lunes, 31 de agosto de 2015

SEMANA XXII
MIÉRCOLES

Lucas 4,38-44
38Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. 39El, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
40Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando. 41De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían: Tú eres el Hijo de Dios. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
42Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos. 43Pero él les dijo: Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas de Judea.


COMENTARIO
Nos encontramos que en la sinagoga y en casa de Simón, existe la misma enfermedad: la idea contraria al mesianismo de Jesús. Es la idea contraria al modo y manera de cómo Dios salva.  La diferencia es que  la sinagoga representa a la institución, y ahora a  los rebeldes a la institución. En los versículos 40ss los sumisos a la institución, ven una posibilidad de cambio en Jesús, pero no rompen con la institución.

38Al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. 39El, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Estamos a mediodía. Momento de calor, de fuego por las tierras de Galilea.
La fiebre está puesta en relación con el servicio. Es lo que impide ponerse al servicio de Jesús. Y eso que lo impide, es creer y estar convencido que la transformación sólo viene por la fuerza y el poder. (En griego la palabra fiebre viene de “fuego”, que tiene que ver con el profeta Elías, el profeta del fuego, de la reforma y de la violencia). Jesús cura de las fiebres reformistas y violentas de todas las épocas. Liberar de la fiebre significa capacitar para el servicio y el seguimiento.
¿Cómo es la forma de curar de Jesús?
-          Primero: con la palabra.
-          Segundo hay que dejarle entrar en casa. ¿Quiénes son estos que rogaron por ella? Son  aquellos que han experimentado la liberación que Jesús trae y le siguen.
-          Inclinándose sobre ella. Es una cita del relato de Elías cuando resucita al hijo de la viuda de Sarepta (1 Re 17,21ss). Jesús sólo inclinándose, con su palabra, sin pedir nada a Dios, como Elías, la levanta, la resucita, la devuelve a una nueva vida, la del servicio, la del seguimiento.
-          Se puso a servirles. ¿Qué? ¿la comida? El texto no lo dice. Se refiere al servicio en general, a vivir la vida como entrega servicial. Esto es seguir a Jesús. 



40Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando. 41De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían: Tú eres el Hijo de Dios. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Estamos por la tarde.
La liberación de Jesús se extiende a todos, por toda la ciudad. Todos son susceptibles de mejorar, todos desean la plenitud de la vida, de su humanidad. Todos estamos poseídos de espíritus inmundos, y ¿Quién de nosotros tiene momentos de fiebre?
Jesús les pone las manos sobre cada uno. Son las manos creadoras de Dios, del Génesis. La creación es una tarea continua. Dios no sólo nos trae a este mundo, sino que Dios está en el mundo/ciudad. De nosotros depende ir poniendo las manos o dejar que otros me lleven hasta sus manos.
El resto de versículos es repetición y resumen de lo acontecido en la sinagoga.

42Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos. 43Pero él les dijo: Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Estamos al amanecer.
Jesús salió.  Es el verbo del éxodo. También en la mañana de la resurrección Jesús resucitado culminará su éxodo abriendo el camino de la Resurrección a la humanidad entera.

La gente lo busca, trata de retenerlo, pero el éxodo de imparable. La plenitud que trae es para todos. Si lo quieren retener es porque han gustado de la liberación de Jesús pero no lo han comprendido. La plenitud sólo se recibe en el camino, en estado de entrega y servicio. No en estado de reserva y conservación. 

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