
DOMINGO
Marcos 1,1-8
1 1Comienzo del
Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2Como
está escrito en el profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti, el
cual preparará tu camino; 3una voz grita en el desierto:
"Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos"; 4se
presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión
para el perdón de los pecados. 5Acudía a él toda la región de Judea
y toda la gente de Jerusalén. El los bautizaba en el río Jordán y confesaban
sus pecados.
6Juan
iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se
alimentaba de
saltamontes y miel silvestre.
7Y proclamaba:
Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para
desatarle la correa de sus sandalias. 8Yo os he bautizado con agua,
pero él os bautizará con Espíritu Santo.
COMENTARIO
1 1Comienzo del
Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2Como
está escrito en el profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti, el
cual preparará tu camino (Ex
23,20); 3una voz grita en el
desierto: "Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos"; (Is
40,3).
En
la misión de Juan se resume la función de todo el AT: preparar el camino del
Señor, exhortando a un cambio de vida. En la línea con lo anunciado por los
profetas.
Al
citar conjuntamente los dos textos del AT (Éx 23,20, Is 40,3), Marcos identifica el camino de Jesús (v.2)
con el de Dios (v.3).
Una voz grita en
el desierto,
es decir, desde los orígenes, entrañas, raíz. Para escuchar esa voz hay que
hacer desierto, despojarse de las apariencias, de la ciudad, del teatro, de las
máscaras de la vida. Desde lo profundo siempre grita la voz, pero puedes no
irla, ahogarla, silenciarla con “tu ciudad”, tu civilización, tus formas.
Preparad... Es exhortativo, no impositivo
ni imperativo. Se exhorta a todos (en plural): todos debemos cambiar. La
salvación no es cosa solo de Dios. Él exhorta y nos potencia, sin esto sería
imposible, pero somos nosotros los que debemos ponernos manos a la obra.
Es
nuestro interior, en nuestro código genético están sus sendas, a nosotros nos
toca enderezarlas, ponerlas en orden para que nos lleven al camino salvador.
Hace
referencia al éxodo. Se trata de la nueva creación y del auténtico éxodo. No
hay que imaginar desiertos físicos; son imágenes que nos remiten a la creación
nueva y al éxodo definitivo.
Esto
indica que la actividad de Jesús será la de Dios mismo, y, como lo sugieren los
dos textos citados, su obra consistirá en realizar un éxodo, liberando de un
estado de opresión y conduciendo a una tierra prometida, figura de una sociedad
humana justa y fraterna.
4se
presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión
para el perdón de los pecados.
Juan
significa en hebreo: “Misericordia de Dios”. El auténtico mensajero y precursor
de Dios es la misericordia:
·
Cuando
Dios actúa lo hace a través de hombres/mujeres con trazas de misericordia.
·
Dios
no actúa de un modo espectacular o milagrero, solo actúa a través de seres
humanos con trazas de misericordia.
·
Todo
ser humano que actúa con misericordia es precursor, te habla y transparenta al
Misericordioso que te puede transformar.
Solo
la misericordia transforma al ser humano.
De
Juan solo interesa su nombre y su actividad: bautizar.
Bautizar
no solo significa echar agua por la cabeza, tiene más connotaciones:
·
Es
entrar en contacto con el agua, con la vida; y entramos en contacto de dos maneras:
o
Sumergiéndote
en ella, simboliza la muerte. Morir a lo viejo para renacer limpio.
o
Empapándote
de la que viene de arriba. Es dejar que me llueva de arriba (Espíritu) para
tener nueva vida.
·
Esto
es lo que hay que hacer y a esto estamos llamados todos, a ser como Juan:
o
Dejar
que la misericordia de Dios se manifieste.
o
Y
que nuestra actividad sea morir a lo viejo y renacer al Espíritu de arriba.
Sino
bajas hasta allí, hasta tu raíz, no descubrirás nada y solo el que baja allí
tiene algo que decir y ese algo es atractivo y nuevo. Juan se sitúa en el
desierto, mostrando su ruptura con la sociedad existente y recordando los
orígenes de Israel.
No
se enfrenta a las instituciones, se dirige a los individuos:
·
Les
hace tomar conciencia de que todos, por sus injusticias personales, confesaban sus pecados, son responsables
de la situación social injusta.
·
Todos
han de rectificar su conducta si aspiran a un cambio en la sociedad.
Un bautismo de conversión para
el perdón de los pecados. “metanoia”, cambio de mente, algo interno
que se traduce en cambio de conducta, algo externo.
El
bautismo era un rito que se usaba en la antigüedad para simbolizar el cambio de
vida (pasar de la esclavitud a la libertad), por eso los cristianos lo toman
para simbolizar lo mismo. Lo importante no es la materialidad, sino el símbolo
(creer que uno se salva o no por la materialidad de derramar agua física no
vale para nada)
El
bautismo o inmersión en el río simboliza para cada uno la muerte a su pasado de
injusticia; el cambio de vida cancelará ese pasado pecador, perdón de los pecados.
Así
prepara Juan el camino del Señor, siguiendo la línea de la predicación
profética (Is 1,17s).
Solo
pude haber perdón si hay cambio de actitud con el ser humano, si te acercas a
él manifestando la “misericordia de Dios”: Juan.
El
término que parece es pecados en
general, sin especificar; se refiere a la injusticia y al daño al prójimo, en
general, en especial al más débil.
5Acudía
a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. El los bautizaba en
el río Jordán y confesaban sus pecados.
Históricamente
no fue así. No salió toda Judea (todo el pueblo), toda Jerusalén (toda la clase
dirigente). Significa:
·
todo
ser humano (fiel o clase dirigente) tiene necesidad de salir;
·
todo
ser humano ha de hacer éxodo.
Salen
todos, pero cada persona tiene que hacer el propio proceso. Salen todos pero
van como masa amorfa, no son comunidad, van sin vínculos, anónimos, sin nombre.
En
la medida que caminas hacia la misericordia de Dios nacerá el vínculo del amor
y la hermandad y tu éxodo será un camino humano y salvador.
La
respuesta masiva al pregón de Juan es prueba y manifestación del descontento
general con la situación. Fue saliendo, como en el éxodo de Egipto (Éx 13,4.8;
Dt 11.10, etc.): el país judío es ahora tierra de opresión.
El
lugar hacia el que se va es el rio Jordán no solo es un riachuelo de Oriente
medio; significa la frontera, el límite al que tengo que llegar, el sitio que
tengo que cruzar para llegar al otro lado, a la tierra prometida, a la
salvación y solo puedo cruzar si mi actitud es la misericordia y me he
bautizado en esos principios.
El
Jordán es un riachuelo físico utilizado como símbolo, es la frontera que hay
que cruzar para llegar a la tierra prometida. El relato está basado en el éxodo
de Egipto: lo cruzan de oriente a occidente. El éxodo de Elías: lo cruza de
occidente a oriente.
La
tierra prometida no está en ninguna de sus orillas. Lo que hay que hacer para
llegar a la auténtica tierra de promisión es:
·
Acercarse
a la misericordia de Dios, a Juan.
·
Bautizarse,
cambiar de mentalidad, hacerte misericordia.
·
Ir
hasta el lugar del que desciende =Jordán.
·
Allí
desciende el Espíritu, que es el que con su fuerza y tu cambio te puede
ascender y llevar a la auténtica tierra de promisión.
El
río Jordán era en tiempo de Josué la frontera de la tierra prometida (Núm
13,29; Jos 4,5; 5,1) y anunciaba el final del éxodo; su mención hace esperar
una nueva tierra, pero fuera de los límites del país judío.
El
texto marca una oposición entre el desierto y Jerusalén (incluidos los vecinos
de Jerusalén): el pueblo no va a buscar el perdón en el templo, sino en el
lugar donde está el profeta.
6Juan
iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se
alimentaba de
saltamontes y miel silvestre.
Marcos
condensa en la figura de Juan Bautista la expectación y el anhelo del AT por
una liberación definitiva de Israel, para la que se requiere, según la
predicación profética, un cambio de vida.
Asimilándolo
a la figura del profeta Elías, Marcos presenta a Juan Bautista como el
precursor inmediato del Mesías que llega, que será el instaurador de una
sociedad nueva (el reino de Dios) y el creador de un hombre nuevo (el reinado
de Dios).
Marcos
describe a Juan con rasgos de profeta, en particular con los de Elías (2 Re
1,8: correa de cuero), al que se tenía por precursor del Mesías (Mal 3,23).
En
la mentalidad popular quien anunciaba la llegada del Mesías sería un profeta.
Por eso Marcos lo describe vestido como el profeta Elías. Viste como Elías pero
su comportamiento es muy diferente. Hemos concebido mal a Dios y debemos
rectificar nuestros caminos y comportamientos: los celosos y fanáticos de la
religión están lejos de los caminos de Dios; el que es misericordioso refleja a
Dios, trae su Espíritu y me cambia, no me aniquila (como Elías), perdona mis
pecados.
Su comida es la de un nómada, la de los beduinos, una
dieta muy nutritiva y sana. No indica ascetismo, es una dieta que te mantiene
fuerte y en forma si estás en movimiento permanente como los nómadas. Se sitúa
frente a la comida “pantagruélica” del sedentario. Se pone frente a la dieta de
tu sociedad que te quiere gordo para que no te muevas y así controlarte mejor y
atiborrado para que estés permanentemente dormido y no pienses.
La
comida es símbolo para decirnos: ¿de qué pensamientos te alimentas, que le
echas de comer a tu mente? ¿te alimentas de pensamientos nómadas, que es lo que
realmente eres, o te alimentas de los pensamientos sedentarios de tu mundo y de
tu sociedad? Aquí está nueva dieta: alimento
silvestre, no elaborado no contaminado por la ideología imperante; alimento
natural, sano y nutritivo propio del que se sabe nómada y en consecuencia está
en movimiento constante.
7Y
proclamaba: Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco
agacharme para desatarle la correa de sus sandalias.
Juan
no se considera protagonista, anuncia la llegada de otro superior a él, que el
lector identifica con Jesús.
Será
superior a él en fuerza, pues poseerá la plenitud del Espíritu; en su misión,
que consistirá en fundar un nuevo pueblo, una sociedad nueva, la Nueva Alianza
(Mc 14,24),
pues
el papel de Esposo, propio de Dios en el AT (Os 2,4ss; Is 54,62; Jer 2; Ez 10),
corresponde ahora a Jesús (2,19s); así lo supone la frase no soy quién para ... desatarle la correa de las sandalias, que
alude a la ley judía del levirato: quitar la sandalia significaba apropiarse
del derecho de esposo (Rut 3,5-11). Si el esposo auténtico renunciaba a
fecundar , perdería su derecho y le desataban las sandalias y el que se lo
desataba adquiría el derecho. Aquí, Dios no renuncia a fecundar al ser humano
sino que es el único que tiene fuerza para hacerlo. El auténtico precursor sabe
esto y lo proclama. La antigua alianza es estéril, solo el que viene, Jesús, es
capaz de llenarnos de vida, fecundarnos y no renuncia a su derecho de
hacerlo.
8Yo
os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
La
actividad del Mesías consiste en infundir el Espíritu (Is 44,3-5; Ez 36,26-28):
·
Equivale
a viento, aliento de vida y por tanto es sinónimo de Dios (el que me hace
vivir)
·
Es
el único que puede transformar, fecundar, llevar a plenitud al ser humano.
·
Potencia
y consagra al hombre, Santo/ santificador,
(a esto se le llama bautismo) el hombre nuevo será el fundamento y el artífice
de la nueva sociedad, etapa terrena del reino de Dios.
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