dios.

21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Estas Bienaventuranzas son la consecuencia lógica de haber hecho la primera opción. Por eso, tiene hambre de justicia, de paz, de que ese reino se haga realidad en todos. No se trata de un hambre física...
Son correlativas con:

 24Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
El que ha hecho opción por la riqueza en vez de poner en el Reino, en la fuerza de Dios su consuelo (("paraklesis" en griego, Paráclito, El Espíritu), lo pone en las cosas que dan consuelo y hartura, alegría pero de manera inmediata y pasajera:
-          Es pasajero el hambre y el llanto producido por la injusticia y la desigualdad; la saciedad y risa producida por la riqueza
-          Sin embargo, la saciedad y alegría producida por el auténtico consuelo es para siempre, cuando pase esta situación transitoria. Ya que aquí puede disfrutar del Reino el que ha hecho la opción por la pobreza, el que experimenta dentro de sí el gobierno de Dios.
-          Será para siempre el hambre y el llanto en aquellos que por haber puesto su cimiento en lo pasajero y transitorio se han quedado sin nada.

22Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre.
Esta cuarta Bienaventuranza está en futuro y se refiere al futuro pero en esta tierra. Hace de marco con la primera y la completa: el que ha hecho opción por Dios y su Reino no puede esperar otra cosa que la oposición del que ha hecho la opción contraria.

23Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Es una llamada de ánimo que el evangelista da a sus comunidades perseguidas. La persecución es señal de que están en el buen camino.

26¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.

¿Quién es todo el mundo/los hombres? No es el mundo o los hombres en general, sino los que han hecho la opción contraria a los valores del Reino, por eso tendrán la opinión del desprecio, no –aprecio, ser una reducción de persona, o incluso un enemigo a silenciar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario