viernes, 19 de marzo de 2021

 PARÁBOLA DEL GRANO DE TRIGO

Había una vez dos granos de trigo, hermosos y dorados.

Uno era egoísta, solo pensaba en sí mismo.
El otro era generoso, siempre pensaba en los demás.

Un día fueron a la ciudad y vieron a muchos niños hambrientos, en busca de un mendrugo.

El grano de trigo egoísta pensaba: “Estos niños son un peligro; si me descubren, me comerán enseguida”.
Y le dijo a su amigo: Voy a buscar un sitio oscuro donde nadie me encuentre.

El grano de trigo generoso pensó: Esos niños pasan mucha hambre; pero con un solo grano no se resuelve el problema. Y le dijo a su amigo: Yo me voy al campo me enterraré y el año próximo saldrán de mi muchas espigas”.

El grano egoísta encontró un escondite, se acostó muy contento, pensando que su amigo era tonto y se durmió.

El grano generoso buscó un buen terreno y se introdujo en él. Cuando llegaron las lluvias y el frío se acordó de su amigo y le entraron ganas de escapar, pero pensó en los niños y se quedo quieto en el surco.

Al cabo de unos meses, los niños hambrientos descubrieron en un sitio oscuro un grano solitario podrido. Y en mitad del campo, hermosas y resplandecientes, unas doradas espigas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario