sábado, 22 de agosto de 2015

SEMANA XX
SÁBADO
SANTA MARÍA REINA

Mateo 23,1-12

23 1Entonces Jesús habló a la gente y a sus discípulos, 2diciendo: En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: 3haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. 4Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
5Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; 6les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; 7que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí. 8Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabbí, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. 9Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. 10No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. 11El primero entre vosotros será vuestro servidor. 12El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

COMENTARIO
23 1Entonces Jesús habló a la gente y a sus discípulos,
Jesús se dirige en primer lugar a la gente y a sus discípulos para denunciar las maneras fariseas. Pretende abrirles los ojos para que conozcan la calidad de los que se proclaman maestros y se libren de su yugo.

Los fariseos cuidaban, y se cuidan, de mantener al pueblo en permanente minoría de edad para que no tengan más remedio que acudir a ellos. Desde su cátedra imponían lo que se debe creer y como has de comportarte. Con fama de buenos y sabios han conseguido una gran influencia ante el pueblo y deben de ser desenmascarados. Jesús quiere que el ser humano sea libre no solo de las cadenas externas, sino también de cualquier tipo de dominio interior. Que seamos dueños de nuestra vida, nuestra inteligencia, nuestra libertad y nuestra conciencia.

En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos
Lo primero, es que no son tan santos. Están ocupando un sitio que no les corresponde. Están sentados en la cátedra de Moisés. Según Dt 18,15.18, los sucesores de Moisés y los detentadores de su cátedra debían ser profetas como él: personas entregadas al pueblo, que marcha en primer lugar, lo conduce a la salvación, tiene trato de intimidad con Dios. Esa cátedra de Moisés que debería estar ocupada por profetas, la han tomado los doctores de la ley y los observantes:
-          Han sustituido la referencia a Dios por la referencia a un código.
-          En vez de caminar delante liberando y ayudando a realizar la travesía, atan a los humanos con leyes y casuísticas que lo ahogan y lo condenan.
-          No viven entregados al pueblo; someten al pueblo desde la conciencia.
-          No viven desde la humildad; buscan la ostentación y ser servidos.
Moisés encabezaba una liberación y estos se dedican a someter conciencias, a mantener al pueblo en minoría de edad.
 Quien es inconsecuente no puede ser modelo, ni maestro, ni padre, ni director de nadie. A los demás los exigen, pero ellos no cumplen.

 3Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
La frase es totalmente desacreditadora. No es que haya que imitarlos en sus palabras pero no en sus obras. Sus palabras, como está acreditado a lo largo de todo el evangelio, también son malas y no deben seguirse (15,6-9,14; 16,12; 23,13.15. 16-22). Jesús no solo ataca la conducta farisea, también ataca su doctrina. Esta frase tomada en sentido literal, y en general, entra en contradicción con todo el evangelio. ¡Cuidado con este versículo! Pues no dice lo que en apariencia parece decir. Queda claro en el contexto inmediato y en el del evangelio. La frase es irónica, no está aprobando la doctrina de los fariseos que ha sido criticada a lo largo del evangelio, y en este mismo momento lo vuelve a hacer (vv.16-20). Jesús nos quiere decir que ni ellos mismos se creen lo que dicen, pues si se lo creyesen, lo pondrían en práctica.

4Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. 5Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; 6les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas;
Sus palabras y conductas no sirven para liberar, sino para someter y sojuzgar, y todo lo que hacen es de cara al prestigio/ honor/ ambición.
No liberan sino que atan y cargan con fardos pesados—frente a la carga ligera de Jesús (11,30). No ayudan, “no se ponen al servicio de”. El religioso-letrado que no te libere y te esponje es un fariseo neto. Una religión que fomenta en el ser humano la angustia por no llegar al nivel mínimo necesario, el miedo al castigo que va a imponer un dios implacable que tienen unas leyes  y el que nos las cumpla que se atenga a las consecuencias, una religión así es una religión alienante, una droga que anula la conciencia del ser humano y, por tanto, su libertad. Es una religión dirigida por fariseos que deforman a Dios y nuestras relaciones con él.

7que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí. 8Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabbí, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. 9Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. 10No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
Mediante  tres parejas de cosas demuestran su búsqueda de prestigio, honor y su ambición de los primeros puestos. Actúan con los parámetros opuestos a la fraternidad. Crean desigualdad, se constituyen en casta privilegiada fomentando la vanidad y la ambición:
-          Son los que se ponen distintivos ostentosos, filacterias y franjas del manto. Esto les hace visibles, los llevan a todas las horas. Solo estaba mandado llevarlas para la oración de la mañana.
-          Buscan los primeros puestos en lo civil y en lo religioso. Las apariencias, el ser servido, admirado, el sentirse superior.
-          Buscan la adulación y el título. Que los reconozcan y veneren, que se les llame “monseñor”. Más que interesarse de que la gente se acerque a Dios, quieren y buscan que la gente los trate como dioses.

Frente a todo este anti-modelo se propone el modelo fraternal de Jesús. Insiste en la igualdad de todos y en el servicio. Jesús quiere que estos defectos no se reproduzcan en su comunidad: “Vosotros no os dejéis llamar “monseñor” porque solo uno es vuestro Señor, y todos sois hermanos; ni llaméis a nadie padre porque uno solo es vuestro padre, el del cielo; no os dejéis llamar consejero porque uno solo es vuestro director: Cristo”.
  • Maestro. Solo es el que sirve.
  • Padre significa aquí transmisor de la tradición y modelo de vida. Jesús prohíbe tener padre y reconocer como padre en este sentido a nadie. Queda prohibido someterse a lo que transmitan los otros o tomar a otros como modelo. La vida, la paternidad, solo nos viene de él. El único modelo y fuente de vida es el Padre del cielo, a través del Espíritu.
  • El término usado aquí es consejero, “director espiritual”. Tampoco debemos llamar “director espiritual” a nadie, nadie tiene la patente de por dónde debe caminar cada persona. El único director es Jesús, él es quien señala el camino y quien es objeto de seguimiento.

11El primero entre vosotros será vuestro servidor. 12El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido..  
El mayor es el que sirve. No hay rangos, ni señores. Todos somos hermanos, somos iguales;
Esto tampoco quiere decir que la comunidad e Jesús es una masa informe y uniforme. Desde el principio, en las comunidades hubo “especialización” y gente con funciones directivas y así debe seguir siendo. Pero, eso no debe dar lugar a diferencia de dignidad o categoría. La diversidad en la Iglesia no significa poder/dominio de unos sobre otros y menos de unos sobre las conciencias de otros.

Establecida la diferencia entre el comportamiento de los rabinos fariseos y el de los discípulos, Jesús define, una vez más, donde reside la auténtica grandeza: en el servicio y en la entrega total. Este es el principio que ha de orientar a la comunidad. Tal es el juicio de Dios sobre las actitudes humanas. Con esta frase se indica de parte de quien está Dios.  



1.         Para empezar, Jesús no se dirige a letrados y fariseos, sino a la gente y a sus discípulos. Su denuncia pretende abrirles los  ojos para que conozcan la calidad de los que se proclaman maestros y se liberen de su yugo.

2.         . En Dt 18,15.18 se anunciaban profetas como los sucesores de Moisés. El puesto de los profetas lo han tomado los doctores de la Ley y sus observantes. Se ha sustituido la referencia a Dios, propia de los profetas, por la referencia a un código minuciosamente comentado e interpretado, que ahoga al hombre en la ea-
suística. Recuérdense los 613 mandamientos que se distinguían en la Ley, todos obligatorios por igual
.

3.         Los puntos suspensivos indican la ironía de la frase. El segundo miembro neutraliza al primero, pues nadie hace caso de maestros sabiendo que son hipócritas. Esta interpretación se confirma por el hecho de que Jesús ataca no sólo la conducta, sino también la doctrina de los fariseos (15,6-9.14; 16,12; 23,13.15.16-22).
No puede, por tanto, estar recomendando que hagan lo que dicen.

4.         «Los fardos pesados» se oponen a «la carga ligera» de Jesús (11,30). La doctrina propuesta por los letrados es una carga insoportable. Es más, ellos, que la proponen como obligatoria, no ayudan en nada a su observancia, se desentienden de los que tendrían que observarlas. No pretenden, por tanto, ayudar a los hombres, sino dominar por medio de su doctrina

5-7. Vuelve Jesús a denunciar el exhibicionismo de los letrados y fariseos (cf. cap. 6), que buscan por todos los medios ser notados y que se reconozca su autoridad y prestigio; poseídos de su superioridad, se estiman dignos de los puestos de honor en la vida civil y religiosa; desean que la gente la reconozca con señales externas de aprecio y sumisión. Es decir, crean la desigualdad, constituyéndose en casta privilegiada que fomenta la vanidad y la ambición.

«Se ponen distintivos ostentosos», lit. «ensanchan sus filacterías». Este término significa «medio de protección» contra el mal, y en el contexto judío, probablemente «medio de custodiar/ conservar en la memoria» la ley de Moisés; consistían en unos colgantes que llevaban escritos ciertos pasajes de la Ley (Dt 11,13-22; 6,4-9; Ex 13,11-16.2-10) y eran el cumplimiento material de Ex 13,9.16; Dt 6,8; 11,18 (emeteos estas palabras mías en el corazón y en el alma, atadlas a la muñeca como un signo, ponedlas de señal en vuestra frente»). Se colgaban en la frente y en la muñeca los días de trabajo para la oración de la mañana y se pronunciaba una bendición a Dios. Los fariseos devotos las llevaban puestas todo el día, y más grandes de lo ordinario, para ostentar su fidelidad a la Ley. 

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