PARÁBOLA DEL GRANO DE TRIGO
Había una vez dos granos de trigo, hermosos y dorados.Uno era egoísta, solo pensaba en sí mismo.
El otro era generoso, siempre pensaba en los demás.
Un día fueron a la ciudad y vieron a
muchos niños hambrientos, en busca de un mendrugo.
El grano de trigo egoísta pensaba: “Estos niños son un peligro; si me descubren,
me comerán enseguida”.
Y le dijo a su amigo: Voy a buscar un sitio oscuro donde nadie me encuentre.
Y le dijo a su amigo: Voy a buscar un sitio oscuro donde nadie me encuentre.
El grano de trigo generoso pensó: Esos niños pasan mucha hambre; pero con un
solo grano no se resuelve el problema. Y le dijo a su amigo: Yo me voy al campo me enterraré y el año
próximo saldrán de mi muchas espigas”.
El grano egoísta encontró un escondite,
se acostó muy contento, pensando que su amigo era tonto y se durmió.
El grano generoso buscó un buen terreno
y se introdujo en él. Cuando llegaron las lluvias y el frío se acordó de su
amigo y le entraron ganas de escapar, pero pensó en los niños y se quedo quieto
en el surco.
Al cabo de unos meses, los niños hambrientos descubrieron en un sitio oscuro un grano solitario podrido. Y en mitad del campo, hermosas y resplandecientes, unas doradas espigas.
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