domingo, 18 de diciembre de 2016

Resultado de imagen de FANO MARIA Y JOSECOMIENZA EL TIEMPO DE NAVIDAD

24 DE DICIEMBRE, NOCHE

NAVIDAD. NOCHEBUENA

Lucas  2,1-14
Jesús, hijo del mundo

1.      CONTEXTO
Hemos de tener en cuenta la estructura del evangelio de Lucas, en el capítulo 2. Todo este capítulo está dedicado a Jesús y a decirnos quién es. Nos los dice en tres relatos: 
·         Es el Hijo del mundo (Lc 2,1-20). Cuenta su nacimiento: bajo el imperio romano, en un censo universal, totalmente humano, mundano; todo situado en Belén.
·         Es Hijo del pueblo (Lc 2,21-40). Narra su circuncisión: totalmente judío; todo él situado en Jerusalén.
·         Es Hijo de Dios (Lc 2,41-52). Relata su mayoría de edad y su manifestación a la institución;  es un interludio, pero la estancia es en Nazaret; se manifiesta como “Hijo de Dios”: ¿no sabéis que debo estar en la casa de mi padre?

Como en el evangelio del domingo pasado (Domingo 4 de Adviento), los evangelios no son una cronología biográfica de Jesús, sino el misterio que rodea la vida de Jesús, es decir, la vida de todo hombre/mujer. 
Este evangelio tiene diversos momentos que destacamos con letras mayúsculas al comienzo de cada grupo de versículos.

2.      TEXTO
2 1Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. 2Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. 4También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, 5para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.
6Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto 7y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. 
8En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. 9De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. 10El ángel les dijo: No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: 11hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. 12Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
13De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: 14Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.

3.      COMENTARIO.
2 1Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. 2Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
Nacido bajo el imperio romano, en un censo universal. Aparece Jesús como “Hijo del mundo”. Son los datos temporales: hace referencia al mundo, habla del César, dueño del mundo, y de su nacimiento en Belén, para entroncarlo con la descendencia del rey David.
El interés de Lucas es un interés catequético: situar a Jesús/Mesías en línea universal. De ahí la mención de un censo universal y la mención a todos, todo el mundo. El día del nacimiento de Octaviano fue saludado por los historiadores de la época como el “inicio de la buena noticia para el mundo”.
La Buena noticia consiste ahora en la orden de llevar a cabo el censo de toda la tierra. Como dueño del mundo, Octaviano decide que todos sus súbditos queden registrados, de modo que nadie pueda librarse del pago de los impuestos. El salvador del mundo, en realidad, no piensa más que en salvarse a sí mismo. La Biblia consideraba el censo del pueblo como un sacrilegio inspirado por el diablo, pues de ese modo usurpaba el papel de Dios, el único señor de su pueblo, se alzó Satanás contra Israel, e incitó a David a hacer el censo del pueblo (1 Cró 21,1).
Un censo ordenado por el jefe de todo el mundo que llevaba los títulos de “salvador” y “señor”, estaba divinizado. De hecho, fue Octaviano el primero que se hizo condecorar con el título de “Augusto”, digno de veneración, un nombre que nunca antes había sido aplicado a un ser humano. Augusto confería al emperador un aura religiosa, la de ser el hijo de Dios y el salvador del mundo. Aunque el “Salvador y Señor” es otro. Estos mismos títulos los dará el ángel a los pastores referiros a Jesús (v. 11).

Al evangelista le importa destacar que el Mesías es universal, Salvador y Señor de todos. Y debe nacer en Belén, entroncado con la familia de David, como cumplimiento de las promesas, por eso se menciona que era de la casa y de la familia de David. A Lucas le viene fenomenal el tema del censo, tiene un motivo para llevar a este matrimonio joven desde el Norte (Nazaret) al Sur (Belén).
Lucas relaciona el nacimiento de Jesús con el primer emperador que trae una etapa de paz y lleva los nombres de Salvador y Señor, para decirnos que el verdadero artífice de la paz y de la salvación es el niño que nace en Belén.

4También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, 5para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.
En la Biblia, por ciudad de David se entendía Jerusalén (1 Re 8,1; 2 Cr 21,20). Sin embargo, para Lucas, la ciudad de David es Belén, porque si David ejerció en Jerusalén la realeza (2 Sam 5,7-9), en Belén había sido pastor (1 Sam 16,11). Con esta preciosa indicación, el evangelista está preparando la acogida por parte del lector de la singular manifestación del hijo de Dios. Esta no sucederá en el esplendor del poder de la realeza, sino en el oscuro mundo de los pastores. Aquél que nacerá no tendrá los rasgos propios del rey, sino los del pastor esperado (Ez 34,23).

Sorprende que María, a pesar de estar encinta, sea definida esposa, como en el momento del anuncio del ángel (Lc 1,27). La situación es embarazosa. José y María esperan un hijo, no obstante se encuentren aun en la primera fase del matrimonio, la de los esponsales, cuando no estaba permitida la convivencia. Todavía no han pasado -y jamás nos lo contarán los evangelios- a la segunda parte del matrimonio, la de la boda, a partir de la cual era legítima la vida en común y generar hijos. La irregular situación de los dos esposos es motivo de escándalo: a dos esposos prometidos no les estaba permitido viajar juntos, y además, el cabeza de familia estaba autorizado a realizar el registro por todos sus familiares, por lo que la presencia de las mujeres no era necesaria. El evangelista, al definir a María prometida/esposa, quiere evitar que Jesús, Hijo del Altísimo (Lc 1,32), sea considerado hijo de José, el cual tenía solo que aparecer como padre (era, según se creía, hijo de José, Lc 3,23).

6Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto…
El viaje desde Nazaret hasta Belén suponía alrededor de cuatro o cinco días de duro camino, lo cual estaba fuera del alcance de una mujer en avanzado estado de gestación. Solo en los primeros meses del embarazo lo habría podido afrontar. Para el evangelista, María y José se encuentran ya desde hace tiempo en Belén para el censo, y los días del alumbramiento sobrevienen mientras estaban allí, o sea, cuando se encontraban en esa ciudad, y no durante el trayecto hacia la misma.
Mientras estaba allí. Esta expresión no significa que María iba rompiendo aguas al entrar en Belén. María calcula el tiempo, probablemente uno o dos meses antes de nacer, estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto. Se trata de un suceso plenamente natural y humano. María ha tenido un verdadero embarazo y Jesús un verdadero nacimiento. Ningún milagro ahorra a María los dolores, ni la angustia ante lo desconocido de la parturienta primeriza, ni las horas que dura, ni la ruptura de aguas, ni la sangre. Aquí no se nos dice que hubo excepciones milagreras... Lucas nos narra el nacimiento de Jesús en el anonimato más absoluto. Solo aparece María. José no interviene ni en la concepción ni aparece en el nacimiento (históricamente sí que estaría, pero el texto teológico/catequético no lo pone).

Hay cierto contraste con el nacimiento de Juan. Cuando Juan nace se enteran sus vecinos, sus parientes y toda la montaña de Judea. Pero, cuando Jesús nace, solo se entera su madre. María sigue apareciendo como prometida, no parece nunca como esposa de José. Hay una intención teológica/catequética de Lucas de remarcar que su padre no es su padre.

7y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. 
Podría haber puesto “hijo único” en vez de hijo primogénito. ¿Quiere decir esto que después María tuvo otros hijos? Estas preguntas son propias de alguien que no entiende lo que está leyendo porque no lo lee en clave correcta. Se trata de un texto catequético/teológico. Aunque Jesús es el hijo único que físicamente tiene María, el evangelista pone primogénito, porque, catequética y teológicamente hablando, todos somos hijos de María y todos somos hijos de Dios, pero Jesús (el hermano primogénito) está en relación especial con Dios y con María.

Todos los detalles que siguen, además de reales e históricos, tienen un carácter simbólico cargados de alusiones al Antiguo Testamento. Veamos algunos:
·         Pesebre. Este término designa al comedero de los animales. Suele estar al fondo de la cueva excavada en la misma piedra. Está repetido tres veces de manera constante, en los vv. 7. 12 y  16. ¿Esto es histórico? Sí. Era el lugar donde se daba a luz porque era la parte más profunda y calentita de la casa, al tiempo que se libraba al resto de la casa de la impureza de la sangre que hay en todo parto. Al mismo tiempo, evoca el texto de Is 1,3: Conoce el buey a su señor y el asno el pesebre de su amo. Israel, en cambio, no conoce; mi pueblo no comprende. De aquí ha surgido en nuestros belenes las figuras  de la mula y el buey.
El niño en el pesebre es el símbolo del sustento que Dios nos manda a nosotros, su pueblo, para que hagamos el tránsito por el éxodo de esta vida. Es el nuevo maná que nace en Bet-len, “la casa del pan”, y que nos dice: Yo soy el pan vivo, el que come de este pan vivirá eternamente (Jn 6,51).
Este pesebre tallado en roca, al fondo de una cueva, nos lleva al definitivo nacimiento (Resurrección) de Cristo que va a tener lugar en otra cueva excavada en la roca. Aquí el pesebre excavado en una roca, es signo del nacido; allí, la cueva de piedra del sepulcro, es signo del re-nacido.  

·         Los pañales. Algunas interpretaciones identifican este término al principio, en el nacimiento de Jesús, con la sábana del sepulcro. Es curioso notar, al menos, el paralelismo entre estos dos textos de Lucas:
Lc 2,7                                                         Lc 23,53
El nacimiento de Jesús----------------------------La muerte de Jesús
María -----------------------------------------José de Arimatea
Dio a luz a su primogénito,                            Lo bajaron de la cruz,
lo envolvió en pañales                                    lo envolvieron en un lienzo/sábana
y lo acostó en un pesebre                                y lo pusieron/acostaron en un sepulcro

Y no hay quien falta que ve en estos pañales los manteles de la mesa del altar.

·         Posada. El término “katalima” que, generalmente, se traduce por posada no es muy correcto. Quiere decir “sala de una casa”, “alojamiento”. Dios cuando viene al mundo no viene como un forastero a un albergue, sino que viene a su casa, a darse como alimento en un cenáculo, “katalima”.
El profeta Jeremías (Jer 14,8) compara al Señor con un viajero que es hospedado por una noche, pero nadie parece advertir su presencia. Exactamente igual hará Israel, que no se percatará del nacimiento del Hijo de Dios: Vino a su casa y los suyos no lo recibieron (Jn 1,11). El Esperado de los tiempos, después de todo, no era tan deseado.

Jesús no nace en Jerusalén, en la capital, nace en Belén. Es simbólico, como todo el evangelio. No sabemos ni donde, ni cuando, ni cómo nace. Lo cual quiere decirnos que Jesús nace en cualquier momento, lugar o persona, siempre que le dejemos nacer, que nos abramos a la Palabra de Dios que actúa en nosotros.

8En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
Este nacimiento viene interrumpido por el anuncio a los pastores. El nacimiento importa poco porque es normal. Importa mucho más describir los beneficios que el nacimiento de este niño trae.
Los primeros en ser avisados son los más marginados de la sociedad: los pastores. Nosotros hemos llenado a los pastores de bucolismo con sus corderos al hombro a visitar el portal; sin embargo, el sentido de los pastores es mucho más rico. Los primeros judíos que descubren al Mesías son los más excluidos, en la línea del Magníficat, como en Mateo los primeros paganos que descubren al Mesías son los más excluidos, los magos, doblemente impuros por ser paganos y por practicar magia. Dios ha venido al mundo y viene a lo más profundo, a lo más bajo, a lo más excluido. Entre judíos, los pastores (Lucas), entre paganos, los magos (Mateo).

En la época de Jesús, los pastores no tenían derechos civiles. Eran tratados peor que las bestias. En sábado se podía sacar a un animal que había caído en un pozo, a un pastor no. Eran ignorantes de la ley, estaban imposibilitados para practicarla, no podían ir al Templo. Vivían en impureza total y sin posibilidad de redención. Estaban considerados pecadores empedernidos, excluidos de la salvación y sería a los primeros que el Mesías fulminara con su rayo.
Y ahora… es a los primeros que Dios, cuando nace, inunda con su luz y les da “un concierto angelical”. A los que la religión ponía fuera, con llanto y rechinar de dientes, ahora reciben un anuncio. Ni una palabra de condena (sois impuros, no vais al Templo…), sino el anuncio de una gran alegría. Ha nacido el Salvador del marginado y ha nacido marginado. Solo los marginados están mejor capacitados para descubrirlo en la marginación y en los signos pobres: pajas, pesebre, pañales…
Si Dios hubiera venido al Templo, al sacerdocio o al rey y sus nobles, los pastores nunca hubieran tenido acceso a él. Los que creen vivir en la luz están en las tinieblas y los que otros han arrojado a las tinieblas están inundados de luz.

A ese bajo concepto sobre los pastores como gente despreciable, impura, se ha llegado por normas y leyes humanas que establecen arbitrariamente como es Dios y lo que a Dios le gusta y le disgusta. En la medida que encasillamos a Dios con nuestras normas, probablemente nos estamos alejando de él.
En su origen, Israel era un pueblo de pastores. David, al que invocan, fue pastor y como pastor salvó al pueblo, ayudado por Dios, del gigante filisteo. Han ido olvidando la sencillez de los orígenes, se han alejado de ellos en la medida que se han apoltronado y acostumbrando. Han acabado declarando maldito sus orígenes, sus raíces. Y cuando Dios interviene es para devolverlos a los orígenes, después de tanta legislación errada que ha les llevado a declarar malditos y exterminables por el Mesías. Dios vuelve a los orígenes, al pastor con su onda y muchacho joven.

9De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
La estructura del anuncio a los pastores es: anuncio (vv.8-12); un himno celeste (vv. 13-14); comprobación de lo anunciado (vv.15-20)

El ángel que se aparece en mitad de la noche nos recuerda al ángel liberador del éxodo. Aquel liberaba matando al enemigo, este llena de luz. El contexto nos recuerda a la noche de la Pascua, la noche de la salvación, por eso también en la noche de la Resurrección (es el nuevo nacimiento en el que también aparecen ángeles Lc 24,4) aparecen los ángeles.
Nacimiento y Resurrección, “nuevo y definitivo nacimiento”, significan lo mismo y ambos están relacionados con la Pascua de Egipto. La liberación no es matar a nadie, sino iluminar a todos.
Lo mismo ocurre con el tema de la paz: el Nacimiento de Jesús es la paz para todos (2,14). Este será el saludo del Resucitado, paz a vosotros (Lc 24,36).
Por eso, la gloria y la claridad envuelven a los pastores, no al niño ni a María ni a la casa. Quien admite la luz va a ser capaz de ver y oír los cantos del cielo en su vida y escuchar el mensaje. Quien escucha la voz, porque ha admitido la luz, es capaz de ver en lo sencillo (una casa, un niño, una madre, todo sin destellos sobrenaturales) la fuerza salvadora de Dios. Solo Dios/el ángel del Señor y su mensaje son la luz salvadora. Del ser humano depende aceptarlo o no.

10El ángel les dijo: No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: 11hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. 12Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Al principio del evangelio de Lucas hay un ángel con una buena noticia: ha nacido. Al final del evangelio, hay dos ángeles (la ley y los profetas, símbolo de la Sagrada Escritura) con una buena noticia, Cristo ha resucitado (Lc 24,6).

Hoy es intemporal, para Dios no hay tiempo, todo es presente. Se vuelve a recalcar que el recién nacido es Señor/Salvador en la línea de la universalidad (no en la de Augusto) y que es en la ciudad de David, en la línea mesiánica del judaísmo, el Mesías.
La señal no tiene nada de extraordinario. Que un recién nacido esté envuelto en pañales y recostado en lo más profundo y calentito de la casa, es lo que todo el mundo hacía. A Dios solo se le encuentra en la sencillez de la humanidad.

13De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo:
En el centro del anuncio a los pastores hay un himno. Cuando Dios baja, viene con él su sequito, ejército celestial, su palabra. Cuando esto sucede y Dios es acogido se unen el cielo y la tierra. La gloria celeste trae la paz terrestre. La alegría en la esfera de Dios, ejercito celestial, es inmensa, coros que cantan la salvación, pero en la noche del mundo solo han encontrado a los más marginados que velaban. Solo al que vela, ve y oye, la gloria lo envuelve y sus tinieblas quedan disipadas.

14Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
¿Solo con estos se complace Dios? ¿Solo para estos hay luz y paz? No, la paz del Señor no está determinada a los hombres de buena voluntad, sino “a los hombres de su benevolencia”, a los que tiene voluntad de salvarlos, es decir, a todos. La voluntad salvadora de Dios es universal por parte de Dios. Es el hombre el que elige.
El anuncio de Lucas es claro: la gloria de Dios, es decir, la manifestación visible de Dios se refleja en la plenitud de vida de los hombres, los cuales son objeto de su amor. No hay ni un solo individuo que, por su comportamiento, pueda ser detestado o rechazado por el Señor. La paz no es mérito de los hombres, sino un deseo de Dios que se hace regalo para todos los que él ama[6].
El texto nos narra la normalidad de Dios, y es en esa normalidad donde hemos de descubrir su luz y su palabra. No se nos narra la triste situación en que nace Dios, que no fue triste, pues en situación de Jesús e infinitamente peor, nacen muchos niños. En la situación de los pastores e infinitamente peor, hay mucha gente. Y no importa lo que eres o como te consideren, sino si estás en vela, atento o no.

5 comentarios:

  1. Muy bonito este coMentario,una pregunta,por q Jesús no muere en yomkipur y si en la.Pascua???

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  2. Qué significa en el Evangelio al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará

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  3. Jesús muere en la pascua porque era la fiesta principal judía. Jesús le da un significado Pleno, nuevo, radical a esa fiesta. M. Luisa el tono kipur era una fiesta de expiación por los pecados. La pascua es la fiesta de la liberación... con es el éxodo hacia el Padre. Jesús transforma el sentido.

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  4. Y respecto a tu segundo comentario quiere decir entrar en lógica del evangelio. Esto es muy interesante. Se refiere a la acogida del mensaje de Cristo. No lo importante ter pretende al pie de la letra. Sino de manera simbólica. Cuanto más acosas el mensaje más lo desearás. Cuanto menos lo deses menos lo echarás en falta. Era lo que pasaba con los fariseos... y con nosotros.

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  5. Perdón por las faltas... y gracias por tus preguntas. Animo

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