MIÉRCOLES
Lucas 6,20-26
20Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les
decía:
Bienaventurados
los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
21Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque
quedaréis saciados.
Bienaventurados
los que ahora lloráis, porque reiréis.
22Bienaventurados vosotros cuando os odien los
hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame,
por causa del Hijo del hombre.
23Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra
recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con
los profetas.
24Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis
recibido vuestro consuelo!
25¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque
tendréis hambre!
¡Ay
de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
26¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es
lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.
COMENTARIO
Ante
el ser humano se abre una alternativa: felicidad plena (cuatro Bienaventuranzas...)
o desdicha plena (cuatro ¡Ay de...).
Según se elija libremente los valores vigentes del mundo (ideología inmunda) o
los valores del Reino.
La
proclamación del Reino tiene lugar en la
llanura, en el plano donde se halla constituida la sociedad a partir de los
falsos valores: riqueza, poder y prestigio.
Bienaventurados
los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Pobre no hay que entenderlo en sentido
material. Pobre no es igual a indigente sino es aquel que renuncia a la riqueza
como valor supremo y elige construir una sociedad más justa luchando con los
valores que causan la desigualdad y la injusticia. Pobre es el que se ha dado cuenta que los valores en los que se
fundamenta la sociedad (poder, dinero, prestigio, espectacularidad...) van
contra el ser humano.
El que ha hecho
esta opción es ya ahora dichoso, (es, en presente) el Reino de Dios está
en él, se manifiesta en él, está liberado del espíritu inmundo. Reino de Dios no significa nada
geográfico o político, sino el gobierno de hecho de Dios. Feliz/dichoso el que ha dejado a Dios que gobierne su vida; feliz
por expulsar los valores del mundo y aceptar el gobierno de Dios.
21
Bienaventurados los que ahora
tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados
los que ahora lloráis, porque reiréis.
Estas Bienaventuranzas
son la consecuencia lógica de haber hecho la primera opción. Por eso, tiene
hambre de justicia, de paz, de que ese reino se haga realidad en todos. No se
trata de un hambre física...
Son correlativas
con:
24Pero ¡ay de vosotros, los
ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque
tendréis hambre!
¡Ay
de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
El que ha hecho
opción por la riqueza en vez de poner en el Reino, en la fuerza de Dios su consuelo (("paraklesis" en
griego, Paráclito, El Espíritu), lo pone en las cosas que dan consuelo y
hartura, alegría pero de manera inmediata y pasajera:
-
Es
pasajero el hambre y el llanto
producido por la injusticia y la desigualdad; la saciedad y risa producida por
la riqueza
-
Sin
embargo, la saciedad y alegría
producida por el auténtico consuelo
es para siempre, cuando pase esta situación transitoria. Ya que aquí puede
disfrutar del Reino el que ha hecho la opción por la pobreza, el que
experimenta dentro de sí el gobierno de Dios.
-
Será
para siempre el hambre y el llanto en aquellos que por haber puesto su cimiento
en lo pasajero y transitorio se han quedado sin nada.
22Bienaventurados vosotros cuando os odien los
hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame,
por causa del Hijo del hombre.
Esta cuarta Bienaventuranza
está en futuro y se refiere al futuro pero en esta tierra. Hace de marco con la
primera y la completa: el que ha hecho opción por Dios y su Reino no puede
esperar otra cosa que la oposición del que ha hecho la opción contraria.
23Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra
recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con
los profetas.
Es una llamada
de ánimo que el evangelista da a sus comunidades perseguidas. La persecución es
señal de que están en el buen camino.
26¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es
lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.
¿Quién
es todo el mundo/los hombres? No es
el mundo o los hombres en general, sino los que han hecho la opción contraria a
los valores del Reino, por eso tendrán la opinión del desprecio, no –aprecio,
ser una reducción de persona, o incluso un enemigo a silenciar.
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