DOMINGO
¡CUIDADO, A VECES EL EVANGELIO PUEDE RESULTAR PELIGROSO!
7 1Se
reunieron junto a él los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; 2y
vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse
las manos. 3(Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin
lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus
mayores, 4y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se
aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
5Y los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué no
caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con
manos impuras? 6Él les contestó: Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero
su corazón está lejos de mí. 7El culto que me dan está vacío, porque
la doctrina que enseñan son preceptos humanos. 8Dejáis a un lado el
mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres".
14Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: Escuchad y
entended todos: 15nada que entre de fuera puede hacer al hombre
impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
21Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los
pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, 22adulterios,
codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo,
frivolidad. 23Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre
impuro.
1. COMENTARIO
Los
fariseos han visto que Jesús ha partido y repartido el pan pero no ha hecho
ningún rito purificatorio… Se reúnen con Él. El verbo reunir nos habla del ambiente de la sinagoga.
Le
echan en cara que algunos de los
suyos, de los que han entendido el mensaje, comen el pan sin seguir los ritos y
las tradiciones. Han roto con el judaísmo que discrimina, se comportan como si
no considerasen fuente de impureza el trato con los judíos no observantes.
Jesús
arremete duramente contra ellos. Mucho hablar de fidelidad a Dios, y, por
dentro, desprecian a los que no son como ellos, desprecian lo esencial. Lo que
proponen para honrar a Dios no es lo que Dios quiere. No solo se desentienden
del mandamiento para aferrar a sus tradiciones humanas, sino que imponen estas
tradiciones, aún en contra del mandamiento.
Jesús
les pone como ejemplo el mandamiento de honrar a los padres, cuya transgresión
implicaba pena de muerte. Lo más importante es la ofrenda a Dios, corbán, ofrenda que Dios no ha pedido ni
la necesita, y además la ofrenda va contra el mandamiento. Lo que no les vale
es Dios ni su palabra, sino las palabras que ellos inventan y las continúan por
tradición. El valor de una tradición no
está en los muchos años que se viene celebrando, sino en su conformidad o no
con Dios y su Palabra.
A
partir del v.14, lo que Jesús dice es válido para todos. No hay fuera de la persona humana cosas puras e impuras.
Nada de lo de fuera es impuro. Por principio, nada es profano ni impuro. Nada
está alejado ni aleja de Dios. El designio de Dios es dar vida y comunicar vida
a todo ser humano sin distinción. Es el ser humano el que crea lo profano, lo sucio,
lo impuro desde el interior.
Jesús, poniendo como fuente el corazón (interioridad en la que se
maduran las cosas de la que dimanan los actos), enumera 12 acciones, número
para indicar todas. La maldad no está fuera, sino que nace de dentro del ser humano
que deja que se le desaten los instintos primarios (sexo y riqueza), que no
tienen en cuenta al semejante y que fomenta las disposiciones malas contra sí
mismo y contra los demás.

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