MIÉRCOLES
31 DE ENERO, SAN JUAN BOSCO
Marcos 6,1-6
6 1Saliendo de allí se dirigió a su ciudad
y lo seguían sus discípulos. 2Cuando llegó el sábado, empezó a
enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: ¿De
dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos
milagros que realizan sus manos? 3¿No es este el carpintero, el hijo
de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven
con nosotros aquí? Y se escandalizaban a cuenta de él.
4Les decía: No desprecian a un profeta más que en su
tierra, entre sus parientes y en su casa. 5No pudo hacer allí ningún
milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. 6Y se
admiraba de su falta de fe.
COMENTARIO
6 1Saliendo de allí se dirigió a su ciudad
y lo seguían sus discípulos. 2Cuando llegó el sábado, empezó a
enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: ¿De
dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos
milagros que realizan sus manos? 3¿No es este el carpintero, el hijo
de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven
con nosotros aquí? Y se escandalizaban a cuenta de él.
Jesús llega a su pueblo. Donde mejor le conocían, al menos
aparentemente. Habían convivido unos 30 años. Precisamente, los que mejor le
conocen son los que más dudan. Las preguntas no son de admiración, sino de
sorpresa incontrolada. No controlan a Jesús. Y la ignorancia causa estupor,
muchas veces agresividad, “escándalo”. De la maravilla al escándalo
solo hay un par de preguntas.
Le conocen, pero no han tenido experiencia de él. Saben cosas
de él, pero no lo han experimentado. ¿Quién se habrá creído este que es?
¡Imaginaos si interpretáramos al pie de la letra lo de los hermanos y lo de las hermanas!
Sus paisanos no reconocen Jesús como un enviado de Dios, ¿de dónde le viene todo esto?, y ¿qué
sabiduría es esta?
4Les decía: No desprecian a un profeta más que en su
tierra, entre sus parientes y en su casa. 5No pudo hacer allí ningún
milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. 6Y se
admiraba de su falta de fe.
Un profeta es alguien en quien habita el Espíritu, que da
vida, la Vida. Piensan que es un mago, un embaucador.
No pudo hacer ningún
milagro, no pudo
actuar. No pensemos en milagros espectaculares. Sino en la actividad de Jesús
interpretada desde la fe. Los milagros
no se reconocen por lo excesivo, sino por la humildad, como puede ser imponer las manos.
Jesús
queda sorprendido de la negativa de sus paisanos a reconocerle como el Mesías
de Dios, como un hombre de Dios. El pueblo estaba sometido a la interpretación
de la institución religiosa, que en versículos anteriores le ha rechazado y
expulsado a Jesús de las sinagogas, de las reuniones. Jesús ya no volverá a
pisar más una sinagoga. El pueblo sigue sin criterio propio, en un estado
infantil, sometido a los dirigentes. No se fían de ellos ni de su experiencia.
A
pesar de todo, hay gente que sigue escuchando a Jesús, los que están por la
periferia.
Jesús
a pesar de la falta de valoración y reconocimiento de su pueblo, sigue
adelante. El Espíritu de Dios le empuja y anima a seguir adelante con la nueva
evangelización. Parece como si fuera un evangelio escrito para nosotros,
buscadores intrépidos de la aprobación y del reconocimiento. No se trata de
cabezonería, sino de convencimiento. De experiencia.
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