VIERNES
30 DE DICIEMBRE, FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
13Cuando ellos se retiraron, el
ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño
y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14José se levantó, tomó al
niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se quedó hasta la
muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del
profeta: De Egipto llamé a mi hijo (Os 11,1).
16Al
verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los
niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo
por lo que había averiguado de los magos.
17Entonces
se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: 18Un grito se
oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y
rehúsa el consuelo, porque ya no viven.
19Cuando
murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en
Egipto 20y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a
la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del
niño. 21Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra
de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como
sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se retiró
a Galilea 23y se estableció en una ciudad llamada Nazaret.
Así se cumplió
lo dicho por medio de los profetas, que se llamaría nazareno.
1. COMENTARIO
13Cuando
ellos se retiraron, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo
te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 14José se
levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto 15y se
quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por
medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo Os 11,1.
Aparece en primer término la figura de José, asociado al patriarca José. Al
igual que José, salva a su familia llevándola a Egipto (Gén 45-46) para luego
volver a la tierra prometida. Con Jesús comienza un nuevo Israel. Jesús va a
realizar el definitivo éxodo a la auténtica tierra prometida. Por esto, Mateo
lo baja a Egipto, para meternos en la dinámica de la salvación definitiva de la
que fue imagen el primer éxodo.
El niño ocupa el puesto central, toma contigo al niño y a su madre. José
representa al Israel fiel y María a la nueva comunidad (gentiles). Ambos unidos
por Jesús. La nueva humanidad cristiana es invitada a realizar el nuevo éxodo
del Mesías. El resto de Israel (José), que había tenido la experiencia del
éxodo de Moisés, recibe el encargo de ir a Egipto. En Jesús se consuma, llega a
plenitud la salida de Egipto.
16Al
verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los
niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo
por lo que había averiguado de los magos.
17Entonces
se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: 18Un grito se
oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y
rehúsa el consuelo, porque ya no viven. (Jr 31,15)
Volvamos a la imagen del tríptico, que
apuntábamos en el contexto. A un lado, Israel fiel /José; en el centro, el
éxodo, la presencia de Dios, la comunidad cristiana formada por Cristo; al otro
lado, la nueva comunidad /María; y recorriendo toda la escena la opresión, el
poder, la muerte. Todo escrito simbólicamente, pero real como la vida misma.
El pasaje está en relación con Éx 1. Entonces
lo negativo, la opresión, trata de acabar con el libertador. Mateo, en esta
ocasión, busca como referencia el cumplimiento de Jer 31,15:
·
Le sirve para descubrir el dolor externo, el
sufrimiento real del mal en el mundo, del ser humano en éxodo.
·
Y al mismo tiempo, es un canto de esperanza. La cita forma parte de un canto de esperanza
perteneciente al libro de la consolación de Jeremías. En el versículo
siguiente, (v. 16), el profeta anima al pueblo: Reprime tus sollozos y enjuga tus lágrimas…volverán tus hijos. El
éxodo se realiza a pesar de tanto dolor. Los poderes enemigos son incapaces de
impedir la realización del designio de Dios.
Este es el sentido simbólico del relato. No
busquemos la realidad histórica a una matanza de la que no hay referencias
históricas. Es mucho más y significa mucho más que un acto bárbaro, aislado. Es
el sufrimiento que los poderes del mundo generan para impedir el éxodo del ser
humano hacia Dios. Sufrimiento inútil, pues no logran parar ni al libertador ni
a su esperanza.
Herodes fue un gran asesino. Historiadores contemporáneos de Herodes han
escrito listas detalladas de sus crímenes, pero no se encuentra huella por
ningún lado de la supuesta matanza de Belén, un hombre sin escrúpulos que mató
a los propios hijos, pero el único crimen que históricamente no se le puede
imputar es la matanza de los niños de Belén. Aquí, el evangelista ha querido
establecer un paralelismo con lo sucedido en la historia de Israel. ¿Qué hizo
el faraón? Decidió aniquilar a todos los niños varones de Israel. La historia,
pues, se repite. Estamos ante un nuevo faraón, Herodes, que decide acabar con
todos los niños. Son, pues, indicaciones teológicas[1], no son
datos de crónica histórica.
Así precisamente fueron escritos los evangelios. No se proponen
transmitir relatos refrenables históricamente –aunque contienen elementos
históricos-, sino transmitir verdades. Y, ¿cómo lo hacen? De una manera visual,
comprensible a todos, como lo son las pinturas. Cuando se estudia arte se
comprende la necesidad de unas claves de interpretación brindadas por el
artista para percibir toda la riqueza de significados presentes en una obra. En
suma, el evangelista no pretende referir uno de los numerosos crímenes que
Herodes perpetró. Está haciendo una lectura teológica del personaje. Quiere
mostrar cuál es la respuesta que el poder ofrece a los dones de Dios.
Todos conocemos el relato de la Pascua. Según el libro del Éxodo, Dios,
para liberar a una pequeña tribu de beduinos, cumple un exterminio totalmente
desproporcionado. En comparación, la matanza de los niños que ordena Herodes no
pasa de ser un “juego de niños”. Y, ¿cuál es la verdad? Que Dios está siempre
de la parte del más débil, nunca se alía con el más fuerte. Se pone al lado del
humillado, no junto al que humilla; se hace uno con el vencido, no con el
vencedor.
19Cuando
murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en
Egipto 20y le dijo: Levántate, coge al niño y a su madre y vuelve a
la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del
niño. 21Se levantó, tomó al niño y a su madre y volvió a la tierra
de Israel. 22Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como
sucesor de su padre Herodes tuvo miedo de ir allá. Y avisado en sueños se
retiró a Galilea.
Tarde
o temprano el poderoso/opresor muere. El ángel
del Señor permanece y guía de nuevo. La salvación viene de Dios y de la
obediencia y prontitud humana.
Los que detentan el poder pasan, pero el
poder se perpetúa con las mismas características en los engendrados por él
(Arquéalo). El término padre (sucesor
de su padre Herodes) indica no solo generación, sino identidad de
comportamiento.
Judea no recibe ni al niño ni a su familia. Se
retiran a Galilea, igual que antes a Egipto huyendo. Judea/los judíos no le
reciben; la Galilea de los gentiles sí. Galilea toma el papel preponderante en
Mateo. A Judea, Jesús, solo va a morir, es el lugar de la muerte. Las apariciones
del Resucitado también son en Galilea.
Con los magos se nos dice que los paganos
pueden llegar a Jesús. Ahora en este texto se nos dice que es Jesús quien se
instala entre los gentiles, es la legitimación de la apertura de la Iglesia de Mateo
a los gentiles.
23Y se estableció en una ciudad
llamada Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que se
llamaría nazareno.
Este versículo plantea un problema: no hay
manera de encontrar en la Biblia esta cita. Presenta la cita como un oráculo de
los profetas en plural que nos indica que puede ser, o bien, de los profetas
mayores y menores (que si hacen referencia al término “nezer”, significa el
retoño-germen-descendiente de David); o bien, a los profetas anteriores (Jos,
Jue, Sam, Re). En Jue 13,5-7 si aparece el término “naziraios”, referido a
Sansón, “consagrado” que entrega su vida para acabar con el poder
opresor/pecado. También a los seguidores del bautista se les llamaba
“nazaraios” (observantes).
Probablemente Mateo hace un juego de palabras
que alude a todas estas realidades: el retoño descendiente de David; el
consagrado como Sansón que muere para salvar; el observante que históricamente
estuvo unido a Juan bautista; el que vivió toda su vida en Nazaret.
Los personajes que aparecen en el capítulo
dos de Mateo son figuras representativas. Algunas son personajes reales (José,
María, sumo sacerdote, pueblo) y otras probablemente no (magos).
·
Los Magos,
representan a la humanidad inquieta y deseosa de salvación. Al ser humano capaz
de reconocer la intervención de Dios en la historia, y a los que están
dispuestos a todo esto para encontrase con ella.
·
Herodes y
Arquelao, representan al poder político. Siempre celoso de su hegemonía y
temeroso, capaz de las mayores atrocidades para mantenerse; hipócrita,
mentiroso y asesino.
·
Los
jerarcas e intelectuales representan a los que saben y conocen pero no
participan. Instalados en su posición de privilegio, ni desean ni esperan un cambio.
·
El pueblo, seducido por los Herodes y escribas
del mundo. Viven sometidos e identificados con esos parámetros.
·
José y
María son la nueva comunidad obediente y pronta, que no se separa de Jesús.
Una comunidad formada por José, el Israel fiel, y por María, los gentiles, la
comunidad que es concebida sin concurso del “padre”, judaísmo.
En este sentido, los relatos de la infancia
adquieren sentido universal, válido para el ser humano de cualquier condición y
época. Tienen sentido dentro del evangelio/catequesis de Mateo.
[1] “Indicaciones
teológicas” significa elementos que indican una verdad, aunque no se trate de
un hecho histórico. En la mentalidad oriental, lo que es verdadero no debe ser
necesariamente histórico. En occidente, al contrario, lo que es verdadero debe
siempre corresponder a un hecho histórico, comprobable. Por eso, una cosa es la
historia y otra cosa es la verdad. Lo que no es histórico, no es verdad. En
oriente, lo que importa es transmitir la verdad, con independencia de sus
connotaciones históricas.
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