Estación 3: Pedro niega a Jesús
Es el dolor
de sentirse discípulo y ver como a Aquel al que sigues no es como tú esperabas,
su rostro se borra,
las manos que tiendes hacia él se vuelven vacías,
porqué
creías más en ti que en él.
Es el dolor de desdecirse, de negar a los otros y a
sí mismo.
Es el miedo a perder la vida,
de apostarla por Él,
mientras que los
otros siguen sometidos al poder,
te enseñan sus ganancias concretas,
sus
beneficios hechos realidad.
Negar o
negarse es el tropiezo duro, seco.
Cuando parece que en la tierra no hay
cielo,
no hay esperanza, solo noche, no hay paz,
parece que no hay Dios.
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