domingo, 7 de enero de 2018

SEMANA I

LUNES

8 DE ENERO

LUNES: Marcos 1,14-20
14Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; 15decía: Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio.
16Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. 17Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. 18Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. 19Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. 20A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

COMENTARIO
14Después de que Juan fue entregado,
El final de Juan es que lo entregaron. El precursor acaba siendo entregado a pesar de que muchos lo seguían. El final del precursor anuncia cual va ser el final del sucesor.
Con Juan acaban los círculos dirigentes que no aceptan su proclamación; si la de Jesús es continuación de la de Juan pero llevada a las últimas consecuencias, ya sabemos cómo acabará y por obra de quien.
Cuando hacen callar la voz de Juan, tomó el relevo la voz del que es más fuerte proclamando el mismo enmendaos/convertíos, por eso, en continuidad con la entrega:

Jesús se marchó a Galilea
En sana lógica debería decir volvió a Galilea pues en el v.9 ha dicho llegó desde Nazaret al Jordán, sin embargo (apareció) que indica un nuevo comienzo, porque así lo es:
-          este viaje no es la vuelta del primero, sino el que inaugura su misión;
-          no vuelve a Nazaret (esfera privada) sino a su Galilea, misión pública.
A diferencia de Juan que sacaba a la gente de la sociedad para llevarla al desierto, Jesús entra de lleno en el desierto de la sociedad y allí proclama el mensaje.
(No se trata de salir a ningún sitio, hay que cambiar desde dentro. No se trata de salir al desierto físico, donde salían los seguidores de los mesías de poder para hacer la revolución violenta, se trata de entrar en el desierto de tu vida y de tu sociedad e intentar transformarla).

A diferencia de Juan, Jesús no comienza por Judea sino por Galilea, lejos del centro político-religioso, es una región de mezcla, en un ambiente que le es familiar.
Que Jesús comenzó por Galilea es un hecho histórico que debemos aceptar. Resultó tan chocante que en seguida en Mateo (4,4-16) justifica esta presencia en Galilea recurriendo a Is 8,23-9,3 Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras de sombras y una luz les brilló. Las tinieblas /sombras son una metáfora de la opresión en los 3 sentidos que el poder oprime: fuerza-temor; dinero-sumisión; ideologización-comedura de cabeza.

A proclamar el Evangelio (Buena Noticia) de Dios.
Es importante el artículo, no se trata de una buena noticia más entre otras, sino de la esencial. Jesús mismo es la Buena Noticia de Dios: Dios es Padre, la salvación es universal, consiste en llevar a plenitud nuestro ser y nuestra vida por el camino de la entrega total, así somos como Dios y llegamos a ser en verdad hijos. La buena noticia es esta, que se concreta en Jesús que es nuestro modelo y camino y que nos da la fuerza (Espíritu) para llevarla a cabo.
Y esta buena noticia es de Dios, término universal en Marcos: No es el Señor, ni es Yahvé, no es solo para los judíos o cristianos solos, es para todos.
Juan anuncia a judíos y habla del Señor (preparad el camino del Señor), el Dios de Israel. Jesús continúa su mensaje pero lo hace universal.

 15decía: Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio.
No dice a quién lo decía. No se mencionan oyentes porque los oyentes son todos.
Lo primero que dice es: se acabó lo de antes. Ha llegado lo previsto. La Alianza Antigua ha acabado.
El reinado de Dios, la acción de Dios sobre el ser humano para plenificarlo, el Espíritu que cambia el curso de tu historia y tu visión de todo y que te llena y te lleva a plenitud, eso, está cerca (=está a tu alcance, depende de ti).
El reino/reinado de Dios, lo esperaban como una época de justicia, de paz, de prosperidad, y de plenitud, a ella se llegaría por la fuerza a través del Mesías de Dios que derrotaría a los de fuera y purificaría las instituciones de dentro. Luego, según la ideología de cada grupo, se hacía hincapié en uno u otro aspecto:
-          los saduceos:  vivían muy bien, no querían oír nada de cambios;
-          los fariseos: creían que el reino llegaría con la observancia meticulosa de la ley, pero no se comprometían en la mejora de la situación social (espiritualistas sin praxis);
-          los zelotas: el reino llega si tú te pones manos a la obra a través de la fuerza. Dios intervendrá milagrosamente y apoyará a los que nos hemos puesto manos a la obra.
El pueblo, evidentemente, simpatizaba por su situación con los zelotas, si bien, mentalmente también estaba influido por los fariseos; de aquí que las dificultades de Jesús con el pueblo o sus discípulos surjan por desmontarlos del reformismo extremo o violento y del reformismo moderado de apego a la ley.
Ni el espiritualismo fariseo que no se compromete con el cambio social y real.
Ni el activismo social violento que no se compromete con el camino existencial y profundo.
Y a la vez, todo esto universalizándolo: es para todos.
Y diciendo que el camino para conseguirlo es la entrega personal y la ayuda del Espíritu Santo. Y no es que alguien externo a mí (un mesías) viene a solucionarme las cosas y a sacarme las castañas del fuego. Soy yo quien cambiando (dejando que Dios establezca en mí su reinado) voy contribuyendo a que su reino se haga realidad en mi mundo.

Todo ha quedado a veces insinuado y, a veces, explicitado, en la escena del Bautismo que siendo la presentación del Mesías:
-          no ha aparecido como guerrero que va a imponer el reino por la fuerza;
-          la fuerza del Espíritu que bajaba del cielo y lo impulsa a recorrer el camino;
-          en el desierto no cede a la tentación del poder (fieras);
-          es presentado como esposo (la sandalia), la plenitud y la vida no vienen por la fuerza y el poder, sino por el amor, la alianza y los desposorios.
Esto es una novedad tan radical, que apenas la exponga en la sinagoga van a aparecer los gritos de los poseídos por el espíritu inmundo de la mentalidad opuesta (1,24ss).

Convertíos y creed la Buena Noticia.
Por lo tanto se trata de enmendarse, que etimológicamente viene de menda: error. Se trata de salir del error en el que estás y tener fe, confiar en esta buena noticia diferente.
-          En primer lugar se trata de una exhortación. Jesús no se impone ni es violencia externa; es un Mesías diferente.
-          En segundo lugar, el cambio no viene por algo externo (un mesías que da palos a los malos y soluciona las cosas mientras yo miro como espectador), es preciso la colaboración humana y el cambio interior profundo. La ruptura con la injusticia ha de hacerse desde dentro, desde uno mismo.

Jesús nos exhorta a tener fe en esta Buena Noticia, en este modo de suceder las cosas que no es ni espectacular, ni evidente, ni esencialmente externo.
Este reinado de Dios que viene exige confianza en que Dios actúa en el ser humano y en que el ser humano es capaz de responder.
¿Intervención divina? Sí, pero en el interior del ser humano. Junto con esta intervención de Dios es necesaria y decisiva la respuesta humana. Sin el ser humano interviniendo, tampoco viene el reino.

16Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. 17Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. 18Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. 19Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. 20A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Es la llamada a 4 (número de la universalidad: norte, sur, este y oeste) y entre sí son hermanos, dos de ellos tienen nombre griego: Simón y Andrés; y otros dos judío: Juan y Santiago.
La narración es esquemática, sin connotaciones psicológicas, no se indica ni el día ni hora (quizás lo único que se puede decir es que no era sábado porque estaban trabajando).
Quizás Marcos vaya a lo esencial y haya preferido dejarnos una llamada -modelo en la que cada cual puede ver reflejada su llamada. Quizás, dejando el esqueleto de la llamada pretenda en su catequesis decirnos cuales son los componentes esenciales de toda llamada y cuales los componentes esenciales de la respuesta.

·         Componentes de la llamada:
-          Una mirada: Vio. Toda llamada de Dios comienza con una mirada (Egipto: viola esclavitud; Ez 17: estabas tirado, revolcándote en la placenta pase y te vi). Todo comienza con la mirada de Dios. El hombre lo único que debe hacer es procurar no esconderse como Adán, Jonás o el mismo Judas.
-          Una palabra: les dijo. A la mirada le sigue una palabra creadora. Mirada y llamada son un don, si el hombre responde es porque primero Dios miró, bordeó el mar de mi vida y me llamó.
-          La urgencia: al instante. Como el tiempo se ha cumplido, es urgente llamar.

·         Componentes de la respuesta:
-          La fe: no hay ni una pregunta, ni un diálogo (en Juan por ejemplo ¿Dónde vives? Se fueron con él. Serán las 4 de la tarde). Lo que caracteriza al discípulo es la fe. No les dice lo que quiere o como se hará, solo los llamó. 
-          A su vez, el discípulo no pide explicaciones. Lo esencial de la respuesta es la fe. Lo esencial y la base de todo es la confianza.
-          Las exigencias, explicaciones o el significado ya se irán viendo.
-          El desprendimiento: Dejaron las redes… a su padre con los jornaleros.
-          Todo el que decide ponerse en camino tiene que estar en continuo desprendimiento. La vida del seguidor no es acaparar, sino desprenderse, entregar y entregarse.  El misterio de la vida es ser, no quedarse anclado y fijo en el tener. La vida es camino y el camino no es posible hacerlo con mucho equipaje.
-          El seguimiento: le siguieron…al instante. El acento de la vocación no está puesto en lo que dejan sino a quien sigo. Discípulo no es aquel que ha abandonado algo o aquel que se ha aprendido una doctrina, sino lo que le define es aquel que se ha encontrado con alguien.
-          Lo que caracteriza al discípulo no es la palabra aprender ni la palabra dejar, sino la palabra seguir. Evidentemente siguiendo, aprendes cosas y lo harás desprendiendo.

-          Dejarse hacer: haré de vosotros. Discípulo es el que se deja hacer, el que sabe que todo es proceso, el que tiene paciencia.
Al discípulo quien lo hace es Dios. Esforcémonos en no estorbarle mucho.
Discípulo es quien se está haciendo. Los que se sienten rematados, seguros y hechos del todo nos son discípulos. El discípulo siempre se está haciendo, está en proceso.
Esta es la historia de la llamada, de la vocación más brevemente contada. Solo una palabra seguidme. Solo una respuesta le siguieron.

Ambas, llamada y respuesta con urgencia: al instante. A Marcos le interesa solo lo esencial para crear la llamada modelo en la que todos quepan y se puedan ver reflejados. Y la pone al principio de todo porque en la teología de Mc el discípulo es muy importante. En Marcos Jesús no puede hacer nada sin los discípulos, por eso su primera actuación es elegirlos. La única vez en todo el evangelio que Jesús está con los discípulos es cuando los manda a predicar ¿Y qué sucede entonces? Que Marcos paraliza la historia hasta que vuelvan y se dedica a contarnos la muerte de Juan Bautista (6,13ss). 

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