VIERNES
15 DE DICIEMBRE
Mateo 11,16-19
16¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños
sentados en la plaza, que gritan a otros: 17Hemos tocado la flauta,
y no habéis bailado; os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado. 18Porque
vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Tiene un demonio. 19Vino
el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tenéis a un comilón y
borracho, amigo de publícanos y pecadores. Pero la sabiduría se ha acreditado
por sus obras.
1. COMENTARIO
Jesús sigue hablando a las
multitudes, y va a hacer una dura crítica de los que no aceptaron a Juan ni lo
aceptan a él. No critica a la multitud que lo escucha, pues va a referirse a
terceras personas, dicen.
En este texto, al igual que en
otros, no se refiere Jesús a sus contemporáneos en general (sentido
cronológico), sino a aquellos que no aceptaron a Juan ni lo aceptan a él, es
decir, a los violentos del v. 12. No
han aceptado la austeridad de Juan ni aceptan la vida de Jesús, que no practica
la ascesis. Todo es para ellos motivo de crítica. Tomando pretexto de su
austeridad de vida, llaman a Juan loco, tiene
un demonio; quieren neutralizar la proclamación que anuncia el reinado de
Dios y exige la conversión, provocando un alejamiento de la institución judía
centrada en Jerusalén. El pueblo busca a
Dios en el profeta del desierto, no en su propia institución religiosa.
Lo que rechazan en Jesús es su
ruptura con los moldes de la cultura judía y su aceptación de los recaudadores
y pecadores en el reino de Dios, rompiendo los esquemas religiosos. Quieren
desacreditarlo. Toman pretexto de su vida no ascética para ridiculizar su
comportamiento, un comilón y un borracho,
e intentan difamarlo por tratar con gente despreciada, amigo de recaudadores y pecadores.
En el v.19, Jesús se designa como
el Hijo del Hombre, expresión de
profundo contenido teológico. Es el Hombre acabado, el portador del Espíritu de
Dios, no se sale de la sociedad como Juan para llevar una vida peculiar. Siendo
el Hombre la cima de lo humano, no se
avergüenza de ser hombre y asumir lo que es común a todo hombre. Con esto
rechaza Jesús que la praxis ascética signifique una ascensión en la perfección
humana.
La sabiduría de que habla Jesús
se refiere, sin duda, al plan de Dios. Él lo va actualizando con las obras del Mesías, con la liberación
del pueblo, la supresión de su estrechez nacionalista, la curación de sus
deficiencias. A la campaña difamatoria de sus enemigos opone Jesús los hechos
de su actividad. Para todo hombre de buena voluntad, son estos el criterio de
juicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario