DOMINGO DE RAMOS
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad se sobresaltó
preguntando:
-
¿Quién
es este?
La multitud contestaba: «Es el profeta Jesús, de
Nazaret de Galilea».
No parece que
fueras muy conocido,
o al menos,
por parte de la gente,
aunque imagino
que si por las autoridades,
dedicadas a
controlar cada movimiento que pudiera suponer un amenaza para su anclado poder.
Pero, me llama
la atención,
la sencilla
definición: Jesús, el profeta, de Nazaret
de Galilea.
No hay en
estas palabras grandes halagos,
precisamente creo
que lo contrario,
dado la fama
que tenía los galileos para la ente de la capital Jerusalén;
Jesús,
profeta, Nazaret, Galilea.
Me suenan a
palabras que indican sencillez,
resuenan a humanidad
son pretensiones,
no hay grandes
descripciones:
hijo de…
poseedor de… adinerado de… dueño de… noble de… rey de….
NO.
Suenan a las
de San Pablo a los Filipenses: pasó por
uno de tantos.
Son las palabras del ángel a José: le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Y para eso te entregas y vas a Jerusalén,
siendo consciente de que tu vida corre
peligro.
Hay demasiados pecadores que salvar,
hay demasiado sufrimiento,
hay demasiada miseria,
Abusos, injusticias, exclusiones,
Llama la atención lo de profeta….
No sé con que sentido lo dirían,
Pero eres el profeta Ungido por el
Espíritu
para hacer otro mundo posible,
anunciar la buena noticia de Dios
y denunciar que no estamos haciendo un
mundo según la bondad y la ternura del Padre… por eso sufrimos tanto.
Resuenan las palabras del ángel en la Resurrección:
Volved a Galilea, allí le encontréis…
Hay que volver a las tareas de cada
día,
para encontrarnos con el Resucitado
en lo cotidiano de cada día.
No creo que te encuentre en los
palacios ni lo espectacular,
en el imperialismo ni en los tanques,
sino en una borriquilla anunciando la
paz;
no creo que nos encontremos entre los
poderosos de rancios abolengos,
sino procedentes de pueblos de mala
fama;
no nos encontraremos arriba, en lo
alto,
sino en lo bajo, en el barro, en lo
profundo.
Amén.
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