domingo, 10 de diciembre de 2017

SEMANA II DE ADVIENTO

VIERNES

15 DE DICIEMBRE


Mateo 11,16-19
16¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: 17Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado. 18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Tiene un demonio. 19Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publícanos y pecadores. Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras.

1.    COMENTARIO
Jesús sigue hablando a las multitudes, y va a hacer una dura crítica de los que no aceptaron a Juan ni lo aceptan a él. No critica a la multitud que lo escucha, pues va a referirse a terceras personas, dicen.

En este texto, al igual que en otros, no se refiere Jesús a sus contemporáneos en general (sentido cronológico), sino a aquellos que no aceptaron a Juan ni lo aceptan a él, es decir, a los violentos del v. 12. No han aceptado la austeridad de Juan ni aceptan la vida de Jesús, que no practica la ascesis. Todo es para ellos motivo de crítica. Tomando pretexto de su austeridad de vida, llaman a Juan loco, tiene un demonio; quieren neutralizar la proclamación que anuncia el reinado de Dios y exige la conversión, provocando un alejamiento de la institución judía centrada en Jerusalén.  El pueblo busca a Dios en el profeta del desierto, no en su propia institución religiosa.
Lo que rechazan en Jesús es su ruptura con los moldes de la cultura judía y su aceptación de los recaudadores y pecadores en el reino de Dios, rompiendo los esquemas religiosos. Quieren desacreditarlo. Toman pretexto de su vida no ascética para ridiculizar su comportamiento, un comilón y un borracho, e intentan difamarlo por tratar con gente despreciada, amigo de recaudadores y pecadores.

En el v.19, Jesús se designa como el Hijo del Hombre, expresión de profundo contenido teológico. Es el Hombre acabado, el portador del Espíritu de Dios, no se sale de la sociedad como Juan para llevar una vida peculiar. Siendo el Hombre la cima de lo humano, no se avergüenza de ser hombre y asumir lo que es común a todo hombre. Con esto rechaza Jesús que la praxis ascética signifique una ascensión en la perfección humana.

La sabiduría de que habla Jesús se refiere, sin duda, al plan de Dios. Él lo va actualizando con las obras del Mesías, con la liberación del pueblo, la supresión de su estrechez nacionalista, la curación de sus deficiencias. A la campaña difamatoria de sus enemigos opone Jesús los hechos de su actividad. Para todo hombre de buena voluntad, son estos el criterio de juicio.

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