lunes, 26 de diciembre de 2016

TIEMPO DE NAVIDAD

VIERNES

30 DE DICIEMBRE, FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

 13Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo (Os 11,1).
16Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
17Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: 18Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.

19Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto 20y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño. 21Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea 23y se estableció en una ciudad llamada Nazaret.
Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.

1.      COMENTARIO
13Cuando ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo Os 11,1.
Aparece en primer término la figura de José, asociado al patriarca José. Al igual que José, salva a su familia llevándola a Egipto (Gén 45-46) para luego volver a la tierra prometida. Con Jesús comienza un nuevo Israel. Jesús va a realizar el definitivo éxodo a la auténtica tierra prometida. Por esto, Mateo lo baja a Egipto, para meternos en la dinámica de la salvación definitiva de la que fue imagen el primer éxodo.
El niño ocupa el puesto central, toma contigo al niño y a su madre. José representa al Israel fiel y María a la nueva comunidad (gentiles). Ambos unidos por Jesús. La nueva humanidad cristiana es invitada a realizar el nuevo éxodo del Mesías. El resto de Israel (José), que había tenido la experiencia del éxodo de Moisés, recibe el encargo de ir a Egipto. En Jesús se consuma, llega a plenitud la salida de Egipto.  

16Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
17Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: 18Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven. (Jr 31,15)
Volvamos a la imagen del tríptico, que apuntábamos en el contexto. A un lado, Israel fiel /José; en el centro, el éxodo, la presencia de Dios, la comunidad cristiana formada por Cristo; al otro lado, la nueva comunidad /María; y recorriendo toda la escena la opresión, el poder, la muerte. Todo escrito simbólicamente, pero real como la vida misma.

El pasaje está en relación con Éx 1. Entonces lo negativo, la opresión, trata de acabar con el libertador. Mateo, en esta ocasión, busca como referencia el cumplimiento de Jer 31,15:
·         Le sirve para descubrir el dolor externo, el sufrimiento real del mal en el mundo, del ser humano en éxodo.
·         Y al mismo tiempo, es un canto de esperanza.  La cita forma parte de un canto de esperanza perteneciente al libro de la consolación de Jeremías. En el versículo siguiente, (v. 16), el profeta anima al pueblo: Reprime tus sollozos y enjuga tus lágrimas…volverán tus hijos. El éxodo se realiza a pesar de tanto dolor. Los poderes enemigos son incapaces de impedir la realización del designio de Dios.

Este es el sentido simbólico del relato. No busquemos la realidad histórica a una matanza de la que no hay referencias históricas. Es mucho más y significa mucho más que un acto bárbaro, aislado. Es el sufrimiento que los poderes del mundo generan para impedir el éxodo del ser humano hacia Dios. Sufrimiento inútil, pues no logran parar ni al libertador ni a su esperanza. 

Herodes fue un gran asesino. Historiadores contemporáneos de Herodes han escrito listas detalladas de sus crímenes, pero no se encuentra huella por ningún lado de la supuesta matanza de Belén, un hombre sin escrúpulos que mató a los propios hijos, pero el único crimen que históricamente no se le puede imputar es la matanza de los niños de Belén. Aquí, el evangelista ha querido establecer un paralelismo con lo sucedido en la historia de Israel. ¿Qué hizo el faraón? Decidió aniquilar a todos los niños varones de Israel. La historia, pues, se repite. Estamos ante un nuevo faraón, Herodes, que decide acabar con todos los niños. Son, pues, indicaciones teológicas[1], no son datos de crónica histórica.

Así precisamente fueron escritos los evangelios. No se proponen transmitir relatos refrenables históricamente –aunque contienen elementos históricos-, sino transmitir verdades. Y, ¿cómo lo hacen? De una manera visual, comprensible a todos, como lo son las pinturas. Cuando se estudia arte se comprende la necesidad de unas claves de interpretación brindadas por el artista para percibir toda la riqueza de significados presentes en una obra. En suma, el evangelista no pretende referir uno de los numerosos crímenes que Herodes perpetró. Está haciendo una lectura teológica del personaje. Quiere mostrar cuál es la respuesta que el poder ofrece a los dones de Dios.
Todos conocemos el relato de la Pascua. Según el libro del Éxodo, Dios, para liberar a una pequeña tribu de beduinos, cumple un exterminio totalmente desproporcionado. En comparación, la matanza de los niños que ordena Herodes no pasa de ser un “juego de niños”. Y, ¿cuál es la verdad? Que Dios está siempre de la parte del más débil, nunca se alía con el más fuerte. Se pone al lado del humillado, no junto al que humilla; se hace uno con el vencido, no con el vencedor.

19Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto 20y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño. 21Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró a Galilea.
Tarde o temprano el poderoso/opresor muere. El ángel del Señor permanece y guía de nuevo. La salvación viene de Dios y de la obediencia y prontitud humana.
Los que detentan el poder pasan, pero el poder se perpetúa con las mismas características en los engendrados por él (Arquéalo). El término padre (sucesor de su padre Herodes) indica no solo generación, sino identidad de comportamiento.

Judea no recibe ni al niño ni a su familia. Se retiran a Galilea, igual que antes a Egipto huyendo. Judea/los judíos no le reciben; la Galilea de los gentiles sí. Galilea toma el papel preponderante en Mateo. A Judea, Jesús, solo va a morir, es el lugar de la muerte. Las apariciones del Resucitado también son en Galilea.
Con los magos se nos dice que los paganos pueden llegar a Jesús. Ahora en este texto se nos dice que es Jesús quien se instala entre los gentiles, es la legitimación de la apertura de la Iglesia de Mateo a los gentiles.

23Y se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.
Este versículo plantea un problema: no hay manera de encontrar en la Biblia esta cita. Presenta la cita como un oráculo de los profetas en plural que nos indica que puede ser, o bien, de los profetas mayores y menores (que si hacen referencia al término “nezer”, significa el retoño-germen-descendiente de David); o bien, a los profetas anteriores (Jos, Jue, Sam, Re). En Jue 13,5-7 si aparece el término “naziraios”, referido a Sansón, “consagrado” que entrega su vida para acabar con el poder opresor/pecado. También a los seguidores del bautista se les llamaba “nazaraios” (observantes).
Probablemente Mateo hace un juego de palabras que alude a todas estas realidades: el retoño descendiente de David; el consagrado como Sansón que muere para salvar; el observante que históricamente estuvo unido a Juan bautista; el que vivió toda su vida en Nazaret.

Los personajes que aparecen en el capítulo dos de Mateo son figuras representativas. Algunas son personajes reales (José, María, sumo sacerdote, pueblo) y otras probablemente no (magos).
·         Los Magos, representan a la humanidad inquieta y deseosa de salvación. Al ser humano capaz de reconocer la intervención de Dios en la historia, y a los que están dispuestos a todo esto para encontrase con ella.
·         Herodes y Arquelao, representan al poder político. Siempre celoso de su hegemonía y temeroso, capaz de las mayores atrocidades para mantenerse; hipócrita, mentiroso y asesino.
·         Los jerarcas e intelectuales representan a los que saben y conocen pero no participan. Instalados en su posición de privilegio, ni desean  ni esperan un cambio.
·         El pueblo, seducido por los Herodes y escribas del mundo. Viven sometidos e identificados con esos parámetros.
·         José y María son la nueva comunidad obediente y pronta, que no se separa de Jesús. Una comunidad formada por José, el Israel fiel, y por María, los gentiles, la comunidad que es concebida sin concurso del “padre”, judaísmo.

En este sentido, los relatos de la infancia adquieren sentido universal, válido para el ser humano de cualquier condición y época. Tienen sentido dentro del evangelio/catequesis de Mateo. 



[1] “Indicaciones teológicas” significa elementos que indican una verdad, aunque no se trate de un hecho histórico. En la mentalidad oriental, lo que es verdadero no debe ser necesariamente histórico. En occidente, al contrario, lo que es verdadero debe siempre corresponder a un hecho histórico, comprobable. Por eso, una cosa es la historia y otra cosa es la verdad. Lo que no es histórico, no es verdad. En oriente, lo que importa es transmitir la verdad, con independencia de sus connotaciones históricas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario