domingo, 3 de diciembre de 2017

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DOMINGO

Marcos 1,1-8

1 1Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2Como está escrito en el profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; 3una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos"; 4se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. 5Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. El los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados.
6Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de
saltamontes y miel silvestre.
 7Y proclamaba: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. 8Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

COMENTARIO
1 1Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2Como está escrito en el profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino (Ex 23,20); 3una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos"; (Is 40,3).
En la misión de Juan se resume la función de todo el AT: preparar el camino del Señor, exhortando a un cambio de vida. En la línea con lo anunciado por los profetas.
Al citar conjuntamente los dos textos del AT (Éx 23,20, Is 40,3),  Marcos identifica el camino de Jesús (v.2) con el de Dios (v.3).

Una voz grita en el desierto, es decir, desde los orígenes, entrañas, raíz. Para escuchar esa voz hay que hacer desierto, despojarse de las apariencias, de la ciudad, del teatro, de las máscaras de la vida. Desde lo profundo siempre grita la voz, pero puedes no irla, ahogarla, silenciarla con “tu ciudad”, tu civilización, tus formas.
 
Preparad... Es exhortativo, no impositivo ni imperativo. Se exhorta a todos (en plural): todos debemos cambiar. La salvación no es cosa solo de Dios. Él exhorta y nos potencia, sin esto sería imposible, pero somos nosotros los que debemos ponernos manos a la obra.
Es nuestro interior, en nuestro código genético están sus sendas, a nosotros nos toca enderezarlas, ponerlas en orden para que nos lleven al camino salvador.
Hace referencia al éxodo. Se trata de la nueva creación y del auténtico éxodo. No hay que imaginar desiertos físicos; son imágenes que nos remiten a la creación nueva y al éxodo definitivo.

Esto indica que la actividad de Jesús será la de Dios mismo, y, como lo sugieren los dos textos citados, su obra consistirá en realizar un éxodo, liberando de un estado de opresión y conduciendo a una tierra prometida, figura de una sociedad humana justa y fraterna.

4se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Juan significa en hebreo: “Misericordia de Dios”. El auténtico mensajero y precursor de Dios es la misericordia:
·         Cuando Dios actúa lo hace a través de hombres/mujeres con trazas de misericordia.
·         Dios no actúa de un modo espectacular o milagrero, solo actúa a través de seres humanos con trazas de misericordia.
·         Todo ser humano que actúa con misericordia es precursor, te habla y transparenta al Misericordioso que te puede transformar.
Solo la misericordia transforma al ser humano.

De Juan solo interesa su nombre y su actividad: bautizar.
Bautizar no solo significa echar agua por la cabeza, tiene más connotaciones:
·         Es entrar en contacto con el agua, con la vida; y entramos en contacto de dos maneras:
o   Sumergiéndote en ella, simboliza la muerte. Morir a lo viejo para renacer limpio.
o   Empapándote de la que viene de arriba. Es dejar que me llueva de arriba (Espíritu) para tener nueva vida.
·         Esto es lo que hay que hacer y a esto estamos llamados todos, a ser como Juan:
o   Dejar que la misericordia de Dios se manifieste.
o   Y que nuestra actividad sea morir a lo viejo y renacer al Espíritu de arriba.

Sino bajas hasta allí, hasta tu raíz, no descubrirás nada y solo el que baja allí tiene algo que decir y ese algo es atractivo y nuevo. Juan se sitúa en el desierto, mostrando su ruptura con la sociedad existente y recordando los orígenes de Israel.
No se enfrenta a las instituciones, se dirige a los individuos:
·         Les hace tomar conciencia de que todos, por sus injusticias personales, confesaban sus pecados, son responsables de la situación social injusta.
·         Todos han de rectificar su conducta si aspiran a un cambio en la sociedad.

Un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.  “metanoia”, cambio de mente, algo interno que se traduce en cambio de conducta, algo externo.
El bautismo era un rito que se usaba en la antigüedad para simbolizar el cambio de vida (pasar de la esclavitud a la libertad), por eso los cristianos lo toman para simbolizar lo mismo. Lo importante no es la materialidad, sino el símbolo (creer que uno se salva o no por la materialidad de derramar agua física no vale para nada)

El bautismo o inmersión en el río simboliza para cada uno la muerte a su pasado de injusticia; el cambio de vida cancelará ese pasado pecador, perdón de los pecados.
Así prepara Juan el camino del Señor, siguiendo la línea de la predicación profética (Is 1,17s).

Solo pude haber perdón si hay cambio de actitud con el ser humano, si te acercas a él manifestando la “misericordia de Dios”: Juan.
El término que parece es pecados en general, sin especificar; se refiere a la injusticia y al daño al prójimo, en general, en especial al más débil.

5Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. El los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados.
Históricamente no fue así. No salió toda Judea (todo el pueblo), toda Jerusalén (toda la clase dirigente). Significa:
·         todo ser humano (fiel o clase dirigente) tiene necesidad de salir;
·         todo ser humano ha de hacer éxodo.
Salen todos, pero cada persona tiene que hacer el propio proceso. Salen todos pero van como masa amorfa, no son comunidad, van sin vínculos, anónimos, sin nombre.
En la medida que caminas hacia la misericordia de Dios nacerá el vínculo del amor y la hermandad y tu éxodo será un camino humano y salvador.

La respuesta masiva al pregón de Juan es prueba y manifestación del descontento general con la situación. Fue saliendo, como en el éxodo de Egipto (Éx 13,4.8; Dt 11.10, etc.): el país judío es ahora tierra de opresión.

El lugar hacia el que se va es el rio Jordán no solo es un riachuelo de Oriente medio; significa la frontera, el límite al que tengo que llegar, el sitio que tengo que cruzar para llegar al otro lado, a la tierra prometida, a la salvación y solo puedo cruzar si mi actitud es la misericordia y me he bautizado en esos principios.

El Jordán es un riachuelo físico utilizado como símbolo, es la frontera que hay que cruzar para llegar a la tierra prometida. El relato está basado en el éxodo de Egipto: lo cruzan de oriente a occidente. El éxodo de Elías: lo cruza de occidente a oriente.
La tierra prometida no está en ninguna de sus orillas. Lo que hay que hacer para llegar a la auténtica tierra de promisión es:
·         Acercarse a la misericordia de Dios, a Juan.
·         Bautizarse, cambiar de mentalidad, hacerte misericordia.
·         Ir hasta el lugar del que desciende =Jordán.
·         Allí desciende el Espíritu, que es el que con su fuerza y tu cambio te puede ascender y llevar a la auténtica tierra de promisión.
El río Jordán era en tiempo de Josué la frontera de la tierra prometida (Núm 13,29; Jos 4,5; 5,1) y anunciaba el final del éxodo; su mención hace esperar una nueva tierra, pero fuera de los límites del país judío.
El texto marca una oposición entre el desierto y Jerusalén (incluidos los vecinos de Jerusalén): el pueblo no va a buscar el perdón en el templo, sino en el lugar donde está el profeta.

6Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de
saltamontes y miel silvestre.
Marcos condensa en la figura de Juan Bautista la expectación y el anhelo del AT por una liberación definitiva de Israel, para la que se requiere, según la predicación profética, un cambio de vida.
Asimilándolo a la figura del profeta Elías, Marcos presenta a Juan Bautista como el precursor inmediato del Mesías que llega, que será el instaurador de una sociedad nueva (el reino de Dios) y el creador de un hombre nuevo (el reinado de Dios).

Marcos describe a Juan con rasgos de profeta, en particular con los de Elías (2 Re 1,8: correa de cuero), al que se tenía por precursor del Mesías (Mal 3,23).
En la mentalidad popular quien anunciaba la llegada del Mesías sería un profeta. Por eso Marcos lo describe vestido como el profeta Elías. Viste como Elías pero su comportamiento es muy diferente. Hemos concebido mal a Dios y debemos rectificar nuestros caminos y comportamientos: los celosos y fanáticos de la religión están lejos de los caminos de Dios; el que es misericordioso refleja a Dios, trae su Espíritu y me cambia, no me aniquila (como Elías), perdona mis pecados.

La comida es símbolo para decirnos: ¿de qué pensamientos te alimentas, que le echas de comer a tu mente? ¿te alimentas de pensamientos nómadas, que es lo que realmente eres, o te alimentas de los pensamientos sedentarios de tu mundo y de tu sociedad? Aquí está nueva dieta: alimento silvestre, no elaborado no contaminado por la ideología imperante; alimento natural, sano y nutritivo propio del que se sabe nómada y en consecuencia está en movimiento constante.

7Y proclamaba: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias.
Juan no se considera protagonista, anuncia la llegada de otro superior a él, que el lector identifica con Jesús.
Será superior a él en fuerza, pues poseerá la plenitud del Espíritu; en su misión, que consistirá en fundar un nuevo pueblo, una sociedad nueva, la Nueva Alianza (Mc 14,24),
pues el papel de Esposo, propio de Dios en el AT (Os 2,4ss; Is 54,62; Jer 2; Ez 10), corresponde ahora a Jesús (2,19s); así lo supone la frase no soy quién para ... desatarle la correa de las sandalias, que alude a la ley judía del levirato: quitar la sandalia significaba apropiarse del derecho de esposo (Rut 3,5-11). Si el esposo auténtico renunciaba a fecundar , perdería su derecho y le desataban las sandalias y el que se lo desataba adquiría el derecho. Aquí, Dios no renuncia a fecundar al ser humano sino que es el único que tiene fuerza para hacerlo. El auténtico precursor sabe esto y lo proclama. La antigua alianza es estéril, solo el que viene, Jesús, es capaz de llenarnos de vida, fecundarnos y no renuncia a su derecho de hacerlo. 

8Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
La actividad del Mesías consiste en infundir el Espíritu (Is 44,3-5; Ez 36,26-28):
·         Equivale a viento, aliento de vida y por tanto es sinónimo de Dios (el que me hace vivir)
·         Es el único que puede transformar, fecundar, llevar a plenitud al ser humano.
·         Potencia y consagra al hombre, Santo/ santificador, (a esto se le llama bautismo) el hombre nuevo será el fundamento y el artífice de la nueva sociedad, etapa terrena del reino de Dios.



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