martes, 23 de marzo de 2021

(IV) ORACIONES Y RELATOS PARA SEMANA SANTA... Y PARA SIEMPRE

Hubo una gran diversidad en los modos de interpretar la muerte de Jesús. Este fue el primer y, quizá, mayor problema que tuvieron los seguidores de Jesús en los primeros años: explicar porqué Jesús, el Mesías, había muerto en la cruz, del modo más vergonzoso, humillante, aparentemente abandonado por Dios (cf. Mc 15,34: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?).

Las respuestas variaron de acuerdo a los modelos que se utilizaron para entender aquel acontecimiento, en su mayoría tomados de las Sagradas Escrituras; de este modo, además de encontrar sentido por analogía (semejanza y desemejanza, al mismo tiempo) con prototipos o modelos del pasado, se subrayaba el significado teológico de aquella muerte: Dios tenía previsto y había anticipado de algún modo la muerte de su Mesías.

                                                                                                                     

Los modelos que se utilizaron fueron, entre otros,

  1. -        el de los profetas (cf. Is 5,1-7; Neh 9,26; Mc 12,1-9; Lc 13,34-35),
  2. -        el juicio escatológico (cf.la "piedra de tropiezo" en Is 8,14-15; Dan 2,34-35.45; Rom 9,33 y la "oscuridad" de Am 8,9; Mc 14,62;15,33),  
  3. -        el del Siervo sufriente (cf. Is 52-53; Rom 4,25; 1Cor 15,1-8)
  4. -        el Justo que muere injustamente (cf. Sal 22; Mc 8,31; 9,12; 15,24.34),
  5. -        el del día de la expiación (cf. Lv 16; Mt 26,26-28[1]; Rom 3,24-26)12,
  6. -        el templo de Jerusalén (cf. Tob 13-14; Mc 13,1-2; 14,57-59; 15,38)  
  7. -        el del cordero pascual (cf. Dt 16,1-8; 1Cor 5,7-8).

 

Surgidas en momentos y lugares diferentes, reflejan probablemente la progresiva comprensión del acontecimiento de la muerte de Jesús.

-        Algunas de estas explicaciones, las más antiguas y provenientes de los seguidores de Jesús de habla aramea, no entendían la muerte de Jesús en un sentido soteriológico (salvador); es el caso, por ejemplo, de las que usan los modelos de los profetas o del juicio.

-        Probablemente, con el tiempo y entre los seguidores de Jesús de habla griega, estas fueron completadas por aquellas que si atribuían a la muerte de Jesús un sentido salvífico; es el caso, por ejemplo, de la interpretación expiatoria, que se explica de modos diversos con los modelos del día de la expiación, del templo o del cordero pascual.

En cualquier caso, parece difícil encontrar clasificaciones y evoluciones claras, puesto que buena parte de estas lecturas de la muerte de Jesús se solapan, es decir, comparten algo con las demás (por ejemplo, las tres últimas están muy intercaladas. Es posible, además, que las interpretaciones del Justo sufriente o del Siervo de Yahvé, al inicio, no tuvieran un sentido necesariamente soteriológico sino únicamente explicativo, ofreciendo una explicación contra el sinsentido de la muerte de Jesús en la cruz).

 

Más difícil resulta si cabe el intento de identificar cada una de estas interpretaciones con textos o tradiciones individuales en la pluralidad de los orígenes del cristianismo, puesto que los textos se resisten a ser clasificados en rígidos compartimentos y muestran mucha más fluidez y complejidad que la que querría el taxonomista. No obstante, se pueden ver en un cierto orden y es posible percibir algún aspecto de la evolución y los diversos intereses y preguntas que condujeron a los primeros cristianos en esta reflexión[2].

 

2.1. LA INTERPRETACIÓN PROFÉTICA

La interpretación profética es relativamente sencilla y explicaba la muerte de Jesús igual que la de los antiguos profetas. Así, del mismo modo que el pueblo de Israel había rechazado o matado a los profetas del pasado porque eran hombres justos que anunciaban la justicia de Dios y denunciaban la injusticia, lo cual era insoportable para los injustos, también Israel mató a Jesús, que era el último de los profetas.

 

En la parábola de los "viñadores homicidas" (Mc 12,1-9 y par. basada en Is 5,1-5), Marcos narra la historia del dueño de una vid que, tras plantarla, dotarla de todo lo necesario y alquilarla a unos labradores, al llegar el tiempo de la cosecha envía emisarios para cobrar su parte, pero éstos son sistemáticamente rechazados y asesinados, igual que el "último" emisario (Mc 12,6), su propio hijo. La conclusión que esta tradición subraya es la del rechazo de Dios por parte de las autoridades religiosas de Israel y la apertura a los demás pueblos paganos (Mc 12,9)17.

Del mismo modo, en Lc 13,34-35 (texto que pertenece al Documento Q), Jesús se lamenta ante la visión de Jerusalén por el destino de los profetas, un final que él mismo va a compartir: "Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!".

Esta interpretación, por tanto, explicaba,

-        en primer lugar, que la muerte de Jesús podía ser entendida a partir de los precedentes proféticos de Israel como la muerte del que anuncia la justicia y voluntad de Dios y,

-        en segundo lugar, que constituía en sí un juicio en el que quedaba al descubierto la verdad de los actores del drama, aspecto que fue desarrollado en la siguiente lectura de la muerte de Jesús.

 

2.2. EL JUICIO ESCATOLÓGICO

Esta interpretación contempla la muerte de Jesús como una especie de representación en cuyo escenario todo el mundo toma parte, yen el que se ve claramente quién está con Jesús y quién está contra él.

 

Una imagen que ya se ha visto en el anterior punto es la de la "piedra de tropiezo" (Is 8,14), que había sido utilizada para explicar la misión de algunos profetas como Isaías, que presentaba a Yahvé como "tropiezo" o "trampa" ante la que la casa de Israel se estrellaría porque no le habían comprendido ni aceptado (cf. Is 8,11-16).

 

Esta imagen tiene una analogía en el profeta Daniel que interpreta un sueño del rey Nabucodonosor: una gran estatua hecha con diversos materiales (oro, plata, bronce, hierro, barro) es tumbada y hecha añicos por una pequeña piedra que se desprende sin intervención de nadie (cf. Dan 2,31-45). Esa piedra sirvió como antecedente de la muerte de Jesús; así, al igual que aquella pequeña e insignificante piedra logró destruir la gran estatua que simbolizaba todos los imperios que se habían sucedido sobre Israel, Jesús llevará a la perdición a quienes se le opusieron. Esta es la lectura que aparece, por ejemplo, en textos como Rom 9,33 y  l Pe 2,8, donde se interpreta la muerte de Jesús como un hecho que servirá para revelar la verdad de la historia, su maldad y el destino de cada uno.

En este mismo sentido podemos interpretar la "oscuridad" de Am 8,9 (cf.Jo 2,1-2)20. El profeta anuncia el Día de Yahvé en el que las injusticias y maldades del pueblo serán castigadas; el anuncio de este juicio de Yahvé será la oscuridad en pleno día: "Sucederá aquel día -oráculo del Señor Yahvé- que yo haré ponerse el sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas". Esta es la idea que toma el relato de la pasión en Mc 15,33 ("A mediodía hubo una oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona") inmediatamente antes de la muerte de Jesús que se convierte, por medio de esta alusión, en el signo de ese juicio de Dios sobre la tierra y la condena por el asesinato del hijo "muy amado" (Am 8,10 y Mc 1,11)22.

Del mismo modo, en el juicio ante el Sanedrín, la afirmación de Jesús "veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder y venir entre las nubes del cielo" (cf. Mc 14,62) provoca la sentencia de muerte de Jesús por parte de las autoridades religiosas. Quienes han ejercicio de protagonistas en esta muerte se han labrado su propio destino de castigo mientras que los que permanecen fieles serán reivindicados con el hijo, puesto que Dios no permite que los justos se pierdan.


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