domingo, 18 de diciembre de 2016

TIEMPO DE ADVIENTO. IV SEMANA

SÁBADO

24 DE DICIEMBRE



Lucas 1,67-79
67Entonces Zacarías, su padre, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
68Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo,
69suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo,
70según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
71Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
72realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
73y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos 74que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos 75con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
76Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
77anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.
78Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
79para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

1.    COMENTARIO
Este himno en boca de Zacarías es conocido como "Benedictus" = "Bendito sea..."[1]. Como el Magníficat, es un mosaico de citas y alusiones al Antiguo Testamento. Se trata, pues, de una composición que Lucas encontró. Es un himno de una fuente judía o judeo-cristiana que Lucas remodeló. Se puede dividir en tres estrofas.

En esta primera estrofa, vv.68-75, cuyo horizonte -como en el cántico de María- queda limitado a Israel, aparece de nuevo como ya realizada la liberación del pueblo de Israel. A diferencia del cántico de María, sin embargo, en cuya estrofa central Dios se ponía de parte del pueblo humillado y hambriento, destronando a los poderosos y arrogantes, a los dirigentes del pueblo que se habían enriquecido a costa de los pobres, en el de Zacarías se habla de la salvación de Israel como un todo.

El motivo de la alabanza es triple:
-          Dios ha visitado: Dios no es solo el que tiene los ojos puestos en su pueblo, es el que lo visita: a veces para castigar, a veces para salvar.
-          Es la salvación: aquí se trata de una vista salvadora. Se acabó la mentalidad de castigo-temor. Es padre.
-          Mediante una fuerza salvadora que no es el David del Antiguo Testamento, sino la Luz de la altura que ilumina y guía los pasos por caminos de la paz vv.78-79.

Del hecho que Zacarías hable ahora proféticamente no se debe esperar que haya cambiado la perspectiva desde la cual considera la historia de la salvación. Por su condición de sacerdote, por muy numerosa que fuese su casta, está suficientemente separado del pueblo como para no ver que la salvación de Israel deberá implicar una subversión del orden social establecido, y para Zacarías, como para cualquier israelita, la liberación del pueblo vendrá de la casa de David, cuando Dios suscite una fuerza (literalmente: "cuerno"), como signo de fuerza salvadora en la casa de David, el Mesías davídico.
Sin embargo, los enemigos son aquí los de fuera, los pueblos paganos que nos odian, no los de dentro, como en el himno de María. Se habla, pues, de una salvación nacional. El efecto de esta salvación será el restablecimiento del culto verdadero: santidad y justicia. Zacarías sigue siendo sacerdote y buen observante de la Ley: en el fondo, no puede menos que encuadrar la salvación de Israel, que proféticamente ve como ya realizada (ha visitado, rescatado, suscitado), dentro de los estrechos moldes de su condición social y religiosa. Se trata de la realización de la promesa que Dios había hecho a los patriarcas de Israel sellando una alianza con Abrahán, promesa que ha ido recordando por medio de los profetas. Pero la salvación/liberación material que Dios ofrece a su pueblo tiene -según Zacarías- fines eminentemente religiosos: para que Israel sirva al Dios único con santidad y justicia, sin temor a la persecución de los enemigos.

El estilo del himno cambia en la estrofa central, vv.76-77, cuando Zacarías, re tomando palabras textuales del ángel 1,17 e inspirándose al mismo tiempo en los profetas Is 40,3; Mal 3,1, se dirige directamente al niño anticipando que su misión como profeta y precursor tendrá como objetivo borrar las injusticias pasadas, a fin de que el pueblo experimente la salvación. Zacarías espera que Israel sea liberado de los enemigos exteriores; ve al pueblo entero como pecador y espera su conversión, pero no considera la injusticia social que existe en su interior.

Esta tercera estrofa, vv.78-79, es, a la vez, la conclusión del himno. Vuelve a retomar el tema del principio: el que nos visita vv. 68 y 78, nos salva y tiene la fuerza de salvación es el Mesías, que lejos de aparecer como un nuevo guerrero (David) aparece como Astro luminoso que viene de arriba, nos libera, con la fuerza luminosa, de la esclavitud y la opresión simbolizada en las tinieblas y sombras de muerte.
Comienza con una frase genial: las entrañas de Dios, lo profundo de Dios, lo nuclear de Dios es la misericordia. Por eso su heraldo, su precursor se va a llamar Juan= "misericordia de Dios". Las entrañas de misericordia de Dios se traducen para nosotros en:
-          Luz que nos ilumina y nos saca de nuestras tinieblas de muerte. Esto ya no son los paganos, ya no hay distinciones, el himno se universaliza.
-          Nos convierte de pasivos habitantes de sombras en activos caminantes que marchan derechos por un camino de armonía, de paz, que significa el conjunto total de elementos que hacen de la existencia que sea feliz, que sea una vida auténtica.

TERMINA EL TIEMPO DE ADVIENTO



[1] Himno que se reza en el breviario en la hora de Laudes. 

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