lunes, 26 de diciembre de 2016

TIEMPO DE NAVIDAD

LUNES

26 DE DICIEMBRE, MARTIRIO DE SAN ESTEBAN

Mateo 10,16-22
16Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. 17Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas 18y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles. 19Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, 20porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. 21El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. 22Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. 23Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.

1.    COMENTARIO
La situación de los discípulos en medio de la sociedad será como la de hombres inermes ante enemigos despiadados.

El programa de las bienaventuranzas se verifica en la vida del discípulo. La actitud de estos ante la sociedad hostil es, por una parte, de prudencia y cautela, sin meterse en la boca del lobo; por otra, de ingenuidad y sencillez, sin ser intrigantes ni retorcidos. Jesús habla de cautela y de prudencia: no fiarse de cualquiera, porque hay muchos dispuestos a traicionarlos y entregarlos a los tribunales. No tienen por qué manifestar a cualquiera el contenido del mensaje que llevan. La sociedad no tolera ese mensaje, que pone en cuestión hasta los propios fundamentos de la sociedad (prestigio, tener, poseer...). 

En esta circunstancia difícil no deben preocuparse de lo que van a declarar ante el tribunal (hay muchos tribunales, muchos espacios y tiempos públicos donde se juzgan, se marcan normas de comportamiento, estilos de vida bastante contrarios al evangelio), pues tendrán una ayuda particular del Padre por medio del Espíritu. Se verificará lo anunciado en la bienaventuranza sobre la persecución Mt 5,10. Por encima, más allá de la persecución está el Padre, su amor no faltará un momento.
El mensaje vivido causará divisiones tremendas en la misma familia. Unos delatarán a otros, y harán que sean condenados a muerte. La sociedad no soportará a los discípulos. La salvación está en mantenerse firmes hasta el final. Para el discípulo, esta clase de muerte no es un fracaso, sino un éxito que corona toda su vida.
En todas estas consignas aparece el motivo principal: a causa de mi nombre. El motivo es una persona: Jesús, el Hijo querido del Padre. La razón principal de anunciar y vivir el evangelio es Cristo. Sin estas palabras, lo demás no se entiende, no tiene sentido. ¿Cuál es la razón para vivir si no es en nombre de Jesús?

Si se encuentran perseguidos en una ciudad, deben huir a otra. No faltarán ciudades antes de que vuelva el Hijo del hombre. El horizonte del relato es escatológico: va desde este momento hasta el final. No hay tiempo en el que los discípulos estarán solos. Esta llegada se refiere sin duda a la destrucción de Jerusalén, cuando terminará el plazo para la proclamación del mensaje a Israel como pueblo. 


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