SEMANA V
SÁBADO, 13 FEBRERO
Marcos 8,1-10
8 1Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
2Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, 3y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.
4Le replicaron sus discípulos: ¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?
5Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos contestaron: Siete.
6Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. 7Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también.
8La
gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete
canastas; 9eran unos cuatro mil y los despidió; 10y
enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de
Dalmanuta.
COMENTARIO[1]
8 1Por
aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué
comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: 2Siento compasión de
la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, 3y
si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además,
algunos han venido desde lejos.
Por aquellos días señala en Marcos el tiempo del cumplimiento
de las profecías (Mc 1,9). Sugiere que se trata de un tiempo posterior al de la
vida histórica de Jesús. La escena se sitúa en la orilla oriental del lago, en
territorio pagano.
Jesús
toma la iniciativa, pero, al contrario que en el reparto de los panes a Israel,
aquí no enseña. Enseñar significa
exponer el mensaje tomando pie del AT, tradición religiosa ajena a los pueblos
paganos.
La
multitud necesita alimento. Marcos juega con el doble sentido del alimento:
comida y mensaje. Como en el caso de los judíos (Mc 6,34-46), el reparto de los
panes va a ser la expresión visible del mensaje.
Jesús llama a
los discípulos: les informa del sentimiento que despierta en él la
multitud, siento compasión. Es la misma reacción de ternura y amor que
tuvo al ver la multitud judía (6,34), y del problema que pide solución, no tienen qué comer. Esta multitud ha dado ya su adhesión a Jesús,
llevan ya tres días conmigo, (Os 6,2)
y, como lo indica la expresión de
lejos, procede
de pueblos paganos (Is 5,25; Jr 4,6.20; 31/38,10). Ahora que van a vivir por su
cuenta, necesitan el alimento-mensaje.
4Le replicaron sus discípulos: ¿Y de dónde se puede sacar
pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos? 5Él les preguntó:
¿Cuántos panes tenéis? Ellos contestaron: Siete.
Jesús
esperaba alguna iniciativa de los discípulos, pero éstos opinan que el problema
de los paganos es imposible de resolver, incluso para Jesús, ¿de dónde se puede sacar...?). No puede haber éxodo ni sociedad nueva para
los paganos en cuanto tales. Lo que ocurrió con los judíos (Mc 6), es imposible
con éstos. Los discípulos no tienen conciencia de lo que Jesús puede hacer ni
creen en el amor universal de Dios.
Jesús
pregunta: ¿Cuántos panes tenéis?, no
dice tenemos. Sabe que tienen panes, que los han traído pero no los quieren
compartir.
La
respuesta es siete. Número que indica
la plenitud, la totalidad de la entrega. Con Jesús significa el alimento total,
pleno y gratis: la entrega.
Hay que
recordar que están en despoblado, en
desierto, haciendo referencia todo el relato al éxodo de los pueblos no judíos,
a los paganos. En el primer éxodo, Dios alimentó a su pueblo en el desierto.
Como se esperaba que el Mesías viniera a realizar el éxodo definitivo, Jesús se
da a conocer como el Mesías esperado.
6Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los
siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus
discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Jesús no
responde a la objeción de los discípulos, se dirige directamente a la multitud;
si el nuevo Israel se resiste a su vocación universal, Jesús actuará por su
cuenta.
-
Sentarse en el suelo/en la tierra para comer era la postura de los hombres
libres (Mc 6,39s). Se expresa así la base de la alternativa de Jesús: la
plenitud de vida (alimento) en libertad. La tierra (no en
6,39), que alude a la tierra prometida, se menciona aquí porque la nueva tierra
prometida, el Reino de Dios, no es ya el territorio de Israel, sino el mundo en
su totalidad. Se anuncia la libertad para todos los hombres y pueblos.
-
Insistimos en el número. Jesús
coge todo el alimento que tienen sus discípulos, no reserva nada. El número siete indica totalidad
(Mc 6,38: cinco más dos) y está en relación con la totalidad de la humanidad
(setenta naciones según la creencia judía del tiempo). Los discípulos que
poseen los siete panes tienen ya el mensaje completo y están capacitados para
la labor con todos los hombres y pueblos; si no lo hacen es porque no quieren.
-
Jesús dice la acción de gracias (6,41: una bendición); con los peces usará bendecir; aparecen
así los dos términos usados en la Cena (Mc 14,24ss).
El pan es
símbolo de vida. Se parte para compartirlo. Su reparto es expresión de amor. La
misión de la comunidad es un servicio de solidaridad y amor para comunicar vida
a toda la humanidad. El nuevo Israel pierde la propiedad de su pan para hacer
partícipes de él a los paganos.
Marcos
insiste en el servicio de los discípulos, que menciona tres veces (vv. 6.7).
Jesús les enseña a servir, a ofrecer a los paganos la vida que ellos reciben de
Jesús. Ellos hacen lo que Jesús les dice, pero pronto se verá que no lo
interiorizan.
7Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció
sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también. 8La
gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete
canastas;
Se añaden
los peces, aun fuera del número siete, para indicar la igualdad de los éxodos
judío y pagano. La multitud, que no tenía qué comer, ahora tiene alimento sin
límite. Jesús colma todas sus aspiraciones, los lleva hasta la plenitud de
vida, hasta quedar saciada. Muestra a los discípulos
que existe un éxodo (una alternativa) para los paganos igual al de Israel.
La misma gente recoge los trozos que han sobrado,
pero no los retiene para sí: es una manera de expresar que su compromiso es
seguir compartiendo.
Las siete canastas, como los
siete panes, miran a los setenta pueblos
de la tierra, que entonces se pensaba que existían. Es decir, compartiendo se
puede dar vida a la humanidad y saciar todas sus aspiraciones.
9eran unos cuatro mil y los despidió;
Cuatro mil es
múltiplo de cuatro, número que indica universalidad ilimitada (los cuatro
puntos cardinales). No se usa la figura de hombres
adultos como en Mc 6,44, que remitía a las comunidades proféticas del AT,
pero se los designa en plural, porque ya están personalizados. Tienen ya el
Espíritu, porque llevan tres días con Jesús.
Jesús los
despide sin alejar antes a los discípulos. No hay peligro de que estos
manifiesten en esta ocasión sus deseos de restauración de Israel. Los
individuos de la multitud, con el mensaje que han recibido, pueden valerse por
sí mismos. No tienen que integrarse en el pueblo judío (la casa de Israel), irán a
sus casas (Mc 2,11; 5,19), para poner allí en práctica la alternativa de
Jesús.
Después
de manifestar su proyecto mesiánico con judíos y paganos, Jesús vuelve a
territorio judío para ofrecer a Israel este proyecto, que extiende la salvación
a todos los pueblos. Encuentra un rotundo rechazo.
10y
enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de
Dalmanuta.
Esta
travesía está en paralelo con la de Mc 6,47-53. No hay acuerdo sobre la
identificación de Dalmanuta, aunque
se trata ciertamente de un lugar judío. Israel está representado por los fariseos. Solamente ellos aparecen en la
escena: no hay pueblo ni espectadores; esto prueba su carácter representativo.
No se especifica desde donde
salen. Marcos señala
así que lo que resalta en territorio judío es la ideología y la doctrina
fariseas. La presencia de Jesús, portador del mensaje de la igualdad entre los
pueblos, provoca inmediatamente la de sus adversarios, quienes, sin tardar, se
enfrentan con él; su actitud es agresiva: rechazan sin más la actitud y la
actividad de Jesús. Representan la oposición frontal del mundo judío a su
programa universalista.
[1]
El lector podrá comprobar
que continuamente estamos haciendo referencia al relato del primer compartir
los panes, que se encuentra en Marcos 6,35-44. Este primer compartir tiene como
destinatarios los judíos. El segundo, el que ahora leemos, está dirigido a los
paganos.
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