Lunes,
Martes y Miércoles Santo
Introducción para todos los días
Guía:
En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Antífona inicial
Guía:
Pelea,
Señor, contra los que me atacan, guerrea contra los que me hacen guerra; empuña
el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio, Señor Dios, mi fuerte
salvador.
Lectura del Evangelio
Guía:
Con atención
escuchemos la Palabra de Dios.
Lector:
X Del Evangelio según san Juan. Jn 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde
vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron
una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una
libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se
los enjugó con su cabellera. Y la casa
se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo
iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos
denarios para dárselos a los pobres?». Esto lo dijo no porque le importasen los
pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que
iban echando.
Jesús dijo: «Déjala; lo tenía guardado para el día
de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí
no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba
allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado
de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar
también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en
Jesús.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se hace un momento de silencio reflexivo.
Padre Nuestro
Guía:
Fieles a la recomendación del Salvador y
siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Todos: Padre nuestro…
Oración final
Guía:
Concédenos, Dios
todopoderoso,
que, quienes
desfallecemos a causa de nuestra debilidad,
encontremos
aliento en la Pasión de tu Hijo Unigénito.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Guía: (mientras todos
hacen la señal de la cruz)
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
Antífona
inicial
Guía:
No me
entregues, Señor, a la saña de mis adversarios, porque se levantan contra mí
testigos falsos, que respiran violencia.
Lectura del
Evangelio
Guía:
Con atención escuchemos la Palabra de
Dios.
Lector:
X Del Evangelio
según san Juan. Jn 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, estando Jesús
a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio
diciendo: «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar». Los
discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a
la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por
quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿quién es?». Le contestó Jesús: «Aquel a quien yo le dé este trozo de
pan untado». Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás
del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo
pronto». Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas
guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario
para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió
inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el
Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él,
también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijitos, me queda poco de estar con
vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a
vosotros: «Donde yo voy no podéis venir vosotros». Simón Pedro le dijo: «Señor,
¿adónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me
seguirás más tarde». Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora?
Daré mi vida por ti». Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En
verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado
tres veces.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria
a ti, Señor Jesús.
Se hace un momento de silencio reflexivo.
Padre Nuestro
Guía:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
Todos: Padre nuestro…
Oración final
Guía:
Dios todopoderoso y
eterno,
concédenos
participar de tal modo
en las
celebraciones de la Pasión del Señor,
que merezcamos
tu perdón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Guía: (mientras todos
hacen la señal de la cruz)
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
Miércoles Santo
Antífona inicial
Guía:
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el
cielo, en la tierra, en el abismo: porque él se ha hecho obediente hasta la
muerte y una muerte de cruz; por eso es Señor, para gloria de Dios Padre.
Lectura del Evangelio
Guía:
Con
atención escuchemos la Palabra de Dios.
Lector:
X Del Evangelio según san Mateo. Mt 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los
Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué
estáis dispuestos a darme si os lo entrego?». Ellos se ajustaron con él en
treinta monedas de plata. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia
para entregarlo.
El primer día de
los Ácimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde
quieres que te preparemos la cena de Pascua?». Él contestó: «Id a la ciudad, a
casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: mi hora está cerca;
voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». Los discípulos cumplieron
las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
Al
atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «En verdad os
digo que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, muy entristecidos, se
pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?». Él respondió:
«El que ha metido conmigo la mano en la fuente, ese me va a entregar. El Hijo
del hombre se va como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo
del hombre es entregado!, ¡más le valdría a ese hombre no haber nacido!». Entonces
preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?». Él
respondió: «Tú lo has dicho».
Palabra
del Señor.
Todos: Gloria
a ti, Señor Jesús.
Padre Nuestro
Guía:
El amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y
esperanza:
Todos: Padre nuestro…
Oración final
Guía:
Oh, Dios que, para
librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo soportase por nosotros el
suplicio de la cruz, concédenos a tus siervos alcanzar la gracia de la
resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Guía: (mientras todos
hacen la señal de la cruz)
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos
lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
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