MARTES
MEMORIA. NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Juan 19,25-27
25Junto a la cruz de Jesús
estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la
Magdalena. 26Jesús, al ver a
su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: Mujer, ahí
tienes a tu hijo. 27Luego,
dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la
recibió como algo propio.
Hay tres mujeres al pie de la cruz: su
madre (de Jesús), la hermana de su
madre, y María, la Magdalena.
Esta presencia significa fidelidad. En medio del rechazo del pueblo, la madre
acepta a un Mesías que ha invalidado la idea del rey terreno/mundano.
·
Su madre. Representa a la Antigua Alianza, al resto de Israel, la esposa fiel a
Dios (Jn 2,4: Mujer). Aquí termina su
papel.
·
María Magdalena. Representa a la comunidad de la Nueva Alianza,
la esposa del Mesías. Aquí comienza su papel. Israel ha dejado de ser un pueblo
privilegiado; es parte de la comunidad humana que forma el Mesías.
Jesús ve a la madre, no a su
madre. El Israel fiel, que fue origen del Mesías, es también el origen de la
comunidad mesiánica. El encargo de Jesús a la madre y al discípulo se hacen en
términos de reconocimiento mutuo: ahí
tienes, que quiere decir “mira a tu madre, mira a tu hijo”. Teniendo en
cuenta la intención del evangelista, podemos traducir estas palabras diciendo
que: “el antiguo Israel debe reconocer su legítima descendencia (hijo) en la
comunidad nueva y universal. La nueva comunidad debe reconocer su origen
(madre) en las promesas que Dios hizo a su pueblo, Israel”. Ella ya no tiene
hogar propio, se integra en la comunidad universal.
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